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Resulta una burla que la Auditoría Superior del Estado exija un incremento presupuestal en 2018, para comprar autos nuevos, cuando ni siquiera tiene lista la nueva auditoría de las Cuentas Públicas 2016.
19:31 miércoles 27 septiembre, 2017
ColaboradoresResulta una burla que la Auditoría Superior del Estado exija un incremento presupuestal en 2018, para comprar autos nuevos, cuando ni siquiera tiene lista la nueva auditoría de las Cuentas Públicas 2016. Según informó la encargada de despacho de la ASE, la segunda revisión de las cuentas públicas ya está en marcha, pero no hay fecha para que las auditorías estén listas, toda vez que el despacho DFK, contratado para esta actividad, apenas está revisando la información disponible. Rocío Elizabeth Cervantes reveló que el despacho tiene su sede en la Ciudad de México, que sufrió un sismo el pasado 19 de septiembre, por lo que los encargados de la auditoría tuvieron que regresar a la capital del país, pero en unos días estarán de regreso para continuar con los trabajos. Ésta debería ser la prioridad de la ASE. Concentrarse en entregar los nuevos resultados de la auditorías, resultados que revelarán, además, si realmente existía blanqueo de cuentas públicas, auspiciado por diputados locales. Si los montos observados a cada municipio resultan iguales significa que no hay delito que perseguir, pero si a un municipio le observaron 20 millones y resulta que obtiene observaciones por 100 millones, entonces sí hay problema. Las nuevas auditorías, en sí mismas, serán una prueba clara de la existencia o no de una red de corrupción al interior del Congreso. Y sí existe una red de corrupción en la ASE no se puede entregar un peso más a la Auditoría, mucho menos para comprar autos. ¿De que serviría que un auditor se traslade a un municipio para revisar su gasto público, si al final, con un moche, se arregla el problema? Sorprende que el diputado Héctor Mendizábal diga que la principal razón por la que piensan negar el dinero a la ASE, es porque se necesitan recursos millonarios para reconstruir el país, luego del sismo. Ciertamente se requieren, pero aunque no hubiera temblado en México, la ASE no merece un peso de recursos públicos, si antes no se refunda, si antes no se garantiza que su personal es confiable. Ninguna nueva auditoría tendrá credibilidad si se sigue dejando a la ASE operar como hasta ahora, y la iniciativa de presupuesto que presentó la encargada de despacho parece querer eso. Seguir como si nada hubiera pasado, como si fueran una dependencia “ejemplar”. Como ciudadanos estaremos atentos a los resultados de la nuevas auditorías, pero también al proceso de elección del nuevo auditor. En ambos procesos está el futuro de la ASE y los diputados deben concentrarse en estos, no en darle más dinero.