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no lo sé son tres palabras que demuestran humildad y autoconfianza y expresan más poder que debilidad cuando no sabemos la respuesta y lo manifestamos
23:42 jueves 17 diciembre, 2020
ColaboradoresSegún el diccionario la palabra vulnerable implica que puede ser herido o recibir lesión física o moralmente, ¿Quién está exento de ello? Sin embargo, muchos siguen considerando que los auténticos líderes deben mostrarse siempre firmes, confiados, resistentes y teniendo todas las respuestas, nunca se enferman, gozan de buena salud, están felices, tienen familias impecables, están enérgicos a toda hora del día y resuelven cualquier problema en un par de minutos, siempre están en su eje y en control de cualquier situación por más compleja que sea.
En un reciente artículo publicado por la Universidad de Stanford llamado “el poder del no sé”, se sintetizó la idea del profesor Irving Grosbeck, no lo sé son tres palabras que demuestran humildad y autoconfianza y expresan más poder que debilidad cuando no sabemos la respuesta y lo manifestamos, en lugar de intentar contestar para poder posicionarnos como aquellas personas que saben todo. ¿Cuántas veces hemos escuchado a líderes decir que no saben la respuesta? ¿Cuántas veces por temor a mostrarse frágiles esbozan una respuesta con tal de sostener esa imagen de tener siempre la contestación apropiada? De hecho, uno de los cambios más importantes que estamos percibiendo en los modelos más recomendables de liderazgo para estos tiempos de extrema incertidumbre y cuando nada es normal es posicionarse como los líderes con las preguntas más potentes en lugar de considerar que siempre debemos tener las respuestas a todo. Evidentemente, es un cambio de paradigma y un nuevo set de capacidades y competencias a desarrollar, si hay algo que hemos aprendido en estos tiempos de pandemia es que todos los humanos de la tierra estamos expuestos ante el virus del COVID y todos en definitiva somos vulnerables, todos somos humanos y nos han demostrado que el sentirnos imbatibles no sólo no nos hace más fuertes sino por el contrario, nos hace más débiles y aún, lejanos a todo el resto. Es el modelo tradicional de liderazgo donde nos mostraba esos líderes que tenían todas las respuestas, sabían todo y siempre estaban bien seguros y con la verdad sobre todo, el mismo que en muchas organizaciones aún sigue vigente, aunque cada vez más obsoleto, más oxidado y poco valorado, es el que se observa en las organizaciones jerárquicas en el que estos mismos conductores se suelen rodear de un grupo de obsecuentes que sólo se dedican a adular a su superior y replicar el mismo tipo de comportamientos en sus respectivos equipos, pertenecen a las empresas que empiezan a prepararse para empezar a formar parte de las piezas del museo, en lugar de posicionarse en las aspiraciones y los que marcan tendencias en cuanto a los estilos de conducción y culturas ágiles de aprendizaje y permanente y un desarrollo sostenido. Por el contrario, encontramos el nuevo enfoque que propone Amy y Thomas Chamorro en su artículo reciente de Harvard Business Review: “los líderes necesitan vulnerabilidad no bravuconearía”, destacan que los colaboradores se sienten mucho mejor cuando sus líderes son honestos y cercanos, cuando se centran en ayudar a la organización a avanzar en lugar de centrarse en sí mismos y crear un falso sentido de invencibilidad que en realidad termina dañando a todos.
Twitter: @AndradeO77