Todos hemos sido víctimas, en algún momento de nuestras vidas, del coro cumpleañero "Mordida, ¡mordida!". Pero, hasta ahora, nadie había salido ileso. En un vídeo difundido en Facebook, un niño demuestra cómo salvarse de la cruel broma. Sus armas defensivas: un plato de unicel y su agilidad. En la grabación se observa cómo el pequeño está a punto de morderle al pastel, después de soplarle a las velas, y, al acercarse, todos lo empujan para que se embarre del chantilly. Sin embargo, nadie esperaba que, con rapidez, colocara un plato de unicel entre el postre y su cara. Con eso logró lo imposible: salir ileso de la azucarada trampa. -- Milenio