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Una sociedad que en su mayoría solapa y tolera la corrupción, ¿cómo podría esperar políticos realmente honestos y comprometidos con la transparencia y rendición de cuentas?
23:32 jueves 25 marzo, 2021
ColaboradoresEs importante que con toda honestidad hagamos una reflexión, ya que seguido vemos como la clase política no acaba de sorprendernos con sus monstruosos actos. ¿Pero estos políticos son un reflejo de nuestra sociedad? ¿Realmente nos merecemos este tipo de personajes? Lamentablemente duele aceptarlo, pero creo que sí son el reflejo de lo que somos como sociedad. Aclaro, no estoy generalizando, porque deben existir honrosas excepciones, pero en su mayoría la cosa está más que putrefacta. Una sociedad que en su mayoría solapa y tolera la corrupción, ¿cómo podría esperar políticos realmente honestos y comprometidos con la transparencia y rendición de cuentas? Una ciudadanía apática y poco participativa, ¿cómo va a influir en los momentos clave cuando los diputados modifican o crean nuevas leyes? ¿Cuánta gente considera aberrante que una persona pueda ser cinco veces diputado plurinominal? La respuesta la tenemos y nos duele aceptarla. Hemos dejado que la clase política haga y deshaga mientras nosotros nos curamos en salud diciendo “que flojera me da la política”. No sabe, usted amable lector, como le gusta a los corruptos políticos que la gente tenga esa actitud. La apatía es oro molido al momento de hacer las leyes a su modo y para su beneficio. Los políticos tienen termómetros muy sensibles, miden la reacción de la ciudadanía, detectan cuando existe apatía y poca participación. También huelen el miedo y saben perfectamente cuando la gente está indignada más allá de las redes sociales. Lamentablemente esto último sucede muy rara vez. ¿Se ha fijado que la clase política cada día está más alejada de los objetivos de la ciudadanía? Eso a ellos poco les importa. En tiempos de elecciones se reinventan para implementar nuevos métodos para comprar los votos. Pero aterricemos con santo y seña lo que estoy aquí exponiendo. ¿Por qué un político chapulín como el priista Óscar Bautista gana una y otra vez en cada elección para compite para diputado? ¿Por qué Óscar Vera de Conciencia Popular y Eugenio Govea de Movimiento Ciudadano van por su quinta diputación plurinominal? ¿Por qué un candidato a la gubernatura como José Luis Romero Calzada se la pasa haciendo payasadas y videos para hacer reír a la gente en lugar de presentar propuestas? ¿Por qué candidatos como Mónica Rangel y Ricardo Gallardo que han sido señalados de corrupción, en su discurso hablan de combatir la corrupción? ¿Por qué Xavier Nava decía ser antagonista de Morena y ahora es candidato a la reelección a la alcaldía capitalina por ese partido?,¿Por qué un político como Octavio Pedroza de resultados grises promete dar color si votan por él? ¿Por qué un sujeto con múltiples denuncias por fraude y estafa como Gabriel Salazar es candidato independiente a diputado local? ¿Por qué ex diputadas como Xitlálic Sánchez y Rebeca Terán ligadas al terrible escándalo de corrupción de la pasada legislatura piden el voto, una como candidata a diputada federal y la otra para alcaldesa de Xilitla? ¿Por qué un presidente del Pan como Francisco Aguilar firmó un compromiso ante notario público que no brincaría a una pluri y resulta que ya está en la lista bien anotado para ser diputado plurinominal para el congreso estatal? Y así podría llenar varias cuartillas citando nombres y acciones que no nos parecen ser congruentes. Pero vamos a reflexionar, ¿Qué tanta es culpa nuestra como sociedad tener este tipo de políticos? ¿De qué tamaño serán las consecuencias que tengamos que pagar por culpa de nuestra apatía y tolerancia?