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No cabe duda que los diputados locales no tienen vergüenza y que son expertos en engañar a la ciudadanía. Cuando les conviene, el Congreso del Estado es un organismo que depende de ellos, pero cuando no, se trata de un organismo independiente en materia administrativa.
23:15 martes 14 noviembre, 2017
ColaboradoresNo cabe duda que los diputados locales no tienen vergüenza y que son expertos en engañar a la ciudadanía. Cuando les conviene, el Congreso del Estado es un organismo que depende de ellos, pero cuando no, se trata de un organismo independiente en materia administrativa. Hace unos meses se “dieron baños de pureza” con los despidos de decenas de empleados de la Auditoría que habían sido contratados por recomendación de legisladores, pero que no trabajaban en la ASE, sino que estaban comisionados al Congreso. Pero más tardaron en despedirlos que en volverlos a contratar. Ahora, con los recursos que reciben del Congreso, para la contratación de personal a su cargo. Quizá despidieron personal, para recontratarlos, pero algo queda claro: se trata de sus protegidos. Personas a las que fácilmente puede aplicar el adagio popular, de que vivir fuera del presupuesto es vivir en el error. Muchos de estos empleados son los que tradicionalmente se conocen como “carga maletines”, porque no hacen nada, su verdadero trabajo es fungir como acompañantes de los legisladores, formar parte de su círculo íntimo, de confianza. Y está bien que los legisladores quieran tener a personal de confianza a su alrededor, pero el recurso debería salir de sus bolsillos, del muy “jugoso” sueldo que reciben, no de partidas para contratación de asesores y muchos menos de dinero para contratación de personal especializado en fiscalización, como ocurría hasta hace unos meses. Si un diputado quiere que sus cuates lo acompañen en su trabajo legislativo, que les pague de su sueldo, no de otras partidas administrativas. Pero como los diputados no tienen vergüenza, cuando no pueden tomar de un fondo, lo toman de otro. El que tampoco parece tener mucha vergüenza es el legislador Jorge Luis Díaz Salinas, presidente de la Jucopo, pues cada que se le interroga sobre un tema complicado se sale por la tangente con declaraciones como: “yo no soy niñera de los diputados”, “no voy a andar haciéndoles recomendaciones”, “no voy a andar checando en qué usan el vehículo”. Lamentamos decirle que está equivocado. La Jucopo justamente tiene ese objetivo. Ver por el bien financiero del Congreso, no dejar que los diputados hagan lo que les dé su gana. Para ese caso, mejor desaparecemos la Jucopo. Todavía hace unas semanas los legisladores anunciaron con bombo y platillo una reducción considerable al presupuesto de la ASE, gracias a los despedidos… Lo que no dijeron es que ya habían recontratado a varios en el Congreso.