Damos por descontado que la política nacional definirá nuestra lucha política local. Nada puede ser peor. Los intereses políticos nacionales, las batallas nacionales de los partidos y la agenda del propio Presidente Andrés Manuel López obrador, aunque necesariamente tiene que ver con San Luis Potosí, de ninguna manera puede ser un referente central de lo que quieren, buscan y aspiran los potosinos. Durante muchos años hemos aceptado que el gobierno de la República y las dirigencias nacionales de partidos determinen quiénes serán nuestros gobernantes, incluidos casos realmente vergonzosos, donde se coloca como diputados federales, senadores y hasta gobernadores, a personas que muy poco conocen de nuestra comunidad, mucho menos les importa hacer algo por ella. Antes de la llamada “transición democrática”, con un PRI que ganaba de todas, todas, era una regla de oro que el Presidente de la República designara al candidato priista y, por ende, al gobernador de San Luis. Durante estos años de “transición democrática”, donde ya el PAN gobernó al Estado y, en los municipios, es común la alternancia, la intervención nacional sigue vigente, tanto para designar como para vetar. Esta situación impide tener una agenda local, construir acuerdos locales, definir objetivos locales y ponernos de acuerdo, a nivel local. Previo a las elecciones, las dirigencias locales de los partidos viven la zozobra, a la espera de que les digan cómo elegir candidatos, de que les digan por dónde va la línea. En suma, siempre nos dicen qué tenemos que hacer. Y porqué pasa eso, porque no tenemos una identidad de grupo local, con aspiraciones y objetivos locales. Cada uno ve por su santo, sobre todo los que tienen el poder de decisión. Necesitamos hacer grupo. Los que piensan, o que más o menos lo hacen, deben convocar a discutir el rumbo, ofrecer diagnósticos y aportar ideas. Lo que de ahí salga, necesariamente será bueno. Hoy, sin ese rumbo propio, lo que nos mueve, lo que nos sacude y lo que nos daña al final de cuentas, son los intereses de quienes traen boleto, grande o pequeño, para ser candidatos. Ellos, con sus intereses muy propios, perversos o no, son quienes decidirán hacia donde vamos. Incluso, algunos de esos con boleto en mano, son verdaderamente impresentables. Todos sabemos quienes son, como operan, porque actuaron y actúan, a la vista de todos

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Necesitamos decirles a esos que ya traen boleto en mano para ser candidatos, qué es lo que queremos y cómo lo queremos. Por lo menos. Si es posible. Lo han realizado otros pueblos. De hecho, alguna vez lo hicimos nosotros.  En estas horas definitivas, se hace urgente, convocar al acuerdo.