La llegada de Stephen Eustáquio a Cruz Azul generó una serie de suspicacias sobre la forma en la que se había dado el movimiento a “capricho de Pedro Caixinha”. Sin embargo, el entrenador destacó que en el club no hay manejo de promotores y las decisiones son en conjunto con el departamento deportivo que comanda Ricardo Peláez y en asociación con Robin Álvarez. “Desde que comenzamos con Peláez y Robin, las decisiones se toman acá, todavía hay asociaciones que se generan entre periodistas y representantes que quieren hacer presión. Tengo las manos limpias, porque mi tejado es de vidrio, lo que he logrado es por mi trabajo. Cuando uno no debe no temen. Parte del trabajo es elegir a los jugadores de la plantilla o lo que debe entrar o salir”, comentó. Es así que el portugués desechó el mito de una supuesta relación de Carlos Hurtado con la directiva celeste para la contratación de futbolistas, pues tanto él como Peláez trabajan en conjunto para el beneficio de La Máquina sin la necesidad de adjudicarse desde otras vías algún tipo de ganancias. “Se dio con la salida del jugador y la entrada que turismo, a eso me refiero. Yo no hablo de situaciones que no conozco (tema Carlos Hurtado). Lo que puedo decir de una manera clara es que en el comité y en la parte deportiva y yo y Ricardo somos los que decidimos eso. Él tiene una frase ‘De este club no me llevaré ni un lápiz, ni un solo lápiz. Tengo mi contrato, valores y principios. Estoy para dar todo lo que tengo a esta institución’”. Caixinha imperó una vez más la claridad de su trabajo y transparencia con la que llegó al proyecto para determinar que no hay trabajos o relaciones externas para definir su plantilla y así aclarar las versiones de que el juvenil lusitano llegó sin una aprobación previa del director deportivo cementero.