El huachicol de cables de cobre que son robados a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) mediante vandalismo, le han generado pérdidas por 488 millones 134 mil pesos. Lla cantidad sustraída equivale a la distancia en kilómetros que hay entre la Ciudad de México y San Diego, California, en Estados Unidos. Entre 2012 y el primer trimestre de este año, la empresa ha sufrido el robo de dos mil 896.77 kilómetros de cables de cobre, con lo cual cada día las bandas de asaltantes arrancaron 858 metros, esto es 6.6 veces el largo de la cancha del Estadio Azteca. El daño económico provocado a la empresa equivale a la entrega de 191 mil 425 pensiones para el bienestar o puede alcanzar para vacunar a 1.7 millones de personas contra covid-19. Además, cada día transcurrido, la CFE registró una merma económica de 144 mil 632 pesos en promedio. El metal sustraído es vendido en el mercado negro que resulta redituable para los ladrones, dijo Luis Bravo, director de comunicación de la CFE. De acuerdo con una investigación de este medio, el kilo de cobre es uno de los materiales más caros para su venta como chatarra, pues se comercializa hasta en 97 pesos, por encima del aluminio, el vidrio o el PET. Los chatarreros los transfieren a plantas recicladoras en donde se funden. “El cobre es un metal que es susceptible de comercializarse para otros fines y se convierte en un activo o material muy atractivo para la delincuencia”, afirmó el funcionario de la CFE. Además, el impacto económico, también se genera un daño social, pues estos actos vandálicos provocan cortes de luz. “Sucede en la noche, llegan unos pillos, abren las tapas, se roban el cable y dejan sin energía a la gente, luego hay que sustituir el cable y restablecer el servicio. Son actos vandálicos, y la víctima es la CFE”, enfatizó. -- Con información de El Heraldo de México