Nos pasamos la vida mirando pantallas. Nos levantamos revisando Instagram, desayunamos informándonos a través del celular, trabajamos pegados a la computadora, aprovechamos cada segundo libre para enviar algún WhatsApp y cuando llegamos a casa, para "desconectarnos" encendemos la televisión para ver alguna serie. Así un día tras otro, a pesar de que el tiempo máximo que se recomienda pasar delante de una pantalla es de dos horas diarias. Pero la realidad es distinta, ya que según un informe de la asociación profesional de ópticos de Estados Unidos The Vision Council, nueve de cada diez adultos las exceden ampliamente y llegan a pasar hasta 11 horas diarias conectados a los medios de comunicación, como firma un reciente estudio de Nielsen. Unos datos muy similares a los que revela la encuesta elaborada por el Colegio Oficial de Ópticos Optometristas de Cataluña señalando que "los menores de 30 años pasan más de diez horas y media diarias delante de las pantallas; las personas entre 31 y 45 años, más de 9.3 horas y las personas entre 46 y 60 años, unas 8.3 horas". Los efectos de esta sobreexposición ya son visibles. En apenas dos décadas se han duplicado los problemas oculares y detectado "dolores de cabeza y cervicales, cansancio constante, sueño interrumpido o estrés" en más de la mitad de la población, como consecuencia del visionado excesivo de luz azul, tal y como recoge el trabajo de The Vision Council. Las evidencias presentadas por distintos grupos de investigadores son tan claras que, en España, el Tribunal Supremo reconoció legalmente que el uso de las pantallas digitales perjudica la salud ocular. ¿El fin de la dependencia digital? Ante este panorama no es de extrañar que cada vez sean más los estamentos que se están implicando en la búsqueda de soluciones para un problema que, todo apunta, irá a más. Uno de los proyectos más interesantes es IRL Glasses -In Real Life-, unos lentes capaces de bloquear la luz que emiten las televisiones, computadoras y paneles publicitarios electrónicos. El complemento creado por el artista, diseñador y activista estadunidense Ivan Cash, es "mitad pieza de arte provocativa, mitad producto" y , explica a FCINCO, fue concebido con un doble objetivo: "hacer que las personas se replanteen su relación con la tecnología y ofrecerles la posibilidad de que elijan cuándo y cómo interactuar con las pantallas que les rodean". El interés que han desatado estos lentes capaces de apagar las pantallas LED y LCD con sólo apuntar hacia ellas es enorme. Los primeros dos mil pares lanzados a través de Kickstarter a un precio de 49 dólares (casi mil pesos) se agotaron en cuestión de horas y dejaron claro el interés del personal con hacerse con lo que algunos medios han denominado "el Ad-blocker de la vida real". Para Cash, que consiguió recaudar más de 140 mil dólares (dos millones 674 mil 541 pesos) con sus lentes inspirados en la película de culto Están vivos, no hay duda. "Gran parte del éxito de las IRL se debe al progresivo aumento en los niveles de frustración de una sociedad que ve impotente cómo su grado de dependencia de lo digital no deja de aumentar". Ante las numerosas dificultades técnicas encontradas para mejorar la versión beta en busca de unos lentes capaces de bloquear toda luz que procede de un dispositivo electrónico, el equipo de Ivan decidió atrasar la llegada de las IRL 2.0 y centrarse en el diseño de la que, esperan, será la primera colección de moda capaz de bloquear cualquier señal emitida desde un aparato electrónico. Aunque todavía es una idea, Cash sueña con crear distintas prendas textiles que, al ponerse, impidan tanto la cobertura telefónica como el funcionamiento de las redes WiFi y Bluetooth o los sistemas GPS. Algo que, creen, están en condiciones de conseguir gracias a las enormes posibilidades que ofrecen los tejidos desarrollados por Faraday Fabric. "Imagina todo lo que podemos llegar a conseguir diseñando una colección de ropa partir de este material capaz de inhibir todo tipo de señales. Por ahora no puedo contarles más". -- Milenio