CIUDAD DE MÉXICO.- Un restaurante que conoce el gran valor de la persuasión, sabrá cómo aplicarla para hacer que gastes más dinero en él. ¿Cómo lo habrá hecho? Seguramente se puso en las manos de algún consultor que se asegurara de que la marca, las imágenes, los colores y cualquier otra cosa se mezclara armoniosamente para hacerlo rentable, porque bien sabe que el menú es más que una ‘carta’ de presentación… es la persuasión andando si se sabe aplicar. Hoy te revelamos ocho formas en que un buen menú puede influir en tu cuenta.

1. Limita tus opciones Los mejores restaurantes saben que entre más opciones tenga el comensal, más ansiedad tendrá para escoger sus platillos. El número mágico para una carta exitosa es siete o menos opciones por categoría porque si se tienen más es probable que el consumidor escoja algo que ya ha probado y es menos probable que vuelva. Además un menú bien diseñado te motivará a probar algo diferente (y usualmente más caro). 2. Añade fotos Tal vez el menú físico no las contenga, pero te apostamos que el menú digital sí lo hará. Además, aunque las fotos en el menú físico puedan parecer un recurso barato, sabiéndolas tomar y acomodar en la carta sin atascarla, podrían brindar el efecto contrario para un restaurante promedio. Esto es porque respondes a la imagen en la pantalla como lo harías ante un plato delante de ti, si tienes hambre o muchos deseos de ir, tu cerebro te engañará porque cuanto más vívida y realista sea la imagen, más se va a estimular tu respuesta hacia ella. 3. Manipula los precios Una manera de animarte a gastar más dinero es desapareciendo el signo de pesos ($), porque eso es un signo de dolor. En lugar de $200.00 es muy probable que veas 200.00 o sólo 200 e incluso con letra, (como el menú de Pujol). Por cierto, el recurso de 199.90 en vez de 200.00 seguirá reinando tanto en supermercados como en restaurantes. 4. Usa trampas En los menús, la perspectiva es todo. Un truco es incluir un platillo increíblemente caro cerca de la parte superior del menú, lo que hace que todo lo demás parezca tener un precio razonable. La mayoría de las veces no esperan que ordenes una langosta de 1500 pesos o más (a menos que seas Shane Smith) pero seguro que 500 pesos por un buen corte parecerá algo decente. Además siempre se jugará con las preconcepciones. Los precios más caros (siempre y cuando se encuentren dentro de los límites de lo que el cliente está dispuesto a pagar), sugieren que la comida es de mayor calidad, así los comensales se sentirán más satisfechos (emocionalmente) al salir. Por ejemplo, un estudio dio a los participantes la opción de escoger entre un buffet de 8 o 4 dólares. Aunque la comida era exactamente la misma, quienes escogieron el de 8 dólares la calificaron como más sabrosa. 5. Busca tu mirada Al igual que los supermercados colocan artículos rentables al nivel del ojo, los restaurantes diseñan sus menús para sacar el máximo provecho de tu mirada. La parte superior derecha es donde usualmente van los elementos más rentables. Otro truco es crear espacio alrededor de artículos más caros al ponerlos en recuadros u otro elemento que los separe del resto de las opciones. 6. Manipula los colores Diferentes colores ayudan a evocar sentimientos y comportamientos distintos y los restaurantes lo saben muy bien. ¿Has notado la cantidad de restaurantes que utilizan tonos cálidos en su local y menú? Diversos estudios señalan que estos tonos estimulan el apetito.

7. Utiliza palabras ‘nice’ No es lo mismo vender un 'cerdo con verdolagas' que un 'entrecot de cerdo con hojas verdes sobre espejo de salsa de tomatillo y chile serrano', ¿verdad? Entre más largas y más detalladas sean las descripciones de los alimentos, más ‘caché’ y más ventas. Además, está de moda, ¿no? El secreto está en que la descripción hace sentir al cliente que le estás dando más por su dinero. Adjetivos como 'orgánico', 'local', 'fresco' y demás son grandes vendedores porque todos ellos ayudan a aumentar la percepción de la calidad del producto. Por ahí dicen que verbo mata carita. 8. Te hace sentir nostálgico Todos tenemos una comida que nos lleva de vuelta a la infancia y los restaurantes lo utilizan para su beneficio. Aludiendo a tiempos pasados pueden desencadenar recuerdos felices de la familia, la patria, el juego y demás, de acuerdo con un estudio. Ten esto en cuenta cuando pruebes la sopa o el flan de la abuela. -- EXCÉLSIOR