Porfirio Muñoz Ledo llamó golpistas al grupo de diputados de Morena que promueven que se reponga el procedimiento para designar a 4 nuevos consejeros del INE. La frase del octagenario luchador de la izquierda retrata lo que ocurre en México. Cómo es posible que en el Comité de Evaluación para seleccionar a los nuevos consejeros se haya inlcuido a John Ackerman, cuando es un activo militante de Morena. Ackerman intentó filtrar a sus incondicionales pero, al no lograrlo, se dedicó a descalificar el proceso y a organizar el golpismo en la Cámara de Diputados. Dice Muñoz Ledo que sus compañeros de partido son unos lambiscones, que van y aconsejan al Presidente López Obrador para que apoye el acto golpista. La declaración de Muñoz Ledo es de encomiarse. No cualquiera se lanza contra sus compañeros con semejantes adjetivos. Aunque también hay que decir que el diputado, viejo zorro, no tiene nada que perder, y si mucho que ganar para reforzar su prestigio demócrata en el ocaso de su vida política. Este momento lo que retrata es lo siguiente. Un partido Morena integrado por individuos incapaces de aceptar las reglas democráticas, las que, por cierto -hay que decirlo-, muchos de ellos impulsaron durante décadas, cuando fueron oposición. Cuanta incongruencia.

Su argumento más fácil es decir que cuando el PRI estuvo en el poder, así se comportó con ellos, de forma autoritaria. Entonces ahora quieren dar a los priistas una sopa de su propio chocolate. Los morenistas no se dan cuenta que ellos no son los dueños del cambio, ni del gobierno, ni del país, mucho menos de los ciudadanos. La sociedad no les firmó un cheque en blanco. La mayoría de los mexicanos votaron en las pasadas elecciones por una nueva forma de gobernar, democrática, eficiente, austera, sin corrupción. La mayoría de los mexicanos no votaron para que un grupo de resentidos llegara ajustar cuentas personales o de camarilla, o para lastimar la economía con ideas retrógradas o para otorgar privilegios a una nueva casta política. Para eso no les dieron el voto. El diputado Muñoz Ledo, en su corrección política, intenta deslindar al Presidente López Obrador del arrebato golpista. No estoy de acuerdo. Estos morenistas caminan, actúan, hablan y gritan como el líder de su movimiento Andrés Manuel López Obrador, ese que jamás aceptó una derrota, ese que descalificó al árbitro electoral, aún cuando ganó. Que no nos confundan en estas horas definitivas. Si grazna como pato, camina como pato y vuela como pato, es el mismo pato que conocemos desde hace muchos años.