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#ESNOTICIA
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Gerardo López Ramón
02:06 miércoles 1 julio, 2020
ColaboradoresAnte la pandemia por COVID 19 en nuestro Estado y todo el país, la pérdida de empleos en cientos de miles de hogares está por llevar a muchos jóvenes en secundaria y media superior, a interrumpir sus trayectorias escolares y en muchos de los casos esto significará el abandono de los mismos para incorporarse al trabajo informal. Desde la Subsecretaría de Educación Básica (SEB) ya se maneja la cifra de 800 mil jóvenes entre 14 y 18 años que no estarán en condiciones de continuar al siguiente grado o nivel escolar. Como docente no me son ajenas las historias que uno escucha en esta nueva cotidianidad. Familias que han perdido su trabajo por cuestiones económicas del negocio, por ser parte del grupo de riesgo ante la enfermedad o bien, que han tenido que reducir sus ingresos con tal de mantener sus trabajos. Esto impacta de manera significativa las dinámicas económicas de llevar no solo el sustento, sino la posibilidad de continuar en el escuela para muchos de sus hijos. Así que, por razones por demás conocidas, los “chavos” entran en una terrible disyuntiva, la de continuar la escuela o la de apoyar a la economía familiar. SI vemos las estadísticas, en el ciclo 2018-2019 el nivel medio superior es el que tiene una mayor tasa de abandono escolar con 12.9%, la más alta del sistema escolarizado en México. En San Luis Potosí, no estamos tan lejos de esta cifra. Esto debería resultar alarmante, ya que el fenómeno de abandono escolar trae consecuencias inconmensurables, no solo para la vida de estos jóvenes, sino para todos los ciudadanos. En el plano económico se limitan las oportunidades de tener un empleo bien remunerado. De acuerdo con estudios que datan de mas de una década, existe una diferencia importante para quien egresa del nivel medio superior de cas 40% en sus ingresos mensuales por sobre aquellas personas que solo cuentan con primaria. Otra consecuencia es el estancamiento de la movilidad social, lo que hace repetir los patrones de pobreza para la población, el que las nuevas generaciones no continúen en la escuela alimenta un ciclo de desesperanza personal que, conforme avanza el tiempo, se vuelve casi imposible de romper. Por supuesto, también afecta los espacios de formación en ciudadanía. Con cada caso de abandono, la sociedad perdemos la oportunidad de conocer y sumar la opiniones de las nuevas generaciones en las soluciones a problema comunes. Todo lo anterior, se duplica, cuando hablamos de casos de mujeres y se cuadruplica cuando además habitan en comunidades rurales y de alta marginación o pertenecen a grupos que enfrentan barreras para el aprendizaje como personas con discapacidad o comunidades indígenas. Los cuales, incrementan hasta en tres veces la posibilidad de no retomar sus estudios. SI bien, el abandono escolar no se da de la noche a la mañana como explica el investigador Rafael Hoyos del CIDE, si es parte de un círculo sin fin, donde se anteponen las necesidades primarias por encima de un sistema escolar incapaz de competir con ello. El que un joven acceda a un trabajo informal, que representa un ingreso que cubra sus necesidades y las de la familia resulta muy atractivo. ¿Qué ofrece la escuela? Un espacio vacío que difícilmente le causa interés y ayuda a su situación. Incluso en muchos casos, los jóvenes dejan la escuela con la firme convicción de volver, pero al paso de los meses ya no encuentran la motivación suficiente para ello. Uno podría afirmar, que para esos casos existen las becas, pero realmente ¿Las becas ayudan a frenar el abandono escolar? De acuerdo a expertos que han estudiado el tema en los últimos quince años, las becas no pueden sustituir las deficiencias de los conocimientos básicos en los alumnos y que son fundamentales para que puedan continuar con su trayectoria educativa y tener acceso a mejores oportunidades en su vida. Personalmente, me parece una solución cortoplacista y electorera que, infortunadamente, por ejemplo, nunca sabremos el impacto real de las becas Benito Juárez, el derroche de dinero es impresionante, pero totalmente discrecional. Debería haber una distinción entre retener a los alumnos en la escuela con las becas de apoyo, pero eso no significa que estén involucrados en las actividades de aprendizaje o interesados en aprender. Hoy debemos ver más allá de estas soluciones de corto aliento, el nivel medio superior pierde sentido porque muchos estudiantes de bachillerato se desenganchan muy fácil porque no encuentran en la escuela una institución que les permita aprender a aprender. Más allá de materia aisladas y repetitivas, no existe ese componente que les de oportunidad de explorar, descubrir el mundo y orientarlos hacia una diversidad de opciones más allá de la Educación Superior. Como vemos, suspender los estudios crea un efecto de desvinculación de la escuela, en donde las y los jóvenes van perdiendo el sentido de pertenencia y ven menos la necesidad de volver. Hoy, en plena pandemia y a la luz de nuevas discusiones en materia educativa, es una oportunidad para que la transformación de la escuela realmente esté guiada hacia una institución para la vida y permita a los jóvenes comprender que existen muchos caminos para seguir creciendo y avanzando. Tal vez sea tiempo de dejar atrás la idea de que la prepa solo es un peldaño más para llegar a la Universidad. *Profesor de ciencias en nivel Medio Superior con 17 años de experiencia en el sector público y privado en el estado de San Luis Potosí. Doctor en Innovación Educativa. Contacto: [email protected]