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Fernando Cruz Evangelista
00:06 jueves 6 agosto, 2020
ColaboradoresSin querer queriendo, el gobierno federal lleno de buena voluntad ha repetido tanto su ideal de la nueva escuela mexicana que ahora estamos en la transición hacia una nueva dinámica escolar. Como solemos hacer las cosas en nuestro país al tomar decisiones, sin evidencia, de manera reaccionaria y privilegiando los costos políticos, nos encarrilamos a un nuevo período escolar. Para empezar, debemos reconocer que la decisión del gobierno federal de iniciar el ciclo escolar a distancia es digna de sentido común. La salud de estudiantes, profesores y familias resulta prioritaria ante el desbordamiento de una pandemia que nadie esperaba y para la que nadie estaba preparado. En segundo punto, Esteban Moctezuma ha demostrado la consolidación de su trabajo anterior al frente de Fundación Azteca, al consensuar y cerrar un acuerdo con cuatro cadenas de televisión donde seis canales transmitirán contenidos educativos como principal insumo para la segunda parte del programa “Aprende en Casa”. Del cual, debemos decirlo, contamos con muy poca evidencia sobre su eficiencia previa y si somos objetivos, los impactos de esta modalidad, apenas estarán observándose en el arranque del nuevo ciclo escolar. Llama mi atención que, en la conferencia del 3 de agosto en presidencia, el secretario de educación haya enfatizado que “cuando hablamos de educación a distancia nos referimos a los programas de televisión”. Por lo tanto, no deja muy en claro si se dejarán de lado las plataformas virtuales u otras herramientas que complementaron la fase anterior del programa. O bien, las desconoció por completo. Un tercer punto de reflexión tiene que ver con los profesores. Sí, esta bien reconocer su labor y el compromiso que demuestran en su mayoría para afrontar, innovar y aprender con sus estudiantes en esta época de COVID-19. Sin embargo, faltan acciones puntuales que apuntalen dicha narrativa. Una puede ser la de exhortar (exigir) a los gobiernos estatales y/o a las secciones sindicales a liberar los fideicomisos etiquetados para el apoyo en recursos tecnológicos. Otro, el de convocar a los principales proveedores de datos de internet en el país para que, al igual que con las televisoras, generar un acuerdo para disminuir los costos de sus servicios o bien, abrir nuevos esquemas tarifarios con beneficios para los docentes y estudiantes. Esto representaría girar la estrategia de un medio como la televisión (donde los profesores no tienen control de los contenidos) hacia una diversidad de herramientas (con total control de los maestros y estudiantes) para tomar mejores decisiones en el aprendizaje de las comunidades escolares. Privilegiar las herramientas por encima de los medios sería vital para focalizarlos donde más hagan falta. En cuanto a los desafíos que afrontaremos en este período de incertidumbre, me parece que el abandono escolar será uno de los principales, no solo por las implicaciones de salud que estarán imperando en nuestros contextos, sino con relación a recuperar la confianza de las familias y sus hijos en la escuela como un espacio seguro y propicio para el aprendizaje. En este punto, creo que las autoridades locales juegan un papel fundamental para tratar de articular las instituciones y los programas en la permanencia de los estudiantes en la escuela. Instituciones como el DIF Municipal, la Coordinación Municipal de Educación, el regidor que preside la comisión de educación en el cabildo municipal, el Consejo Municipal de Participación Social en Educación, el Sistema de Protección Integral a Niñas, Niños y Jóvenes, las coordinaciones y representaciones de las Autoridades Locales, pueden hacer desde llamados a las escuelas o gestiones externas que disminuyan el impacto del abandono escolar en los últimos cinco meses del año. Un comienzo serían las listas de útiles escolares, los uniformes escolares y por supuesto las cuotas escolares administradas por las familias en acuerdo con el director de la escuela. Otro desafío está en el acompañamiento de las niñas, niños y jóvenes en su aprendizaje. La cercanía de los profesores, su pericia para empatizar con la situación y por supuesto fortalecer la comunicación y compromiso con las familias de sus estudiantes. Me queda claro que para ninguna de las partes esto será fácil, pero la tenacidad, profesionalismo y entrega de los profesores es clave para seguir motivando a estudiantes y padres y madres familia para continuar en la escuela. Hoy es imprescindible aprender y enseñar en la incertidumbre. Más allá de seguir un programa de televisión, me parece una gran oportunidad para contactarnos y reconocernos. No podemos conformarnos ni confiarnos, los estudiantes nos necesitan más que siempre. Por ello, el llamado a las familias, los profesores, los medios de comunicación y a las autoridades para alinearnos en un plan estratégico local donde pongamos al centro lo más importante. Que esta sea la oportunidad que nos empuje hacia una mayor autonomía en nuestras escuelas y recuperar desde los saberes locales lo que nos une e identifica. Hagamos valer nuestra libertad con responsabilidad y compromiso por el desarrollo de la comunidad. Que así sea. * Profesor / Investigador UPN
Director general de Sembrando Horizontes AC. Twitter: @FhernandOziel