Pese a que la Administración de Enrique Peña Nieto advierte que creó más empleos que en los últimos cinco periodos presidenciales, dejará una herencia de 23.6 millones de trabajos ocupados que perciben menos de dos salarios mínimos (5 mil 301 pesos) mensuales. Un análisis del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, basado en datos del Inegi, señala que al tercer trimestre del 2018, la población ocupada que tiene ingresos hasta de un salario mínimo sumó 8.5 millones y creció 16.2 por ciento respecto al mismo periodo del año pasado. El 64 por ciento de la población ocupada se compone de quienes desarrollan un trabajo subordinado o asalariado y el resto son ocupados por cuenta propia, empleadores y trabajadores no remunerados. El estudio refiere que los ocupados que ganan de uno y hasta dos salarios sumaron 15.1 millones al cierre de septiembre y aumentaron 10.5 por ciento en el último año. De hecho, la mayoría de la población ocupada en México se ubica en el rango de ingresos de entre uno y hasta dos salarios mínimos. En contraste, la caída más significativa ocurrió el nivel de ingresos más elevado, que contempla a aquellas personas que ganan más de cinco salarios mínimos, con un descenso anualizado de 11.6 por ciento. Dicho grupo asciende a poco más de 2 millones 405 mil, lo que equivale alrededor del 5 por ciento de la población ocupada. "Uno de los grandes retos de la nueva Administración será el resolver el grave problema de la precarización que enfrenta el mercado laboral nacional. El punto clave estará en conseguir incrementos salariales basados en la creación de puestos de trabajo especializados y no solo en el aumento de las retribuciones por decreto. "Para ello será imperativo recuperar e impulsar el desempeño del sector industrial como motor de crecimiento, ya que esta actividad económica es una de las principales generadoras de plazas laborales en la economía formal", señaló María Fonseca, autora del análisis y profesora del Tecnológico de Monterrey. Asimismo, añadió que la baja en los salarios ha impulsado la tasa de subocupación, es decir, aquellas personas que se hayan en la necesidad y están dispuestas a trabajar más tiempo. Los individuos en dicha condición representan 7.1 por ciento de la población ocupada, cifra que representa más del doble de la tasa de desocupación (3.5 por ciento). -- Reforma