David Ferrer sacó a relucir su coraje, arma más poderosa a lo largo de su extensa y luminosa carrera, para contener el ímpetu de Andrey Rublev, una de las jóvenes promesas del tenis. El español resolvió sin contratiempos un debut que parecía complicado en Acapulco y avanzó a la siguiente ronda casi sin despeinarse. Al longevo tenista valenciano, de 35 años de edad, le bastó una hora 23 minutos para fulminar 6-4 y 6-3 al ruso, 15 años menor que él, en el partido estelar de la primera jornada de actividades del Aniversario XXV del Abierto Mexicano de Tenis. A pesar de tener solo el 48% de efectividad en su primer servicio y no sumar ningún ace, Ferrer logró salir triunfante el nacido en Moscú en 1997, quien pese a dar atisbos de una posible recuperación tras un 0-3 en el segundo set, nunca pudo resolver la encrucijada planteada por un rival que hizo de su experiencia su mejor aliada. “Fue un segundo set con mucha intensidad, pero bien, contento con ganar un partido ante un jugador tan bueno”, dijo Ferrer al término del juego. El de Javea, cobró de esta manera venganza, luego de que en su único enfrentamiento previo, el Rey David cayó sorpresivamente en cinco sets en la pasada edición del Abierto de Australia a manos del joven ruso. “Siempre trato de jugar cada partido al máximo, entregando lo máximo de mí, no pienso en revancha sino en cómo ganar cada juego”, explicó. Así, Ferrer debutó con el pie derecho en Acapulco, certamen del que es el máximo ganador tras haber cosechado cuatro títulos, misma cantidad que el austriaco Thomas Muster. La experiencia se impuso, al menos por esta ocasión, a la frescura de un NextGen que pasó de noche en el Puerto.

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Mediotiempo