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Esta celebración es distinta, pero estoy seguro que miles de familias y por supuesto los maestros comprometidos en nuestro Estado y a lo lago de nuestro país, estarán implementado estrategias para estar lo más cerca posible de las niñas y niños.
23:36 miércoles 29 abril, 2020
ColaboradoresEsta celebración es distinta, pero estoy seguro que miles de familias y por supuesto los maestros comprometidos en nuestro Estado y a lo lago de nuestro país, estarán implementado estrategias para estar lo más cerca posible de las niñas y niños.
Esta pandemia nos ha traído oportunidades de reflexionar sobre nuestro entorno y específicamente para aquellos que tenemos un par de piececillos recorriendo los hogares, sobre nuestros tipos de crianza. Por ello, estoy seguro que esta fecha nos permite reencontrarnos con nuestros hijos e hijas. De seguro han descubierto con mayor detalle cómo despiertan, qué hacen para comenzar su día, la hora del desayuno, sus miedos, enojos y tristezas. ¡Vaya desafío!
Lo anterior se multiplica si acompañamos su aprendizaje. Responder con paciencia después de 38 días de convivir todos en casa a 30 sumas matemáticas o a repetir un texto o encontrar información específica de un tema, se vuelve un reto interesante el cual llega a rozar los límites del drama.
En esta etapa de #AprendeEnCasa muchas familias reportan excesiva carga de tareas y deberes escolares. Como consecuencia de la estrategia de migrar la escuela a la casa, las autoridades claramente están poniendo el foco en los contenidos académicos provocando un estrés sistemático de los estudiantes y de los propios docentes.
Sin embargo, esto puede cambiar. Hace unos días, ayudando a mi hija a moldear con plastilina una actividad sobre las partes del cuerpo (segundo de preescolar) me hizo una pregunta muy inquietante: Papá, ¿Te dan miedo las moscas? Por supuesto mi instinto me hizo responder rápidamente, “claro que no”. Pero a los pocos segundos le cuestioné: ¿Por qué, a ti te asustan? Su respuesta solo fue mirarme con sus ojitos tristes y asentir con la cabeza.
Justo en ese momento, dejamos la plastilina y charlamos por espacio de cinco minutos. Le pregunté sobre en dónde había visto la mosca, cómo sabía que era una mosca, dónde se imaginaba que vivía, entre otras. Eso nos sirvió para desarrollar algunas actividades. Vimos videos en internet para conocer los que son y lo que hacen estos insectos. Hicimos una exploración en búsqueda de las moscas. Salimos al patio para encontrar de donde provenían y tal vez atrapar una. Después de un par de horas, regresamos a la plastilina e hicimos una escultura de la mosca para jugar a volar como ellas. Ahí fue cuando le dije que ¡eran libres! Y me preguntó, “entonces, como no podemos salir de la casa, ¿no somos libres?
Con esta experiencia yo le pregunto a usted estimado lector, no sería interesantísimo preguntarle a los niños, niñas y jóvenes ¿cómo se sienten con todo este proceso de aislamiento? En la realidad, esto parece ser algo que “ya sabemos” los adultos y no vale la pena desgastarse y gastar recursos en escucharlos. Es increíble como en momentos de emergencia o contingencia social, los niños no pierden su esencia. Me parece que comprender sus múltiples miradas de la realidad sigue siendo una tarea pendiente de todos.
Hoy debemos recordar con mayor insistencia que el aprendizaje no es estático, sino dinámico y el ser humano está hecho para que aprenda del otro. Por ello, esta ocasión es primordial para comprender que las y los niños también son seres humanos que necesitan expresar lo que son y lo que desean ser y somos nosotros los adultos quienes debemos establecer mejores acercamientos con las nuevas generaciones.
Sobre todo en estos momentos de incertidumbre, el punto de arranque para el aprendizaje debería ser lo que cada niño quiere aprender y entonces podemos buscar alternativas que estén a nuestro alrededor para desarrollar actividades que impliquen explorar, bailar, escalar, contar, observar y sobre todo ¡jugar!
Hoy, el aprendizaje sí puede estar en casa. Pero debemos integrar en este proceso a los niños y jóvenes. ¿Qué te gustaría aprender hoy? ¿En qué piensas, cuál es tu mayor miedo? ¿Qué te preocupa hoy? Y muchas otras que pueden detonar un genuino interés por aprender.
Este día del niño es una gran oportunidad para que los adultos nos detengamos un momento y pensemos en ellos. En sus necesidades, sueños y potencialidades. Sin duda, en pleno confinamiento de más de un mes, todos necesitamos un respiro, pero los niños requieren que estemos ahí para acompañarles.
Espero que las acciones de las autoridades de escuchar a los niños y jóvenes no sea solo de un día o de un evento, sino que desarrollemos mecanismos progresivos locales de inclusión en la toma de decisiones para la construcción de la escuela que desean y de los sueños que tienen. Sin duda, al regreso será una gran oportunidad para que nosotros como adultos, vayamos a su encuentro curiosos de aprender de todos ellos.
¡Feliz día de la niñez!
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* Normalista / Investigador de la UPN
Director de Sembrando Horizontes A.C.
Twitter: @FhernandOziel Sembrando Horizontes A.C. (2018)
Es una organización de la sociedad civil que promueve y defiende el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en el estado de San Luis Potosí a través de investigación aplicada, activación ciudadana y el impulso de proyectos educativos innovadores.