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No hay un programa o una obra de esos...
00:02 jueves 24 febrero, 2022
ColaboradoresNo hay un programa o una obra de esos que tanto le entusiasman al Presidente, los denominados "insignia", que salga limpio Parece que en 2020 se extraviaron unos 60 mil millones de pesos, según lo que nos pasa a informar la Auditoría Superior de la Federación. De esos 60, 3 mil 500 tienen que ver con la pandemia: que quién sabe dónde andan los cubrebocas por unos 40 millones; que estamos revisando los papeles para ver por qué no se distribuyeron esos ocho millones de “insumos” que definitivamente sí se compraron; que estamos checando qué pasó con las 280 personas contratadas sin que medie papel alguno. Sobre todo, parece que los ventiladores y la 4T nomás no se acaban de llevar: que qué pena con los 650 que pagó, pero de plano no recibió el Insabi; que no sabe el mismo Insabi dónde están los documentos que acreditan haber recibido los dos mil y cacho que también se pagaron, pero neta que sí andan por ahí; que si el ISSSTE pagó dos veces por otros varios. Digo que los ventiladores como que meten mucho ruido, porque, recordemos, antes le compraron algunos, carísimos, al hijo de mi lic Bartlett, que a pesar de esa pasadez sigue haciendo negocios con el gobierno federal. “Bueno, es que la pandemia fue muy complicada”, dirán. “Había que tomar decisiones a la carrera”. Hombre, no tanto, como podemos comprobar en muchos otros países, pero es que el problemita rebasa a la pandemia. No hay un programa o una obra de esos que tanto le entusiasman al Presidente, los “insignia”, que salga limpio: 10 mil millones y fracción se fueron en esos terrenos, con problemas serios en Dos Bocas, el Tren Maya y Santa Lucía. Luego están los ocho mil y pico en Segalmex, Liconsa y Diconsa. Hay de todo: dinero en efectivo que fue a dar a saber dónde, porque no hay registro, pagos que no se corresponden con el tonelaje o los precios, cero comprobantes por ciertos depósitos a proveedores. Claro que con Segalmex pasa lo mismo que con los ventiladores: es recurrente. Recuerden que hubo por ahí negocios más que turbios con Nico Maduro, nada menos. Luego, en general, se multiplican las empresas fantasma. Nada nuevo: ya lo habíamos visto con Jóvenes Construyendo el Futuro. Claro que no podía faltar la estrella del sexenio: el avión presidencial. ¿Se acuerdan de ese día de gloria en que Gertz Manero le entregó al Presidente un cheque por dos mil millones, una “recuperación” de las garras de una empresa dizque corrupta? Bueno, pues la entrega fue falsa: cheque sin fondos. Nomás para que no se nos olvide, también se han perdido, al margen del informe de la ASF, millones y millones de vacunas, según aceptaron esta semana el Doctor Muerte y Tata Antivaxer, y el dineral del fideicomiso por el sismo. Por eso, amigo chairo, no preguntes con ese sonsonete irónico si ahora resulta que hay que comprobar que los papeles de la casa de Houston son auténticos. La pregunta es tonta de por sí, pero en este contexto, francamente, es tontísima. POR JULIO PATÁN
COLUMNISTA
@JULIOPATAN09