El ejercicio del Congreso Calificado de analizar el trabajo de los 27 diputados desde hace un par de legislaturas ha representado tanto la exigencia de ellos mismos, mínimo para figurar en el escalafón, como la vergüenza cuando aparecen en los últimos lugares. Después de 10 evaluaciones, esta a la sexagésima segunda legislatura refleja, de nueva cuenta, el atroz ridículo en el que terminan los diputados. No por nada el mismo maestro Daniel Cossio Villegas, el gran economista, decía en sus análisis históricos al sistema político mexicano: “en el sistema político mexicano no hay nada mas repulsivo que un Diputado”. La arrogancia del diputado reprobado se ha replicado por montones y la crítica y desdén hacia este ejercicio ha sido el único y ultimo argumento contra los pésimos resultados. Desde las asistencias, obligación laboral de cualquiera que devengue un sueldo; la presentación de su declaración “3 de 3”, obligación de los servidores públicos; el trabajo y resultados al interior del Congreso, obligación de cualquiera que reciba un sueldo público o privado, entre otros rubros es lo que se califica. La palabra legislativa que reprende y pretende hacer menos la evaluación es que su “trabajo esta afuera, en las calles, con la ciudadanía, con mis electores, con mi gente, a la que le llevo despensas y cobijas”. Ultimo trabajo al que el legislador se debe de afocar, pero nunca lo han comprendido. La verdadera labor legislativa es el trabajo para mejorar el marco normativo de la sociedad en la que representa al ciudadano. Local o federal. Y como servidor publico, contar con la decencia suficiente para que esa honorabilidad se traduzca en un servidor digno de respeto. Ni uno ni otro. No todos, tampoco. Pero si la mayoría. Es por eso que el resultado, esta ocasión, se traduce en 4 aprobados: José Antonio Zapata PAN, Martin Juárez PRI, Bety Benavente PRI y Ricardo Villarreal PAN. Los mismos de siempre. Los 23 restantes, algunos, preparan sus maletas para nunca volver. Y si el deseo de la sociedad se cumple, ojalá fuera para nunca más volver. Viene la ultima evaluación y la despedida al insigne paso que dejan en la huella de su desdichado resultado, pero sobre todo, en el recuerdo imborrable de que los Diputados en San Luis Potosí, se ponen como meta y objetivo superarse a si mismos y a sus antecesores.

En lo bueno, no. En lo nefasto, sí.

Hasta el lunes…