Vínculo copiado
De complejidad enorme, podríamos calificar alcanzar el anonimato en la búsqueda del bien para los demás. La popularidad y los reflectores, son fáciles caminos para perder a las más nobles causas. La lucha interior, tiene que ser permanente en contra del ego y la soberbia, no se debe dar tregua. Tampoco, habría que descansar en contra la avaricia.
00:04 jueves 28 septiembre, 2017
ColaboradoresDe complejidad enorme, podríamos calificar alcanzar el anonimato en la búsqueda del bien para los demás. La popularidad y los reflectores, son fáciles caminos para perder a las más nobles causas. La lucha interior, tiene que ser permanente en contra del ego y la soberbia, no se debe dar tregua. Tampoco, habría que descansar en contra la avaricia. En la era de la tecnología y la ciencia, con las ventajas que la evolución nos da, nuestras vidas parecen cambiar y, no necesariamente para bien. Cabe la posibilidad de estar en la ante sala de la des humanización de la especie humana y, por ello involucionarse. Cada noche, cuando llega la calma de las tareas cotidianas, he tratado de hacer el balance de las acciones realizadas en el dia, entre lo bueno y lo malo, una práctica que he conservado siempre. Buscar el equilibrio que deberíamos tener en nuestra convivencia gregaria y arreglar los conflictos desde mi individualidad, en primera instancia. Las últimas noches, ha cambiado la rutina, en mis recuerdos del día, veo las imágenes de personas, niños y adultos, mujeres y hombres que divagan en la búsqueda de sus seres amados, sin rumbo, quizá en la esperanza de encontrar la vida que se va, las casas y edificios derrumbados, todo ello y más, son imágenes que van y vienen en los pensamientos que me acompañan. El como ayudar a quitar tanto sufrimiento. Quienes naturalmente buscan la solidaridad, ayudan en el anonimato, al reencuentro del sentimiento, se convierten en héroes anónimos, distinto de quienes en los diferentes medios, hacen de la ayuda, una idolatría a la vanidad. Miles de personas, mujeres y hombres, quedarán, en esta tragedia, como en la de 1985, en el anonimato. Nunca necesitaron del la publicación personal, como un camino para ser indispensables en la ayuda. La tragedia de Oaxaca, Chiapas, Tabazco, Guerrero, Ciudad de México, ha dejado, entre mucho, aparte de dolor, desesperanza, y, puesto en evidencia el abandono de las personas, dos características: La solidaridad y el espíritu humanista, desde luego, el que una vez más, se ha hecho presente y, en la lucha por salvar vidas, no se miden los peligros, con tal de recuperar a las personas que pudieron sobre vivir. Los cuerpos inertes, es otra gran tarea de recuperación. Renace la esperanza en una sociedad civil que ayuda y demuestra que la accion, nace de acuerdos no escrito pero también del sentido común solidario, sin esperar la directriz oficial, sin hacer caso de leyes o reglamentos, la sociedad, dicta sus acciones coincidentes. Esta es la etapa de lo imprevisto, ante lo inevitable. El sentirse frágil en la soledad de la impotencia, hace resurgir lo mejor de las personas. Pasada la sorpresa, el miedo, del desasosiego y, de vuelta a lo cotidiano, la condición humana, de muchos, cambia. La avaricia, el ego, lo banal, se empiezan a enseñorear de algunas personas. Muchas en la rapiña, el robo de la ayuda enviada y, otros en el refugio de la fotografía del momento y, aún así, en el reclamo de la feroz conducta de muchos, abandonan el anonimato. Por ello el valor de quienes sin rostro, sin nombre, permanecen anónimos. Seres humanos que encuentra en su intimidad intelectual la esencia de la ayuda por ella misma. Seguir en la solidaridad, es obligado, la desgracia hay que aliviarla, pero hacer de ella, una apología al servicio de la egolatría fotográfica o, de la publicidad individual a Costa del sufrimiento ajeno es inmoral. Este es un homenaje a mujeres y hombres también, a los animales que, en el campo del rescate, han acudido y lo sigue haciendo, para ayudar y, aliviar el dolor ajeno, no en el uso del mismo para su beneficio personal. Aún así, el fotógrafo que capta las imágenes de personas en actividad, ayudando, escavando, repartiendo víveres, llevando, regresando, trabajando, todo por los demás, son respetables, son los rostros humanos sin nombres que en la desgracias de otros, no buscan el reconocimiento de los demás y aún así, lo tienen. Son los verdaderos héroes. Ya lo verá, algunos hasta el reconocimiento del rescate de vidas, reclaman la victoria, aún en el riesgo de perder la vida de otros. México es este, el de la solidaridad, el de la ayuda, el del sacrifico. La condición humana, en ocaciones nos pierde. Refundamos nuestra Patria. @jaimechalita