Vínculo copiado
La música suena en el estudio, un lugar de trabajo medianamente improvisado para una cuarentena llevada a base de netflix, spotify y la lectura del último libro de Philip Kerr (debo confesar que me disponía a leer de nuevo “La Década Perdida” de Carlos Salinas pero no estamos para tanto…)
02:06 lunes 30 marzo, 2020
ColaboradoresLa música suena en el estudio, un lugar de trabajo medianamente improvisado para una cuarentena llevada a base de netflix, spotify y la lectura del último libro de Philip Kerr (debo confesar que me disponía a leer de nuevo “La Década Perdida” de Carlos Salinas pero no estamos para tanto…). Pensar que esto será transitorio es ver una nobleza opaca ante la afectación macabra que la pandemia provoca a su paso, una lección sobre vulnerabilidad y congruencia social. Los besos y abrazos presidenciales se han cambiado de manera brusca por un “quédese en su casa”, debe admitir que suena más a un “sálvese quien pueda” en un intento desesperado de parar la catástrofe; lo que hoy es una realidad, en el futuro será la excusa a la mala administración gubernamental, un cambio de papeles pertinente para gobiernos veleta y sin coherencia. Más agónico resulta el comentario de Miguel Barbosa dando inmunidad a las clases más desfavorecidas, declaración del gobernador pipope que detalla el liderazgo “chairo” explicanco como el COVID pareciera tener distrito, una calamidad que requiere de mucho más talante que el mostrado a la fecha. A estas alturas del problema, tener una visión de hoy para mañana no es válido, el liderazgo requerido para el país obliga a una dirección clara hacia los cambios micro y macro que supone este proceso, ser un adelantado a la época para convertirse en pionero de tendencias y prácticas de éxito. Es entendible que se promuevan con bombo y platillo los descuentos en predial, condonación tributaria, apoyos de Bancos e Instituciones Financieras, pagos y adelantos de planes sociales, créditos pyme y fondos perdidos… todos estos programas obligados serán apagafuegos ante la caótica situación económica a la que nos enfrentamos, apagar el incencio con un vaso con agua que no deja de ser una obligación ética pero tristemente insuficiente. ¿Recuerda el atentado de las Torres Gemelas? Seguro está en su memoria… los mercados financieros pararon y la guerra llegaba para poner violencia dónde la cabeza no tenía alcance… Muchos reaccionaron, aunque pocos vieron que aquello suponía un Cisne Negro de tal magnitud que cambiaría muchas rutinas, el mundo nunca sería igual ante un si o si a la adaptación. Ante tanto pánico, le sugiero dedicar parte de su tiempo a ver lo que el COVID cambiará en nuestro día a día, su globalidad y dimensión hará que muchos procesos cambien, estar o no a la altura será un comodín hacia la permanencia laboral. Previo al virus, muchos sectores industriales vivían un proceso de cambio significativo, las medidas para luchar contra la pandemia acelerarán estos cambios sísmicos de forma dramática desplazando sin piedad lo viejo para dar lugar a lo nuevo, un renovarse o morir que a la fecha también requiere de regulación. Estoy convencido que la industria no volverá al status quo previo… ¿Respuesta para ello? Si la tiene es usted un(a) genio! Exigir esto a la línea privada es un espejo hacia la pública, obsolescencia que bien puede aprovechar este giro para renovar su caduco y deficiente estilo de gestión. Siendo el trabajo remoto una necesidad, tanto los jefes como los empleados están obligados a desarrollar capacidades hacia la línea efectiva; las empresas se ven obligadas a detener sus viajes de negocios, las universidades y centros de capacitación son más ubicuos que nunca, las concentraciones de gente se suplen con retransmisión y los servicios de entrega y automatización de procesos hacen un agosto merecido al saber leer el mercado. Prepárese para una revolución científica y tecnológica con todavía mayor alcance, tenga por seguro que llega un tiempo para repensar las ideologías y las organizaciones de gobierno, decidir si vamos a un tipo de sociedad más participativa o una más autoritaria, discernir entre proteccionismo o globalización y aceptar o renunciar a la flexibilidad económica… usted se encuentra en el umbral de nuevos comienzos económicos e intelectuales! Creo que esta reflexión será clave para entender la necesidad de un cambio en nuestro modo de pensar… A pesar de todo los descrito con anterioridad, lo crea o no, la gran parte de la población no cambiará su modo de pensar, excelente oportunidad para los que buscan ser unos adelantados a su tiempo. La terrible gripe de 1957, con su 1,1 millón de muertos no modificó en modo alguno la mentalidad de finales de los 50 ( muchos la habrán olvidado ), Peste, Lepra, Guerras Mundiales, SIDA o el temido Ébola, muestran como el mundo aprende a base de golpes con graves secuelas, ¿está preparad@ para ello? Prepárese, tiene tiempo, tenga por seguro que cuando disipe la pandemia el mundo será diferente. Javier Rueda
www.javierrueda.mx