Entre sus salarios, aguinaldos, vacaciones y bonos por la llegada de Rodolfo “El Reno” que tenia la nariz roja, las y los diputados potosinos deberán tener también un poco del rubor colorado que provoca la vergüenza. Sigue siendo increíble que, a pesar de sus discursos de campaña y posteriores discursos en tribuna, en donde juraban ante el retrato de sus progenitoras reducir, eliminar y desaparecer cualquier prestación extra a su, de por sí nada despreciables salario de casi 115 mil pesos mensuales, sigan viviendo en el despilfarro económico que humilla a más de uno. Ofende más el engaño y la mentira.

Empezaremos a escuchar discursos y promesas de campaña iguales a las de hace 3 años.

Palabrerías que resuenan en sus propias mentiras y discursos, pretendiendo conquistar a más de uno que son diferentes. No prometan lo que no será ni quieran confundir al que los escucha. Pero eso si, los y las ciudadanas tenemos una gran responsabilidad: votar por los menos peores o, al menos, por quienes no prometan lo que no van a cumplir. El Congreso estatal de San Luis Potosí sigue siendo el reflejo de la clase política más baja que, desafortunadamente, hemos solapado.