Vínculo copiado
#ESNOTICIA
#ESNOTICIA
La pandemia por COVID-19 nos ha llevado a un tiempo de excepcionalidad en el ámbito de la salud pero también en el ámbito social, económico y, por supuesto, en el educativo
15:01 viernes 10 abril, 2020
ColaboradoresLa pandemia por COVID-19 nos ha llevado a un tiempo de excepcionalidad en el ámbito de la salud pero también en el ámbito social, económico y, por supuesto, en el educativo.
El cierre de las escuelas representa para nuestro país una situación imprevista, muy por encima de las consecuencias del virus N1N1 hace más de una década. Esto nos genera importantes dudas para el futuro inmediato de nuestro sistema educativo: ¿podremos seguir con la docencia a distancia para normalizar la situación?¿Podremos atender a la diversidad como un sistema educativo incluyente?¿Podremos garantizar la igualdad de oportunidades y, al mismo tiempo, hacer efectiva “la posibilidad de que cada alumno se desarrolle con “excelencia”, tal como indica la ley?
En este mar de dudas, cabría la posibilidad de que el ciclo escolar finalice sin que nuestros estudiantes puedan regresar a las aulas y, por tanto, sin que los profesores puedan realizar una “evaluación presencial” con los procedimientos habituales para tal fin.
Ante esta circunstancia y las recientes declaraciones del subsecretario de Prevención y Promoción de Salud del gobierno federal sobre un regreso escalonado y lento de todas las actividades que mueven a nuestra sociedad a mediados del mayo, siempre y cuando las condiciones de mitigación de la infección sean positivas, es imprescindible pensar en posibles escenarios para la evaluación del tercer trimestre y final del ciclo 2019-2020.
Por ello, veamos algunas posibilidades de lo que deben (deberían) estar analizando los tomadores de decisión en Argentina #28. Los siguientes escenarios no son únicos, solo pretenden describir posibles futuros alternativos y analizar las ventajas y desventajas de cada uno de ellos.
1. La autonomía de las escuelas. Aquí el Estado solo le corresponde mantener el funcionamiento de la docencia y la evaluación similar a una situación “normalizada” del sistema a través de los mecanismos que ya tiene en funcionamiento (plataforma). Así, cada escuela decidiría la mejor manera para evaluar a sus estudiantes, anteponiendo la confianza y el profesionalismo a cada docente para que, desde sus alcances (nada nuevo) puede realizar una evaluación del trabajo realizado durante el tiempo de confinamiento. Revisión de actividades, encuentros con las familias y sus estudiantes, actividades familiares, comunicación, entre otras. Con la información obtenida en esta evaluación, los docentes realizan una evaluación formativa y sumativa del tercer trimestre para el final del mismo.
2. Ajustes al programa. Un segundo escenario plantea la revisión de los contenidos del programa para ajustarlos a la situación de aislamiento preventivo. Ya sea que el Estado acuerda una propuesta similar para todos o porque los centros, ejerciendo su autonomía, lo articulan con criterios de pertinencia acorde a sus contextos. Así, los docentes focalizan objetivos específicos para el tercer trimestre y evalúan con los medios que tienen a su disposición y con la posibilidad de aplicar alternativas que permitan la integración de actividades con las familias.
3. Aplicar una evaluación positiva condicionada. Se otorgaría una valoración positiva del curso escolar 2019-2020 a todos los estudiantes siempre y cuando se cumplan condiciones mínimas, las cuales pueden estar vinculadas a la realización de tareas específicas a entregar en los meses de mayo y junio. Estas pueden ser los parámetros para delimitar la evaluación sumativa de unos u otros. Incluso, para dar coherencia al sistema y garantizar el ajuste a las condiciones de cada escuela, las actividades podrían ser definidas por el Estado y adaptadas o sustituidas en cada comunidad escolar. Esto permitiría a cada docente definir estrategias focalizadas con sus alumnos para brindar mayor acompañamiento a los estudiantes con rezago escolar pensando, sobre todo, en aquellos que terminan un nivel educativo y deben iniciar uno nuevo al siguiente.
4. Implementar una evaluación positiva sin condiciones. De acuerdo al escenario actual, las barreras para el aprendizaje situado, especialmente para estudiantes en condición de vulnerabilidad, el Estado, junto a la coordinación de las comunidades escolares aplicarían una evaluación positiva sin condicionantes para la certificación del ciclo escolar. Esto, acompañado de la planeación de acciones específicas para los estudiantes al posible regreso a las aulas en el ciclo escolar 2020-2021. Esto plantea la posibilidad de que los profesores puedan colaborar en el diseño y aplicación de estrategias de desarrollo de aprendizaje con sus pares. Además, en aquellas situaciones en las cuales la evaluación sumativa sea significativa para procesos posteriores (Bachillerato, por ejemplo), se podrían articular mecanismos específicos basados en datos objetivos (calificación media cursos anteriores o de las dos primeras evaluaciones del curso 2019-2021) como un factor para la calificación final del nivel educativo en cuestión.
Estos escenarios representan desafíos interesantes para las autoridades. En los dos primeros el rol del Estado minimizaría su influencia y permitiría el desarrollo de áreas de oportunidad para todos de la escuela. Los profesores se vuelven la pieza fundamental para articular acciones pertinentes en beneficio de sus alumnos. Incluso, la habilitación de estos podría servir para diagnosticar la autonomía de gestión de cada comunidad escolar ya que sería interesante reconocer la diversidad de formas en que se pueden organizar para hacer frente a múltiples factores que inciden en el desarrollo de sus estudiantes y sus familias.
En las dos últimas opciones el Estado tiene su presencia de poder habitual donde indicaría lo que se tiene que hacer desde arriba y desde afuera de las comunidades escolares – como desde hace años – y los profesores solo se limitarían a operar las indicaciones del mismo, alimentando los procesos administrativos y privilegiando la supervisión de evidencias por encima de apoyar los procesos y ajustes.
Esto es apenas un planteamiento que deberá discutirse en las próximas semanas. Pero, sin duda la decisión que se tome marcará la pauta a seguir respecto a los roles del Estado y la estructura del sistema educativo. Una de posibilidades de desarrollo con base a la confianza y profesionalismo docente o la de sumisión y obediencia corporativista de un gremio con fines políticos. Tiempo al tiempo.
- - - - -
* Normalista / Investigador de la UPN
Director de Sembrando Horizontes A.C.
Twitter: @FhernandOziel Sembrando Horizontes A.C. (2018)
Es una organización de la sociedad civil que promueve y defiende el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes en el estado de San Luis Potosí a través de investigación aplicada, activación ciudadana y el impulso de proyectos educativos innovadores.
www.facebook.com/10xValles