CIUDAD DE MÉXICO.- Fondeadora es una plataforma electrónica que mediante la ayuda económica de su comunidad de usuarios han apoyado por más de cinco años a decenas de inversionistas que buscan un empujón para su negocio. El éxito de la plataforma estaba en la transparencia de los proyectos e inversionistas y la responsabilidad de sus miembros. La historia comenzó en marzo de 2016, cuando Mick Islas, abrió la campaña Foodies en la plataforma de Fondeadora, solicitando apoyo para formar una empresa que tenía como objetivo prestar servicio de entrega bajo demanda para restaurantes. Como la idea no eran del todo mala, fue bien recibida entre la comunidad de usuarios de la plataforma que en menos de usa semana logró recaudar 500,00 pesos y para el final de la campaña el monto sumaba los 963,202 pesos. Al principio todo iba bien, pues tras superar la meta, los inversionistas y los creadores del proyecto tuvieron un par de encuentros, incluso abrieron un grupo cerrado en Facebook para mantenerse en comunicación con sus benefactores. Sin embargo, pasaron los días y luego los meses; y de Mick Islas a quien le fue entregado el dinero al finalizar la campaña, nada se supo. Al respecto, Norman Müller, co fundador de Fondeadora aseguró a Expansión “reconocemos que nuestra reputación está en juego pues tenemos cinco años de trabajo impecable con más de 2,000 proyectos exitosos con casi 200 millones de pesos de fondeo. No vamos a seguir con este modelo. Tomamos el riesgo porque era algo muy controlado y teníamos conocimiento de la persona. Lo decidimos tomar porque era alguien cercano al ecosistema”.

Al respecto, en su comlumna en Dinero en Imagen, Maricarmen Cortés publico: Fondeadora no se está cruzando de brazos. Presentó ya una denuncia penal y ofrece a los fondeadores asesoría legal para que puedan recuperar su inversión, pero desde luego no hay ningún compromiso de devolución del dinero, y las autoridades financieras no pueden intervenir a pesar de que hubo captación de dinero del público porque es una actividad no regulada, y un negocio entre particulares. La Condusef tampoco puede hacer nada porque no son intermediarios financieros, aunque Di Costanzo ya dijo que también ofrecerá asesoría gratuita a los afectados. Como resultado, Fondeadora tuvo que ofrecer la devolución del capital invertido a las personas afectadas. Del asunto, quedó la anécdota para el crowdfunding en México, y la necesidad de su regulación. -- EXCÉLSIOR