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#ESNOTICIA
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Unas elecciones, una reunión, su “corte palaciega”, una llamada, una primera plana y el peso de su presencia fueron suficientes para escribir la historia y para quien quiera aprenderla
15:58 jueves 26 diciembre, 2019
ColaboradoresCartas desde “La Tlacuacha” con el Licenciado Gallo
San Luis Potosí, S. L. P., a los 28 días del mes de diciembre del año de Gracia del tercer milenio y de la era cristiana de 2021
A “LOS MACABEOS”
A LOS JÓVENES O QUIENES PRETENDEN INCURSIONAR
EN LA VIDA POLÍTICA DE SAN LUIS POTOSÍ
Me dirijo a los de mi generación, nacidos en los 80´s para acá, ¡la edad no es tema!. Quienes el día de hoy participen desde una trinchera publica dentro del servicio gubernamental, una curul, la vida de un partido -cualquiera- o apenas incursionando. El servicio y la función pública es también hacer política. Conozco a algunos y sé que muchos pueden y quieren escribir la historia de San Luis el día de mañana como protagonistas, por lo tanto -ley básica- obligados están para hacerlo, en primero conocerla. Uno de esos capítulos, el que escribieron y siguen escribiendo un grupo “de jóvenes inquietos”: “Los Macabeos”.
ADVERTENCIA AL LECTOR: Tormentosa como ha sido la historia de nuestro San Luis, he escrito este relato con testimonios de varios de sus protagonistas, por lo que cualquier corrección o reclamo se dilucida con una cena y dos copas y la posterior replica, nada más.
Después de la turbulencia cincuentera y sesentera donde el “santismo” y el “navismo” tuvieron sus encuentros. La década de los setentas se pinta en el mar de una aparente tranquilidad política, social y económica. En los actores, por ejemplo, los gobernadores Antonio Rocha y Guillermo Fonseca, se aplauden figuras locales; la UASLP también con su propia historia y sus rectores connotados profesionistas; y los alcaldes capitalinos miembros del jet-set político, todos con la bendición del PRI. Hay en general una sinergia entre el sector público, la iglesia y el sector privado. Todos por hacer crecer nuestro San Luis Potosí.
Es 1979 y se avizora el relevo gubernamental. Las ordenes se dictaban desde “Los Pinos” y es el “Líder con Rectitud” -decían los pendones- quien encabeza la candidatura: el Profesor y Licenciado Carlos Jonguitud Barrios. Líder supremo del sindicalismo magisterial y figura nacional, con poco arraigo en lo local. Le acompaña en la alcaldía de la capital para el periodo 1979-1982 el respetado empresario don Miguel Valladares.
El gabinete magisterial -no todo magistral- conformado en su mayoría por maestros -honorabilísima profesión no enfocada a la política-, la conocida “legión extranjera” -cartera de agregados a San Luis que acompañan a don Carlos en su gobierno-, sus constantes ausencias y atenciones primarias a su sindicato provocan el agravio de cierto círculos de “la potosinidad política”, por lo que profesionistas, universitarios, algunos priistas y de otros partidos, empresarios y líderes sociales convencen al líder civilista, el Dr. Salvador Nava, a encabezar otra vez una candidatura al ayuntamiento capitalino para el periodo 1982-1985, quien reaparece en la escena y aquel tranquilo rio político vuelve a cimbrar el Valle del Tangamanga.
Los comicios se celebran a fines de diciembre de 1982, con el Dr. Nava como candidato de oposición al “oficial”, en primera instancia, el vállense de alto arraigo huasteco Héctor González Larraga, quien enferma y entra “al quite” el popular ex-Rector Lic. Roberto Leyva Torres quien pierde las elecciones. Esta derrota envuelve al tricolor local en una coyuntura, donde las riendas que se manejaban desde Palacio de Gobierno se ven débiles y óptimas para que jóvenes universitarios ya profesionistas -la mayoría priistas- encauzaran su juventud e ideales, que años atrás algunos habían enfocado en la UASLP o puestos menores en la administración pública, en revitalizar al “partido oficial”. El tema primario: el PRI.
Juan Ramiro Robledo Ruiz, Alejandro Leal Tovias, Fabian Espinosa Diaz de León, Pedro Pablo González Courtade (QEPD), Miguel Martínez Castro, Jorge Daniel Hernández Delgadillo, Carlos Ramírez Muñoz-Ledo (Secretario Particular de don Carlos), Raúl Camacho Muñoz y Enrique Martens Rodríguez. No más de 30 años, universitarios, profesionistas, priistas -no había otro más viable en su momento-, a través de Carlos Ramírez, marcan en el calendario una entrevista con el Señor Gobernador. La fecha: finales de diciembre de 1982. Lugar: la antigua casa de gobierno en Av. Venustiano Carranza esquina con Naranjos.
La inmensa sala fue el escenario para la plática dentro de las cortesías y cordialidad de un “zorro” consagrado y “venaditos ya muy avisados”. Desde los saludos, pasando por los consabidos comentarios “coberos” a los 9 presentes, adornados por el primer Magistrado potosino, hasta llegar al tema de las elecciones municipales, es cuando el Profesor y Licenciado sentenció:
“-¡Jóvenes, no se equivoquen, Salvador Nava no ganó!-”
Es Manuel Barttlet, Secretario de Gobernación del gobierno de De la Madridista quien “pide no tener problemas en San Luis”. Aunque el deseo del Gobernador fuera contrario: el popular ex-rector “¡sería alcalde!”.
Algunos de ellos -o por personal conocimiento o por información del partido- sabían y se lo dijeron en aquel encuentro que “Nava si había ganado y que por lo tanto la información “oficial” que Usted tiene es errónea”. El ex-Director de la Facultad de Medicina, sin duda, había ganado los comicios.
Minutos después arribaron a la inmensa casona el Secretario de Gobierno local, el Mtro. don Refugio “Cuco” Araujo del Ángel, Helios Barragán, Presidente del PRI, el Ing. Roberto Naif Kuri, Director de Comunicación Social del gobierno estatal y el líder magisterial “Kaliman” Guzmán, quienes fueron sumados a la camaradería con la que había recibido a los jóvenes políticos.
“Es momento de sumarlos y de escucharlos. No piden trabajo en gobierno, quieren trabajar por el partido, ¡ayudémosles!” -palabras ideales que en el recuerdo borroso de los testigos sigue vigente-, “…y me gustaría seguir platicando en otra ocasión, pero… Me tengo que retirar, por favor no comenten nada de esta reunión y menos lo de las elecciones…”. La advertencia fue general, en los presentes descansaba un secreto electoral “de estado” y su histórico peso.
La sonrisa marcaba sus rostros y aun satisfechos había que comentar la reunión en la intimidad de su amistad. Se trasladaron a la casa del joven Alejandro Leal Tovias, centro de reunión ese mismo día, donde apenas ofreciendo una cortesía hogareña, todavía no se sentaban y que suena el teléfono…
“-Casa de la familia Leal Espinosa…-“
“-¿Cómo estuvo su reunión con el gobernador?-“, el “rugido” inquisitivo espíritu de cuestionar que tiene cualquier periodista que se dé a respetar retumbo del otro lado de la línea en la voz del gran Juan José Rodríguez “El Tigre”, en ese entonces en el Periódico Momento.
“-…espérame tantito déjame te paso a Juan Ramiro… Te hablan JR…-“
La pregunta fue la misma y el abogado se limitó a reiterar la palabra dada: “luego platicamos”… … y colgaron el teléfono.
El sonido del silencio de ambos lados de la línea serviría o no para la primera plana de días posteriores en el periódico Momento: “¡Nava no gano: CJB!”.
La declaración a unos jóvenes políticos potosinos de Carlos Jonguitud Barrios de que Nava no había ganado y que su triunfo sería una imposición del Secretario de Gobernación para evitar conflictos sociales había llenado de tinta el rotativo.
La sospecha del testimonio recayó en los presentes… un periodista jamás revela sus fuentes.
Aun así, el cometido estaba hecho. La furia del Gobernador Jonguitud junto al susurro de su corte palaciega: “burlaron su confianza Señor Gobernador”, la pagarían aquellos nueve jovencitos que le habían ido a tocar su puerta. Por supuesto que el enfrentamiento fue brutal. Volvieron a tocar el enorme portón de la antigua casa de la familia Diaz de León Pedroza y ya no se volvió a abrir para quienes se hicieron acreedores al típico comentario “terciado” y de terceros: “se lo dijimos Señor Gobernador”.
Es principios de 1983, a esas alturas ni el recién ungido Alcalde Salvador Nava representaba molestia para el régimen. Eran los nueve “inquietos” políticos quienes lo habían logrado. Su único pecado fue el querer participar en la vida política de su estado. Sus lazos iban más allá de un puesto público, se trataba de fortalecer una participación política por un mejor San Luis Potosí.
Las represalias para cada uno vinieron por todos los medios -públicos y privados- y en su medios, públicos y privados. Mientras más querían conciliar, mayor era el rechazo. Debiendo desencadenar en una posición definitiva: o rendirse o unirse.
Para los nueve no hubo opción. Si no los escucharían a ellos, escucharían a más. Llevando a cabo la primera reunión de este grupo con destacados jóvenes universitarios, profesionistas, gente del PRI, funcionarios públicos, locales y del interior del estado; donde todavía sin nombre que les identificara, levantan la voz y su grito se escucha a nivel nacional:
“¡En San Luis unos jóvenes del PRI se rebelaron contra Jonguitud!”, ¡impensable!.
“¡Fuera la “magistrocracia”!” replicaban.
Tienen en su inicio dos características.
La primera: el gobierno y la sociedad en general no ubicó figura política o social de mayor envergadura que estuviera “azuzándolos” para desestabilizar al “jonguitudismo”, lo que les gano mayores adeptos.
Y la segunda, la misma naturaleza de su grupo era considerada “suicida”: “¿cómo se les ocurría enfrentar al Profesor?”, se escuchaba desde su propia casa hasta la Plaza de Armas.
Días después el también connotado periodista Fidel Briano Rincón, bautiza con el nombre de Los Macabeos a esos nueve jóvenes, haciendo alusión al pasaje bíblico de aquellos que se “opusieron al Rey por su tiranía y se manifestaron negándose a comer carne de puerco”.
40 inviernos han pasado, y aunque por segundo año consecutivo -por un invitado al que no quiere invitar y no es ninguno de los lectores, por aquello de los sentimientos de antaño- no se llevará a cabo la tradicional -y “ruidosa” y eso que no hay música- reunión anual de aquel grupo de “jóvenes inquietos” quienes ya con “las nieves del tiempo plateadas en sus sienes” siguen recordando aquella acción que consideran de independencia, valentía, osades, inteligencia, unión y fuerza. Platicando y vislumbrando la política del San Luis Potosí que han ayudado a forjar en su vida pública contemporánea: “Los Macabeos”.
Alusión histórica que relato para conocerla como parte de nuestro San Luis, al que en estas fechas y con el sustento bíblico del origen “macabeo”, de corazón le deseo felices fiestas, primero Dios.
Y adiós.
Gustavo I. Robledo Guillén