CIUDAD DE MÉXICO.  Oso polar está convirtiéndose rápidamente en la nueva sensación del cine mexicano. Formó parte de la selección oficial de la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Morelia y, para sorpresa de sus realizadores y elenco, no solo fue objeto de un cálido recibimiento, sino que también se coronó como el Mejor Largometraje Mexicano del certamen. Son dos los factores que vuelven obligado ver la nueva película de Marcelo Tobar: los temas que aborda y la técnica empleada. Acerca de los primeros, Tobar ofrece una historia en la que tres amigos de la infancia se reencuentran en la adultez para acudir a una fiesta generacional. Durante el trayecto, y con copas “camineras” de por medio, la personalidad y comportamiento que cada quien tenía en la niñez resurgirán, y pondrán al descubierto que un ser humano difícilmente cambia, y que dinámicas en las que el bullying estuvo involucrado seguirán latentes sin que importe el paso del tiempo. Sobre la técnica, Oso polar destaca por ser la primera película mexicana galardonada que es filmada 100% con un teléfono, específicamente con un iPhone 5. Tobar dice que el guion se le ocurrió tras una experiencia similar a la que atraviesan los protagonistas, en la que el alcohol hizo que aflorara la verdadera personalidad de viejos conocidos, mientras que se decidió por la técnica después de ver en pantalla grande las imágenes en video que registra un iPhone 5. Solo hizo falta que el cineasta se hiciera de un lente anamórfico y de la app FiLMiC Pro, para dar forma a lo que eventualmente se transformó en Oso polar. Verónica Toussaint, quien da vida a Flor, dice que esta película debe verse en razón de su historia, pues ofrece puntos de identificación con la audiencia. “Hay un mensaje; el guion tiene algo que contar en donde todos nos sentimos identificados. La forma en la que se hizo [...] hace que esta película sea especial”, dijo en charla con Imagen Televisión. -- Excélsior