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Mi padre se sigue sentando en el mismo lugar donde crecí viendo al gran torero, mientras su “mero San Luisito” se escucha aun hasta el Rio Santa Catarina y la Villa de Guadalupe
09:36 martes 25 agosto, 2020
ColaboradoresMi padre se sigue sentando en el mismo lugar donde crecí viendo al gran torero, mientras su “mero San Luisito” se escucha aun hasta el Rio Santa Catarina y la Villa de Guadalupe
Respetando los gustos y aficiones de tanta gente que me permite entrar a sus lecturas. No se puede hablar de la cultura popular y los espectáculos del México de los años 60´s, 70´s, 80´s y entrados los 90´s, sin citar a tantos personajes de ese folcklore que le dieron vida a épocas en el que los futbolistas, los boxeadores, los cantantes y los toreros formaban parte del gusto y afición de tantas generaciones.
Mientras Enrique Borja se consagraba en el América, “El Puas” en el box, Juan Gabriel nacía para la música mexicana, Jacobo Zabludovsky dictaba la información con sus grandes audífonos negros y Manolo Martínez y Curro Rivera se disputaban las palmas en todas las plazas de toros del país anunciando American Express o la recordada Wildroot, alternándose con telenovelas o revistas de espectáculos, también triunfaba y era parte de ese gusto popular, quien había nacido en la misma Plaza de Toros de Guadalupe, Nvo. León y tomara la alternativa en 1966 hasta su retiro en el año 2008 como una de las más grandes figuras del toreo: Eloy Cavazos.
Infinidad de corridas, toros lidiados, orejas, rabos y patas conforman su expediente aquí y en el extranjero. Y San Luis Potosí y su Feria Nacional Potosina no pueden dejar a un lado el 25 de agosto, sin olvidar que después de partir plaza al “Pequeño Gigante”, la Banda de Música del Gobierno del Estado y todo el respetable le entonaba “Las Mañanitas”, acompañadas del aplauso del público que abarrotaba la fecha estelar de la plaza potosina.
Fuimos muchos los testigos de las hazañas del Maestro Eloy Cavazos, no solamente por haberle visto y disfrutado, sino a través de videos, lecturas y relatos nuevas generaciones lo siguen conociendo.
Y en todos los casos y cosos del país rebasó su categoría de primera figura y supo pelear las palmas de 3 generaciones de toreros, tanto españoles como mexicanos. Desde Antonio Bienvenida o Luis Miguel Dominguín en España, como a Manuel Capetillo y Joselito Huerta en México, llegando hasta agosto de 2008 en la Plaza “El Paseo” en San Luis cuando se despidió de su afición, de su plaza tunera, donde sin duda ha sido el esteta más querido de su historia, toreando a lado del joven Fermín Rivera, sobrino de quien fuera uno de sus rivales: el gran Curro Rivera.
En lo personal tengo el gratísimo y maravilloso recuerdo de muchos “25 de agosto” en la feria, cuando mi padre me llevaba de la mano a los toros desde muy niño. Sentados bajo el reloj en el tendido de sol, recuerdo la plaza abarrotada, la banda de música, gente en la azotea y adornos florales que rodeaban el escenario de lo que veríamos al final del festejo: los triunfos del gran torero regiomontano que iniciaba sus faenas con “Acuarela Potosina”, las remataba con “la regiomontana” y “El Corrido de Monterrey” con sendas vueltas al ruedo que sigo viendo en los recuerdos de mi infancia y la mano de mi padre que, a la fecha, se sigue sentando en el mismo lugar donde crecí viendo y admirando al gran Eloy Cavazos, mientras su “mero San Luisito” -barrio regio de origen potosino- se sigue escuchando hasta el Rio Santa Catarina y la Villa de Guadalupe.
Eloy Cavazos es parte de esa pléyade luminosa de nombres que conforman la historia taurina mexicana, porque la narrativa con la que los maestros don Pepe Alameda y don Paco Malgesto cimbraban a tantos mexicanos que querían ser testigos de las crónicas que por la televisión en blanco y negro o la radio hacían vibrar, hicieron vibrar a todo un país con las corridas de toros como parte de ese gusto popular.
Afición en la que, sin saber o ser gustoso de la “más bella de todas las fiestas”, el solo citar a Eloy Cavazos se sabe que es y seguirá siendo un gran TORERO.
Gustavo I. Robledo Guillén