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Es increíble que los dirigentes de partidos políticos ven la tempestad y no se hincan
02:06 martes 15 septiembre, 2020
ColaboradoresEs increíble que los dirigentes de partidos políticos ven la tempestad y no se hincan. Desde que inicié mi actividad periodística, en 1988, siempre observé como dirigentes del PRI ignoraban a su militancia y en cada elección volvían a postular a los mismos personajes desgastados y quemados. Por ahí desfilaban siempre, siempre, los mismos líderes obreros, campesinos, de burócratas o, en su defecto, parientes de los mismos personajes. Luego empezó a ganar elecciones el Partido Acción Nacional y al rato ya andaban también postulando a los mismos en cada elección, así como a las esposas. El exceso de esta práctica llevó a que, por ejemplo, en el municipio de Cerro de San Pedro la presidencia municipal se la han rolado el esposo, la esposa y el hijo, sin contar que antes sus parientes también dirigieron el ayuntamiento. Lo anterior, es solo una pequeña muestra, mínima, pero suficiente para que se le revuelva el estomago. Estas desagradables historias nos llevaron a un hartazgo esquizofrénico, que derivó en la elección a ciegas de gobernantes de Morena sin preparación, sin capacidad administrativa y sin una formación básica para gobernar. Debemos reconocer también que en San Luis Potosí se han dado casos donde los partidos, obligados por las circunstancias, postularon a ciudadanos apartidistas que encabezaron buenos gobiernos. Incluso, fue el PRI quien ofreció esas muestras de apertura y le fue bien. La pregunta es, ¿los dirigentes morales y formales, de las distintas fuerzas políticas, tendrán un momento de lucidez y buscarán a esos buenos ciudadanos para que encabecen sus fórmulas electorales? Por si usted no lo sabe, amable radioescucha, hay muchos jóvenes funcionarios, estatales y municipales, hombres y mujeres, altamente eficaces, limpios de observaciones de la auditoria y honestos. Los hay. Mucha gente los conoce por su trabajo. El milagro sería que los hombres y mujeres desgastados políticamente, físicamente, mal vistos desde hace años, fueran hechos a un ladito para dar paso a una renovación política, para dar paso al oxigeno que tanto necesita esta comunidad. Hay que soñar. Se vale.