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En estos tiempos, la prosperidad de los países depende cada vez menos de sus recursos naturales y cada vez más de sus recursos humanos
01:52 lunes 24 septiembre, 2018
PERFIL EDUCATIVO“Ser emprendedor no consiste en crear una empresa: se trata en realidad de una forma de ver el mundo, que permite descubrir oportunidades allá donde otros ven problemas y asumir riesgos cuando otros buscan seguridad.”
Michael Bloomberg
Error Número Diez: No emprender. En estos tiempos, la prosperidad de los países depende cada vez menos de sus recursos naturales y cada vez más de sus recursos humanos – educación, creatividad, innovación y emprendimiento –. ¿Cómo fue que el Japón surgió del desastre de mediados del siglo pasado, tal como el Ave Fénix emergió de las cenizas? ¿Cómo es que por mucho tiempo se ha constituido en una de las primeras potencias económicas del mundo? Su suelo es fundamentalmente montañoso, por lo que la superficie agrícola disponible es muy limitada, su superficie boscosa es menor a la centésima parte de la que Canadá posee, prácticamente no cuenta con recursos minerales, su territorio es apenas comparable con el de los estados de Chihuahua y Aguascalientes juntos y su población es superior a la de México. Las condiciones económicas y sociales del pueblo japonés al finalizar la Segunda Guerra Mundial eran lastimosas: Después de haber sido víctimas del criminal ataque norteamericano sobre Hiroshima y Nagasaki, el 40% de sus principales ciudades se encontraban en ruinas, más de dos millones de muertos, un ingreso per cápita anual de veinte dólares y un sin fin de males que les aquejaban. Al ser los únicos recursos que el Japón tiene en abundancia son: agua y japoneses, se preguntaron ¿qué podemos hacer para levantar a la nación? Su respuesta fue: aprender y emprender. Y así rehicieron su país y al mismo tiempo lo convirtieron en una democracia moderna. Actualmente son la tercera potencia económica del mundo. Mientras la economía global continúa en decadencia, existe una región que sigue creciendo a pesar de los bancos en quiebra, mercados inciertos y altas tasas de desempleo: Silicon Valley. En los últimos dos años, más de 100 aceleradoras de negocio han aparecido allí, y el número de inversionistas ángeles se ha multiplicado. Hoy en día, poco más del 40% de todas las inversiones de capital de riesgo en Estados Unidos provienen de firmas de Silicon Valley, en comparación con el 10% de Nueva York. Silicon Valley, vive un ecosistema en donde la meritocracia es quien reina en el lugar, en el que se vive una cultura tolerante al riesgo que es la mejor esperanza para el futuro de la prosperidad estadounidense y la comunidad global de negocios y ofrece lecciones para inspirar reformas en otras comunidades e industrias, desde Washington, D.C. a Wall Street. El sueño californiano del que hablaban The Mamas & the Papas en su inmortal tema del 65 ya es potencia mundial. La quinta, para ser exactos de acuerdo a datos federales. No es un país, pese a los tibios cantos independentistas que se despertaron tras la llegada de Donald Trump al poder, pero si lo fuera sería la quinta economía a nivel mundial, por delante del Reino Unido. El Producto Interno Bruto del estado más poblado de los Estados Unidos aumentó en 127.000 millones de dólares de 2016 a 2017, sobrepasando los 2,7 billones de dólares, en contraste con la leve contracción que experimentó el PIB británico en el mismo periodo. Por delante ya sólo le quedan Alemania, Japón, China y Estados Unidos. Gran parte de este logro se debe a Silicon Valley. La clave del éxito de las naciones, de las regiones, de las comunidades y de las personas es, en definitiva: el emprendimiento. "El fracasado es una persona que hace las cosas mal pero que no es capaz de sacar beneficio de la experiencia." Elbert Hubbard John C. Maxwell menciona que la diferencia entre la gente promedio y los triunfadores es el concepto que tienen del fracaso y cómo lo enfrentan. El emprendedor desarrolla resiliencia, aprende de sus errores, toma sus fracasos como una escuela y no como un lastre que condicione sus intentos futuros. “Muchos de los fracasos en la vida, los experimentan personas que no se dan cuenta cuán cerca estuvieron del éxito cuando decidieron darse por vencidos.” Thomas Alva Edison Fallar no significa que se ha fracasado. ¿Sabías que los empresarios casi nunca despegan al primer intento? ¿Ni al segundo? ¿Ni al tercero? Según Lisa Amos, profesora de comercio de la Universidad de Tulane, el promedio de veces que los hombres de negocios fracasan antes de dar con el éxito es de 3.8. Muchas personas egresan de la universidad con gran temor al fracaso, por lo que huyen de él y por hacerlo caen en la inacción, con lo que no se logra nada y por lo tanto no se puede alcanzar el éxito. El exceso de análisis produce parálisis y ésta produce falta de resultados. Hay quienes se gradúan con honores, pero eso no quiere decir nada. Jugar con éxito el juego de la escuela y absorber grandes cantidades de información no significa estar preparado para lo que nos espera más adelante. Muchas personas creen que la estabilidad de una carrera se consigue minimizando los riesgos. Pero irónicamente, en un mundo cambiante esa es una de las actitudes más arriesgadas que se puede tener. Si no quieres correr riesgos, lo mejor será resignarte a quedarte como estás y más probablemente, a estar cada vez peor. Tu edad y el momento de tu carrera influyen en los niveles de riesgo. Por lo general, los inconvenientes de un fracaso son menores cuantos menos años tienes. No esperes a tener 50 años para emprender, cuando tengas compromisos personales, familiares, laborales y sociales, y los efectos colaterales sean mayores. Aprende y emprende cuanto antes: Un proyecto, un negocio, un viaje, una vida. Aprende a ser constructor de tu futuro y arquitecto de tu porvenir aprendiendo a hacer y haciendo, seguramente tendrás errores en el camino, son parte de tu aprendizaje. *Profesor, coach y periodista. Tecnológico de Monterrey, [email protected]