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Todos hemos hecho inversiones que no han dado frutos, hemos apostado nuestros más grandes sueños en algo que no resultó,
01:55 domingo 28 febrero, 2021
La MatatenaLa industria sin chimeneas ya se sabe, ha sido uno de los rubos más afectados por la crisis que ha traído la pandemia por Covid-19 en nuestro país. Ante los primeros contagios que se detectaron en México, los hoteles fueron los primeros en cerrar total o parcialmente operaciones. Y aunque el muy cuestionable manejo de la pandemia por las autoridades federales, está causando que México sea el tercer país más visitado en el mundo (por las nulas restricciones para ingreso y el no monitoreo de turistas) no ha sido suficiente para que el sector turístico pueda mantener la cabeza fuera del agua. Que tan cierto es aquello de que el Covid-19 sólo vino a fracturar lo que ya estaba astillado, a colapsar lo que carecía de cimientos, y a dar el tiro de gracia a lo que ya estaba agonizando; y esto en muchos aspectos: educación, salud, economía, manejo de crisis…y turismo, el turismo de San Luis Potosí. Ante la emoción que traen los videos promocionales del estado y los números felices de los funcionarios del sector, los ajenos a este rubro pudiéramos pensar que todo con la atracción del turismo iba viento en popa en la entidad, pero nada ha estado más lejos de la realidad, si no, pregúntenles a los dueños de hoteles, restaurantes y otros servicios terciarios en el estado. Es un secreto a voces que existe una gran inconformidad entre los empresarios del sector por la forma en la que están manejando el famoso fideicomiso que se nutre de los impuestos al sector hotelero, y el esquema de trabajo del Consejo Consultivo de Turismo. Hay exceso de funcionarios (algunos que no tienen ni vela en el entierro ni tampoco idea de las necesidades de este rubro) y una muy desproporcionada integración de la iniciativa privada. Esto lo que provoca es que se estén quedando fuera opiniones que bien podrían refrescar la forma de hacer turismo en la entidad. El turismo antes de la pandemia en San Luis Potosí ya iba mal. Ni promocionan, ni aportan, ni impulsan, ni tampoco aceptan puntos de vista, y bien lejos se ve el momento en que puedan en lugar de pelear asientos en la mesa redonda, traernos visitantes. Y sí, en plena pandemia mundial se lee muy raro el hablar de impulsar el turismo, pues bien, algunos otros estados que saben la importancia de la derrama económica ya tienen el píe en el acelerador y están cerrando eventos mundiales para el 2024, 2025 y 2026…¡que impotencia!. Y son convenciones de calidad internacional, y es que con todo lo que amo a mi estado, el turismo en San Luis va más allá de la Procesión del Silencio y de mi Tamasopo del alma (lugar que amo profundamente y en donde quiero envejecer). Todos hemos hecho inversiones que no han dado frutos, hemos apostado nuestros más grandes sueños en algo que no resultó, pusimos amor en lo que no floreció y dedicamos tiempo en el lugar equivocado. Pues todo lo anterior les está sucediendo a quienes aún sin ingresos y con las manos atadas, deben cubrir los salarios de sus hoteles, restaurantes, agencias de viajes o empresas de transporte. Empresarios que hoy en día deben decidir si deshacerse de su inversión o vender su casa, el patrimonio de toda una vida. Y mientras ellos tienen que resolver día a día la liquidez del negocio, las decisiones que pueden no solo salvar miles de empleos en la entidad, sino que mejorar las ofertas laborales, están como perdidas en el espacio, en tanto que el carro lo manejan quienes no dimensionan el efecto de las malas elecciones: las anacrónicas, las caprichosas y las egoístas.