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Pobladores de Cedral, en San Luis Potosí, y municipios cercanos, esperan con viento, polvo y solicitudes en mano al Presidente Obrador
08:01 miércoles 30 enero, 2019
MéxicoHay ráfagas de aire y polvo, polvo como neblina, aire empujándolo hacia adentro de miles de ojos, que vuela los sombreros y arrastra esas bolas de pastos secos hacia ningún lado o hacia todos lados y que aquí llaman rodamundos, y hay un hombre con sombrero y bigote llenos de polvo y una medallita de un AK-47 colgándole en el pecho. Pero López Obrador aún no ha llegado, este polvo nace con el aire, en medio del desierto, y si ha llegado su camioneta no ha podido pasar por el camino tan angosto. "¿Usted viene con el Presidente? Entréguele nuestra solicitud", dice el hombre, José Eduviges Mendoza, chamarra gris, camisa a cuadros rojos y blancos, piel gruesa de miles de días bajo el sol, presidente de la Sociedad de Productores de Matehuala. Primeramente felicita "al mejor Presidente de todo el mundo". Eduviges la apoya pero que sería bueno que el Presidente mandara a un representante a comprobar que aquí es por necesidad. "Que chequen de La Terquedad, que es un rancho, para acá, lo venden, sí señor, pero no gasolina, es puro diésel y no es como en Michoacán que es delito que mueve miles de barriles, aquí es un tambito, aquí no hay ductos, aquí los compañeros no bajan una pipa, bajan un tambito o dos o tres. O llegan los camioneros y les dan a los poquitos huachicoleros un tambito y ahí ellos les dan su comida, una gordita, dos gorditas". Entonces esa es su petición, porque a veces un trailero les paga ordeñando su propio trailer. Aunque es cierto que son más los piperos los que cambian el líquido. "Es puro diésel, es lo que ordeñan de las pipas, están ahí sobre la Carretera 57, entre Saltillo y San Luis, pero lo hacen por necesidad, ¿qué van a hacer?", dice Juan Rodolfo Acevedo, de la comunidad de El Jarro. Tiene 81 años, pero parece de 20 menos. Llegó aquí, a este paisaje bíblico de polvo y aire, a agradecerle a López Obrador: "A mí ya me dio mi doble de pensión, sí, gracias a Dios, a mí ya me cumplió". Pero son más las peticiones. El Presidente viene a presentar el programa de Canasta Básica de alimentos, 40 productos que estarán disponibles a precios bajos en las más de 27 mil tiendas comunitarias. La Unidad de Inteligencia Financiera ubicó a San Luis en el noveno lugar de operaciones ilegales de huachicol. El Gobierno cree que poniendo a bajo precio el arroz, frijol, maíz, pescado seco, carnes, leche... bajen esos delitos, aunque aquí, ahora, nadie está pidiendo eso. Se llama José Eusebio Rodríguez Robles, del Ejido El Agarrón, lleva 25 años pagando mil 80 pesos por una casa del Infonavit que sacó en 62 mil pesos y resulta que a la fecha ya debe 180 mil. "Yo nomás quiero que me ayude a eso, de todo lo demás, ¿qué le digo? ¡Una chulada de mi Presidente!". O el comisario del Ejido Refugio de las Monjas que viene pidiendo una bomba de agua sumergible porque la que tienen ya no sirve, pero su hoja no trae ni teléfono. "¿Usted cree que haga falta?". Y luego añaden esa fe casi a ciegas. La esperanza que por ahora brota de la nada, como esos rodamundos que van a ninguna parte: "Todavía no me ha cumplido en nada, pero yo creo que sí me va a cumplir", dice la señora Heriberta Colunga, de 70 años, cruzando las manos. El polvo no cede, truena contra la la ropa y los sombreros, como granizo. Rebota sobre la carpa blanca, pero nadie se espanta. Cientos y cientos llegan empujando sus cuerpos hacia adelante, se cubren con lo rebozos, levantan el cuello, se suben a las sillas, ya llegó el Presidente, precedido por dos jóvenes que en menos de un minuto recogen un montón de peticiones que cargan con los dos brazos. López Obrador cumple el ritual de los apapachos y las selfies, que puso de moda Enrique Peña Nieto. Presenta la canasta básica y de paso hace un recuento de todo los programas que anunció como candidato, que anunció como Presidente y que aquí sigue anunciando. Hombres y mujeres llenos de polvo con bolsas y costales de plástico se plantan junto a las camionetas que ya no dicen Conasupo, sino Segalmex, la nueva dependencia llamada Seguridad Alimentaria Mexicana, dirigida por Ignacio Ovalle, ex director de la Conasupo con Carlos Salinas de Gortari. Parece una estampa de otro tiempo que López Obrador pone en sintonía: "pasado el tiempo, que llego a ser presidente de la República, lo busco (a Ovalle) y le digo vamos a hacer lo mismo, pero mejor", dice López Obrador. Los demás se sacuden el polvo, le aplauden, le creen, cae el polvo y los rodamundos ruedan hacia ninguna parte. -- Reforma