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La Cuarta Transformación lo sabe, y es por eso que busca no solamente concretar que no existan contrapesos en el Palacio de San Lázaro, sino también llevar perfiles que le sean leales
10:01 domingo 11 abril, 2021
La MatatenaEn las elecciones intermedias para el proyecto de gobierno del presidente López Obrador se pone en juego la mayoría en el Congreso de la Unión; su mayoría. Esa que puede garantizarle casi a ojos cerrados la aprobación de cuanta iniciativa envíe por más incongruente que esta sea. La Cuarta Transformación lo sabe, y es por eso que busca no solamente concretar que no existan contrapesos en el Palacio de San Lázaro, sino también llevar perfiles que le sean leales y no se desmarquen de los proyectos presidenciales una vez que lleguen a una curul federal. Tal vez por eso Morena, que no ha dejado de explotar la marca del presidente en sus actuales campañas, no ha escatimado en la imposición de perfiles que nada tendrían que ver con el quehacer legislativo. Y peor aún, que no llevan para nada la representación de la ciudadanía. Uno de los casos de imposición más mediáticos en los últimos días es el de Pedro Carrizales “El Mijis”, diputado local en San Luis Potosí que es conocido por ser un “chico banda”, y que Morena pretende llevar en su lista plurinominal en la cuota indígena. Y pues como en la guerra, en el amor y hasta en la política todo se vale le falsificaron su documento de pertenencia a una comunidad indígena, en donde dicho sea de paso pues ni lo conocen. Otro caso para llorar de vergüenza es el del cantante noventero Francisco Xavier, a quien Morena en el estado de Hidalgo intentó postular en su lista plurinominal por la cuota de personas con discapacidad…dos veces… ¿lo peor? El hombre que por ciento canta espantoso, no tiene ninguna discapacidad. Bueno, el partido hasta ha querido impulsar una candidatura para la prima de López Obrador, Manuela del Carmen Obrador, por el Distrito 1 en Palenque Chiapas, la cual corresponde a una mujer indígena. Como estos casos, hay muchos. Y es que, ante los cuestionamientos frontales de partidos opositores que han generado alianzas pragmáticas, de la Federación Aliancista que cada vez se ha endurecido en sus posicionamientos, y de los propios medios de comunicación que cuestionan cada vez más el actuar del mandatario, más que nunca el presidente ve con ojos de riesgo la culminación de su proyecto. ¿Qué tanto ha de necesitar aliados que ni siquiera puede frenar a Félix Salgado y su fiel escudero Mario Delgado, que ya hasta quieren desaparecer al Instituto Nacional Electoral? Ni en nuestros sueños más extraños habríamos imaginado que en un contexto como en el que México vive actualmente, a un presidente se le hubiera ocurrido desaparecer recursos tan indispensables como los que permiten fortalecer la seguridad en los municipios. Ni que siendo las energías renovables una condicionante a nivel mundial para la instalación de empresas, apostara todo en energías fósiles. Y no digo que el empuje a Dos Bocas esté mal (porque el petróleo sigue siendo una industria millonaria en México, generadora de miles de empleos y la principal actividad económica en algunos estados, como Campeche), lo que si está mal es no equilibrar con una alternativa en energías renovables que es el proyecto de su gran socio comercial: Estados Unidos, y además una tendencia mundial. Tampoco habríamos imaginado una reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, una a la Ley de Hidrocarburos… ni otras tantas cosas. Tal vez para alguna parte de la población, López Obrador sea un referente de cambio, pero sí se percibe como un líder cerrado a la opinión y al trabajo en equipo. Y su actuar como presidente ha parecido más una imposición. Dicen que el poder por si solo es peligroso, pero el poder sin contrapesos es una combinación peligrosa.