Al oeste de Francia, autoridades dispersaron este sábado una fiesta clandestina con una asistencia de mil 500 personas, acción policial que dejó varias personas heridas. Medios locales detallaron que 400 policías evitaron dicha fiesta clandestina en un hipódromo en la región de Bretaña, cercana a la localidad de Redon. El saldo de este hecho es de cinco policías lesionados y un joven de 22 años que perdió una mano. Durante varias horas, la policía tuvo que enfrentarse a individuos que se niegan a abandonar las instalaciones de esta reunión. el cual era un homenaje al joven Steve Maia Caniço, quien murió en Nantes durante la Fiesta de la Música hace dos años.

Incluso, la policía tuvo que usar gases lacrimógenos para dispersar a la gente, que intentó hasta en dos ocasiones organizar la fiesta. El fiscal de la ciudad de Rennes, Philippe Astruc, detalló que hay cinco hombres detenidos por estos incidentes. El prefecto del departamento Ille-et-Vilaine, Emmanuel Berthier, apuntó que se registraron “disturbios de gran violencia”. “Los enfrentamientos extremadamente violentos duraron gran parte de la noche, más de siete horas”, expresó el prefecto, quien recalcó que también hubo lanzamientos de bombas molotov, bolas de petanca, así como bloques de hormigón. Esta fiesta clandestina se organizó pese a las restricciones impuestas en Francia contra el COVID-19, en donde hay toque de queda a partir de las 23:00 h locales, y que este domingo será levantado debido a la disminución de los casos positivos en el país

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Con información de López-Dóriga Digital