A pesar que el gobierno federal usando millones de spots en medios intentó decirnos que vivimos en el país de las maravillas, incluso llegó el mismo Peña Nieto a decir que la crisis solo ha estado en nuestras mentes, lamentablemente nuestros bolsillos son quienes nos muestran la realidad. No debemos olvidar la primer mentira del 2017 cuando el gobierno aseguraba que el brutal gasolinazo se debía al incremento del dólar con respecto al peso. El costo de la gasolina y diesel se debe a que ya casi pagamos la mitad de impuestos por cada litro. El crecimiento de la deuda nacional en este sexenio se duplicó de forma irresponsable y como siempre sucede la termiremos pagando los ciudadanos. Nunca en la historia un Presidente de México había gastado tantos millones de pesos de recursos públicos para su imagen, obviamente con los peores resultados de la historia. El Telepresidente Peña Nieto con gasto monumental en su imagen cuenta con la mayor desaprobación en veinticinco años. A mediados de año, nos enteramos que el Gobierno Federal adquirió el software conocido como Pegasus y de como destacados defensores de derechos humanos, periodistas y activistas anticorrupción de México fueron afectados por este avanzado programa de espionaje que, en teoría, solo debe ser utilizado para investigar a criminales y terroristas. El 19 de septiembre volvió a sacudir un terrible terremoto nuestro país. Hasta la fecha no se ha transparentado como se usó el dinero que mandaron otros países para la reconstrucción.  Lamentablemente los asesinatos a periodistas se incrementaron y el nivel de impunidad se mantiene en nuestro país. El escándalo Odebrecht, conocido como "la mayor red de sobornos extranjeros de la historia" salpicó a presidentes y expresidentes latinoamericanos. En otros países sí existieron consecuencias. En México el país de la impunidad no. Los Sistemas Nacional y Estatal Anticorrupción nacieron muertos. Y para no variar en nuestro estado las cosas de alguna u otra forma se fueron replicando. Después del gasolinazo, catorce días para ser más exactos, el mandatario estatal Juan Manuel Carreas salió con la primera simulación de año 2017. Presentó un supuesto plan para combatir la afectación económica. Pero en la práctica se negó a tener austeridad, se aferró a una lujosa casa de gobierno, a mantener toda la flotilla área, al despilfarro de recursos públicos y el apapacho a los sindicatos. La empresa norteamericana Ford Motors Company por presión de Trump decidió no instalarse en San Luis. Tiempo después pagó una indemnización que de acuerdo a la Secretaria de Finanzas, 400 millones de pesos se destinaron para tapar un mega fraude en los Cobach. Estalló un mega escándalo conocido como “la ecuación corrupta” donde el diputado panista Enrique Flores detalló en un video toda una red de corrupción entre diputados, alcaldes y funcionarios de la Auditoria Superior para eliminar observaciones y el blanqueo de cuentas. ¿Las consecuencias? Creo que usted ya conoce el triste desenlace. No se tuvieron consecuencias penales para nadie. Otro triunfo para la impunidad y corrupción. La indignación social tomó dimensiones históricas y movilizó a la ciudadanía para obligar por fin a los perversos diputados a modificar la ley para eliminar el fuero a todo funcionario público. Y para cerrar tristemente el año, el lamentable circo en que convirtieron varios diputados el Congreso del Estado siguió vigente. Todo un año de escándalos, de degradación de la política, de corrupción, abusos y cinismo. Con hechos nos demostraron estos infames “legisladores” que quieren pasar a la historia como lo peorcito. Incluso concluyeron el año negándose a donar a hospitales su insultante aguinaldo de casi medio millón de pesos.