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Como reportero, conocí a Juan Ramiro Robledo Ruiz cuando era secretario general de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Estaba atendiendo una manifestación de universitarios en plaza de Fundadores
00:06 martes 24 noviembre, 2020
ColaboradoresComo reportero, conocí a Juan Ramiro Robledo Ruiz cuando era secretario general de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Estaba atendiendo una manifestación de universitarios en plaza de Fundadores. Un hombre de traje impecable, seguro de si mismo y de argumentos razonables. Tiempo después lo observé cuando era secretario general de gobierno, cuando su dependencia se encargaba de la organización de las elecciones en San Luis Potosí. Eran constantes las fricciones con los representantes de los partidos de oposición, pues además estos últimos tenían suficientes argumentos para desconfiar de un gobierno priista que era juez y parte en la elección. Una tarea difícil que Juan Ramiro desahogaba con elocuencia jurídica y política. De alguna manera se las arreglaba para que el proceso electoral se mantuviera a flote, que funcionara. Luego fue diputado federal, Senador de la República y hasta subsecretario de Gobernación, todo esto dentro del PRI. Siempre me pareció un político inteligente, que hacía alarde de sus conocimientos jurídicos y que no rehuía el debate. A los reporteros intentaba explicar sus posiciones o argumentos de tal manera que quedara todo muy claro. Si alguien le publicaba algo que no dijo, te lo aclaraba vía telefónica o personalmente, con firmeza, pero siempre de buena manera. Nunca imaginé que Juan Ramiro abandonara el PRI, pues ahí tenía un grupo político muy fuerte, con muchos aliados y entrañables amigos. Él si es de los políticos que tiene muchos amigos, que le siguen y le son leales. Luego fue diputado local por el Partido de la Revolución Democrática, en una legislatura en la que hizo mancuerna con el notario Eduardo Martínez Benavente. Quién los iba a imaginar. Pero ahí estaban, dando la batalla fuerte en el debate parlamentario, opositores duros frente a la mayoría priista. Muy lejos de las payasadas que luego se sucedieron con los diputados impresentables ya conocidos por todos. Dicen que lo que parece es. Juan Ramiro es un político que nunca he visto que ostente riquezas. Es padre de una hija y un hijo, tiene tres nietos y está casado con la misma mujer desde hace muchos años. Para los jóvenes que no conocen a Juan Ramiro, esta es la versión de la cual soy testigo. Ahora es precandidato de Morena al gobierno del Estado de San Luis Potosí. A mi juicio, el sí sería una de las cosas buenas que podría aportar la 4T. Los electores lo dirán.