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El desorden que vive el partido de Morena nos da pauta para dos lecturas respecto a la actuación del presidente Andrés Manuel López Obrador
02:06 martes 22 septiembre, 2020
ColaboradoresEl desorden que vive el partido de Morena nos da pauta para dos lecturas respecto a la actuación del presidente Andrés Manuel López Obrador. La primera es la que nos trae de cabeza desde que el tabasqueño asumió el poder. Después de muchísimos análisis de cientos de escritores, periodistas y opinadores, nos ha sido imposible descifrar a qué juega el presidente, si va o viene, si puede o no puede, si quiere o no, si sirve o no. Hay una larga lista de promesas incumplidas de López Obrador, de posiciones políticas asumidas durante la campaña que no puede sostener ahora, de denuncias sin pruebas, de acusaciones falsas y dolosas, de proyectos de obras inviables, de cancelación de programas, de estrategias económicas fallidas, de violaciones a la Constitución, de mensajes irresponsables, de acoso a los ciudadanos, de persecución manifiesta -publica- a sus adversarios políticos, etc., etc. No hay respiro. No hay para donde hacerse. Todavía no acabamos de analizar alguna actuación del presidente, cuando ya nos aventó otra locura. La 4T ha puesto de cabeza al país. Es una destrucción muy agresiva de la que no hay manera de ubicar un posible control de daños. López Obrador ha dicho que sus transformaciones -lo que eso signifique- serán de tal magnitud que los siguientes gobiernos no puedan revertirlas. Si, este presidente da miedo. La segunda lectura tiene que ver con el propio partido de Morena. El movimiento social que debió convertirse en el partido político, es incapaz de funcionar en el marco de la legalidad. La causa tiene que ver con la omisión de López Obrador para orientar la vida interna de Morena. La ex líder del partido está acusada, por la propia dirigencia, de desviar cientos de millones de pesos, y; tuvo que ser un Tribunal Electoral quien decidiera un método para elegir al nuevo dirigente, básicamente porque los morenistas fueron incapaces de hacerlo. Y la telenovela aún no acaba. Todo esto no tiene que ver con el pasado. Solo tiene que ver con la actuación de un presidente que no sabe qué hacer.