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La tecnología en los últimos meses nos ha permitido mantener comunicación con algunos de nuestros alumnos. Sin embargo, la utopía plasmada en el discurso de las autoridades educativas nos presenta la simpleza con que se toman los resultados de las estrategias y los recursos
00:06 miércoles 9 diciembre, 2020
ColaboradoresLorena V. Rodríguez*
La tecnología en los últimos meses nos ha permitido mantener comunicación con algunos de nuestros alumnos. Sin embargo, la utopía plasmada en el discurso de las autoridades educativas nos presenta la simpleza con que se toman los resultados de las estrategias y los recursos. Pareciera que, como cada período electoral, es tiempo de cerrar con buenos números antes que atender con puntualidad los desafíos que se presentan en cuestión del aprendizaje de niños y jóvenes.
Lo anterior se desvela en los resultados arrojados por la propia Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) en su reporte sobre las Experiencias de las Comunidades Educativas Durante la Contingencia Sanitaria por COVID-19, donde se hace énfasis en el uso y el rol que han logrado jugar las tecnología en la educación a distancia.
Con 35,000 estudiantes y más de 71,000 docentes participantes, con lo cual podemos advertir una representatividad, destaca datos interesantes:
● 28.9% de los estudiantes encuestados reporta haber realizado algún tipo de actividad usando Google for Education.
● 85.2% comentó resolver individualmente los ejercicios y tareas.
● 53.2% trabajó con los libros de texto.
● 46.9% usó los cuadernillos de trabajo de la escuela.
● 32.5% recurrió a los programas de Aprende en Casa I.
En cuanto al personal docente:
● Sólo el 49% reportó haber impartido clases virtuales. Destaca el uso de YouTube para mantener contacto ágil con los estudiantes, así como el aprovechamiento de Google Classroom como medio de reporte de tareas y de coordinación y colaboración entre pares.
● 35.2% calificó la plataforma de Google como una estrategia de mucha utilidad. Mientras que el 53.4% expresó la misma respuesta del uso de las carpeta de experiencias.
Estos datos, más allá de la banalización que se puede hacer del éxito o fracaso de un programa, nos muestran el grado de penetración de la tecnología y su uso en labores educativas en el pasado ciclo escolar y, al mismo tiempo, nos ofrece un primer panorama desafiante para construir un sistema híbrido que priorice el diseño e implementación de las experiencias de aprendizaje virtual.
No olvidemos que para lograr esta implementación sin precedentes en nuestro país, la Secretaría de Educación Pública y las autoridades educativas locales actuaron de forma conjunta, con capacitación y regalando cuentas institucionales a docentes y estudiantes, así como diseñando, difundiendo y acompañando materiales educativos a través de diversas plataformas y redes sociales. Pero al cierre de la primera edición de “Aprende en Casa” en el mes de junio, solo se reportó un total de 999 mil cuentas activadas para docentes, directores y supervisores y más de 11 millones de cuentas para estudiantes. Sin embargo, de este universo, solo se reporta el 10% como usuarios activos en Classroom semanalmente.
Con esta información podemos advertir que el uso de plataformas digitales está lejos de ser una solución clara para garantizar el aprendizaje de niños y jóvenes a distancia, así como una motivación para transformar las prácticas pedagógicas de los docentes. Sólo dos de cada 10 docentes utilizan las plataformas virtuales para intercambiar información. Mientras que casi nueve de cada 10 estudiantes utiliza la mensajería instantánea y casi el 40% por redes sociales. Es decir, las plataformas no atraen a docentes y jóvenes. Prefieren el uso de celulares como principales medios de comunicación.
Sin duda, los esfuerzos de la Autoridad Educativa se han centrado en “mantener” el sistema educativo a toda costa, incluido el contexto de los estudiantes, sus familias y maestros. La realidad cobra un papel determinante para empezar ajustar los tornillos donde sea necesario. No basta con repetir que “todos los niños están aprendiendo porque tienen televisión en casa” una y otra vez en cada conferencia.
Si bien no tenemos experiencias previas de la educación mixta, los datos nos muestran un horizonte con el uso de determinadas herramientas digitales que no son compatibles con el centralismo burocrático. Sino más bien, debemos comenzar a soltar a las comunidades y que sean ellas quienes determinen las modalidades de aprendizaje con uso de tecnología que lleguen a demostrar, con evidencia, que pueden ser exitosas.
Repensar la educación con el uso de la tecnología debe tomar en cuenta a las personas, el contexto donde viven, los medios con que cuentan y por supuesto la invaluable capacidad de los profesores. En el corto plazo, la implementación de esta estrategia fue un acierto, pero en el mediano y largo plazo, debemos promover nuevas pedagogías, fortalecer la capacidad y el compromiso docente, equipar pertinentemente las escuelas e impulsar a la conectividad.
Esto apenas marca uno de los elementos a considerar para el regreso a la escuela. Donde debemos considerar no solo la recuperación de los aprendizajes y habilidades perdidos en este año, sino que pensemos y participemos en la construcción de nuevos aprendizajes que se utilizarán en el futuro próximo. *Licenciada en educación primaria, con 14 años de servicio en el sector público y privado. Maestra en tecnologías aplicadas a la educación y doctorante en educación con interés en temas de innovación educativa con eje central en recursos tecnológicos. Activista por el derecho a aprender de niños, niñas y jóvenes. Contacto: [email protected]