El turismo de reuniones en México aporta el 1.5 por ciento del Producto Interno Bruto, además de que genera 890 mil empleos y deja una derrama económica de 25 millones de dólares, según datos de la Secretaría de Turismo. Asimismo, información de la dependencia indica que en el país se desarrollan alrededor de 266 mil eventos anuales, lo que significa un segmento que se consolida en el país y que requiere de especificaciones en los servicios y productos a los viajeros de negocios. Según un reporte de Expansión, en el país se ha incorporado un modelo de negocio que consiste en ofrecer habitaciones de hotel que se alquilen por horas y que tengan un horario de ingreso flexible, se trata de las microestancias. Guillermo Gaspart, fundador y CEO de ByHours, declaró al medio que este esquema de hospedaje creció un 76 por ciento durante los últimos nueve meses. “La industria hotelera se muestra en buena disposición y apertura. Lo que la mueve a experimentar e implementar mejores prácticas son las economías colaborativas, en las que se paga solo por lo que se consume y se busca garantizar experiencias personalizadas”.

Alianzas y competencia.

Este modelo hace más flexible el hospedaje de los usuarios, lo que da libertar en algunos aspectos como lo es la hora de entrada, además del tiempo de estancia, mismo que puede ser de 3, 6 o 12 horas. De igual forma, el modo de trabajo es mediante convenios con cadenas de hotel, quienes aceptan este tipo de flexibilidad para los usuarios que lo prefieran. En México, una de las cadenas hoteleras que cuenta con este modelo de negocio es City Express. Otro punto a considerar es que con este método, se busca dar frente a Airbnb, sin embargo, se resalta que una ventaja frente a estos hospedajes es que los hoteles cuentan con un lobby 24 horas; esto favorece la elección de estos complejos frente a los departamentos ya que se debe llegar a un acuerdo sobre la hora de llegada. Dentro de las preferencias de los huéspedes indican que, se eligen microestancias para tres horas de hospedaje ocupan hoteles de cuatro estrellas, el equivalente al 56 por ciento del total de elecciones; seguido de los hoteles de tres estrellas con el 23 por ciento de las preferencias y los de cinco estrellas, con un 13 por ciento de la cifra general.

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