La política comercial del Gobierno de Estados Unidos está cerca de implementar aranceles al comercio automotor, lo cual dañará a la industria establecida en México. La Administración de ese país está analizando colocar, bajo el argumento de vulneración a la seguridad nacional, impuestos similares a los que puso al acero y al aluminio. Tentativamente, serían de 25% a automóviles ligeros de tipo subcompacto, compacto y deportivo, y aumentar hasta 35% a camionetas tipo pico up, que ya pagan 25 por ciento. Actualmente, bajo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC), muchas de las armadoras que se asientan en el país no pagan arancel o si lo hacen es de 2.5%, debido a que no cumplen con lo estipulado en las reglas de origen.  Sin embargo, según un análisis del Centro para la Investigación Automotriz (CAR Group, por sus siglas en inglés), un impuesto adicional de un cuarto del costo del automóvil sí sería una afectación considerable en el momento de elegir dónde producir. “No sabemos cómo afectará exactamente una medida 232, puesto que todavía no hay detalles de cómo estará configurada, pero sí habrá una resolución que tendrá efectos significativos en la producción mexicana y esto a su vez pegará en EU porque aun cuando un auto se ensamble en México, hay mucho contenido estadunidense integrado”, explicó Kristin Dziczek, analista de este centro. La Casa Blanca está considerando usar un argumento para poner estos aranceles basado en que su arancel de Nación Más Favorecida (NMF) es más bajo que el de otros países, mientras que para la Unión Europea es de 9.8%, para China es de 25% y para México, de 15 por ciento. Posibilidad  Sobre la pertinencia de colocar aranceles, Juan Carlos Hidalgo, especialista en comercio del Instituto Cato, dijo que si bien existen una serie de razones por las cuales no sería conveniente colocarlos, lo más probable es que sí se instauren, y se haga lo antes posible. -- EL ZÓCALO