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06:18 martes 12 noviembre, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / ¡Bienvenido, Evo!... Te esperamos pronto, Nicolás
“Nadie instaura una dictadura para salvaguardar una revolución, sino que la revolución se hace para instaurar una dictadura.” —George Orwell. Pues, vamos que no entiendo nada... ¿No que los delitos electorales eran cosa grave, gravísima, que ameritaba que los sospechosos se pudrieran en la cárcel mientras se determinaba su culpabilidad o inocencia?, ¿que para la Cuarta no era acaso una felonía mayúscula el mapacheo y ya no se diga tirar un sistema de conteo de votos?, ¿si sabían que Evo es, cuando menos, sospechoso de fraude, verdad?, ¿si sabían que su gran cuate, de resultar culpable, dejaría un fraude como el de Salinas 88 en pañales? Si para algo ha sido útil el gobierno del Presidente López Obrador en su primer año ha sido para dividir radicalmente a la sociedad mexicana. Me extraña mucho que hoy, vocinglero, al canciller Ebrard se le nota sumamente proactivo por Bolivia, acusando a la OEA y señalando un golpe de Estado que es, de menos, cuestionable entre la comunidad internacional. Me extraña tanto porque fue esa misma Cancillería, pero en su fase queda y chitona, la que optó por mirar al otro lado, por chiflar en la loma durante la represión venezolana de hace unos meses, porque este gobierno de la Cuarta aceptó sin rezongar, como un falderillo, a un criminal como embajador enviado por Caracas y se hizo guaje frente a la presión occidental por juzgar a un dictador como Nicolás Maduro… Sí, la Doctrina Estrada como la política del avestruz que se esconde entre la tierra, como la carta comodina ante las ideologías afines. Recibir a Evo Morales como un asilado político es desconocer, al mismo tiempo, el fraude electoral que se cometió contra el pueblo de Bolivia y que fue ampliamente documentado por organismos y observadores internacionales, de pasada, se valida una mentira, pues nadie ha perseguido a Morales, las autoridades del país han desmentido al expresidente y confirmado que no existe ninguna orden de aprehensión en su contra. Si Evo decidió renunciar, habría que poner atención a la gran falta de apoyo popular y al hecho de que los militares, que eran su único sustento en el poder, decidieron no reprimir al pueblo bolivariano ante un jefe carente de legitimidad. Siempre hay más narrativas, adicionales a las del socialismo anquilosado. Evo Morales intentó en el 2016, violando la Constitución que él mismo redactó, permanecer en el poder de forma indefinida, un referéndum mandó un claro mensaje de los ciudadanos: no queremos reelección indefinida ni mucho menos a un potencial dictador. La respuesta de Morales fue casi del manual de un represor latinoamericano, comenzó a desmantelar los pocos órganos autónomos que quedaban y para 2017 el Tribunal Superior de Justicia parió una joya: “poner límites a la duración del mandato de Evo era una violación a sus derechos humanos”. Al menos, habrá que celebrar el fin de la mascarada mexicana en el papel del juego internacional: habrá que ubicarnos entre los países de cortes o inspiraciones socialistas, con afanes totalitarios y tentaciones antidemocráticas. Podemos convertirnos en los líderes de las repúblicas bananeras, ¿a poco no están emocionados?
De Colofón OPINIÓN / México y el efecto Evo Morales
En las primeras horas de este martes debió llegar a México el derrocado presidente boliviano Evo Morales. Atraerá protestas en su contra y manifestaciones de adhesión. Catalizará algunas de las tensiones y estridencias que nos tienen secuestrados desde hace años como sociedad. Pero lo relevante serán las lecciones que traerá para el país y para la región latinoamericana toda. De que las aprendamos dependerá que no caigamos en el tobogán del pasado creyendo que construimos el futuro. Es difícil establecer el orden de los factores que han hundido a Bolivia en la actual crisis que la hace asomarse a un periodo de volatilidad con alto riesgo de violencia generalizada. Está a la vista un gobierno, el de Evo Morales, que torció todos los canales de legitimidad constitucional e institucional, lo que desembocó en un golpe de Estado con la participación del ejército, la policía y, sin duda alguna, la Casa Blanca, como quedó claro con los mensajes del presidente Trump. El presidente boliviano encarnó durante casi 14 años la polarización política, racial y de clase social en su nación. En el barullo de este momento pocos recordarán y menos reconocerán que en dicho periodo la economía de ese país mejoró, lo mismo que sus niveles de salud, educación y disminución de pobreza, al tiempo que se defendían sus recursos naturales, históricamente saqueados incluso por naciones cercanas como Brasil y Argentina. La defenestración de Evo Morales, empujado a la renuncia y el exilio (pertinentemente otorgado por México, lo que quizá colabore a una transición menos enconada), simboliza el principio del fin de los regímenes en los que un gobernante se presentó a sí mismo como imprescindible para una nación entera; que manipuló recursos públicos a fin de subsidiar programas de clientelismo, y aprovechó su base popular para desmantelar instituciones diseñadas con el propósito de ser contrapesos del poder presidencial, en particular los jueces, el Congreso, las entidades electorales y la prensa. Ese modelo, con matices tropicalizados, se decantó hace 60 años en Cuba, se exportó a Venezuela, luego a la propia Bolivia, Ecuador y Nicaragua. Es el concepto que genera ensoñación en el kirchnerismo recargado que asumió el poder en Argentina a través de Alberto Fernández, quien estuvo hace unos días en México en extraña coincidencia con Rafael Correa, el ex presidente de Ecuador. Ambos aprovecharon su estadía para hablar de un “frente progresista”, de confronta con Estados Unidos, lo que fue aplaudido desde Caracas por ese caricatura de gobernante que es Nicolás Maduro. No hay indicio alguno, antes al contrario, de que el interpelado, el presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno, hayan establecido compromiso alguno con este bloque de personajes. Lo ocurrido en Bolivia deberá razonablemente profundizar la distancia de Palacio Nacional sobre esa visión. El desafío para López Obrador radica ahora en cómo administrar los impulsos de endurecimiento que florecen en el entorno de su equipo de trabajo (que manifestó su estridencia con el tema Bolivia), y confecciona una propuesta propia, con énfasis social, de ruptura con el pasado pero que lo aleje del voladero en el que han empezado a caer los demagogos autoritarios que se presentaron como indispensables para la salvación de sus respectivas patrias. Apuntes:
Pugnas entre personajes del sector energético, irresponsabilidad en el manejo de sistema de seguridad cibernética y una crisis generalizada en materia de mantenimiento, volverá a poner a Pemex en episodio complejo en materia de abasto de gasolina, como quedó pronosticado ayer en un intenso cruce de tuits en el que participó, en un tono casi histérico, la titular de Energía, Rocío Nahle. El problema será si la atmósfera de incertidumbre atrae compras de pánico, que no resistirá inventario alguno. Ricardo Monreal, líder de la bancada de Morena, mayoritaria en el Senado, se tropezó con sus propios alardes de marrullería política, con mensajes contradictorios y datos propios de una red de espionaje sobre sus adversarios del PAN. Todo, en el atropellado contexto que marcará la llegada de la señora Rosario Piedra a la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos. Por lo pronto, el titular saliente, Luis Raúl González Pérez, aceptó una invitación del director de la Facultad de Derecho de la UNAM, Raúl Contreras, para incorporarse como catedrático a partir del lunes.
Frentes Políticos
1. Consabida hospitalidad. Excesivo revuelo causó el que un avión de la Fuerza Aérea Mexicana haya ido por Evo Morales a Bolivia. No era para menos. La Secretaría de Relaciones Exteriores entregó al Senado la carta en que le avisa que el gobierno federal decidió otorgar el asilo político. Dirigida al presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, Ricardo Monreal, precisa que la decisión asumida por la Cancillería fue consultada con la Segob y recuerda que el asilo político se sustenta en la Convención sobre Asilo Diplomático de 1954, la Convención sobre Asilo de 1928 y el artículo 68 y demás aplicables de la Ley sobre Refugiados, Protección Complementaria y Asilo Político. El documento lo firman Marath Baruch Bolaños, secretario particular del secretario de Relaciones Exteriores, y Marcelo Ebrard, el canciller. No se rasguen las vestiduras.
2. Cómplices de cuello blanco. En Tamaulipas, un juez de control canceló tres de las siete órdenes de aprehensión que había en contra de agentes estatales involucrados en la presunta ejecución extrajudicial de ocho personas, a las que trataron de hacer pasar como miembros del crimen organizado, el 5 de septiembre de este año, en Nuevo Laredo. “Esto solamente podemos interpretarlo como un trabajo deficiente del Ministerio Público. En la actualidad solamente estarían vigentes cuatro órdenes de aprehensión de 24 que teníamos consideradas, pues no es nada”, denunció Raymundo Ramos, presidente del comité local de Derechos Humanos en Nuevo Laredo. El defensor explicó que el fiscal especial para este caso es Adelfo Gabriel González Pérez, a quien le falló la estrategia para retenerlos en prisión. ¿Quién investigará a estos jueces tan suavecitos?
3. Que no quede ahí. La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, dio a conocer que detectaron un “negociazo tremendo” en la licitación de los vales de despensa que se reparten en fin de año a los trabajadores del gobierno capitalino. Informó que están involucrados líderes sindicales, por lo cual se han desencadenado mensajes en redes sociales en donde se afirma que Sheinbaum no dará los vales. “Ahí había un negociazo, pero tremendo, en la licitación de vales, tenían un negocio, participaba prácticamente siempre la misma empresa, entonces ahora se abrió, es una licitación, es abierta y se está escogiendo la que sea la mejor opción”, sostuvo la mandataria local. Garantizó el cumplimiento de esta prestación para los trabajadores. Ojalá nadie quiera quedarse con ellos. Como antaño.
4. Malas intenciones. Como todos los rumores, uno corrió en horas recientes con el ánimo de causar pánico por el supuesto desabasto de combustibles. Fake news que pulula en redes sociales. Rocío Nahle, secretaria de Energía, señaló que es información falsa. “Negativo, les informo que hay suficiente combustible en el país y distribución adecuada en todas las regiones. Debemos actuar con orden y responsabilidad, no hagan caso a mensajes ‘no oficiales’. ¡Sí hay gasolina!”, escribió en Twitter. La Sener pide a la población hacer caso omiso de estos mensajes. Las redes sociales contribuyen a que la información fluya rápidamente. Así, con esa velocidad, frenemos los rumores. Hay demasiados intereses detrás de cada teclado. ¡Aguas!
5. No es cuestión de magia. “Si quiero que mi hijo lea y piense, entonces yo leo primero, es tan simple como eso, la predicación con el ejemplo. No hay aprendizaje certero, genuino, grandioso que, si no se refrenda en el acto, sirva. Queremos estudiantes críticos, debemos ser maestros críticos, debemos llevar eso a la casa, al entorno laboral, tenemos que hacer pensar y pedir que los demás nos hagan pensar”, sostuvo la investigadora Beatriz Gutiérrez Müller, académica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Participó en el panel La tradición educativa de la Compañía de Jesús: pasado, presente y futuro, en el Iteso de Guadalajara, donde subrayó que se debe educar para la paz. La solución está en las aulas. Compruébenlo. Bitácora del director / Un avión para Evo
En febrero pasado, el Congreso de la Unión aprobó –a petición del presidente López Obrador– una reforma al artículo 19 de la Constitución para castigar con prisión preventiva oficiosa una serie de conductas delictivas, entre ellas la de fraude electoral.
La denuncia de dicha conducta ha sido parte central de la carrera política del hoy Presidente. Por su inconformidad con los resultados electorales hizo el Éxodo por la Democracia en 1991 –una caminata de Villahermosa a la Ciudad de México– y bloqueó Paseo de la Reforma en 2006. Dados estos antecedentes, resulta extraño que su gobierno haya sido el primero en ofrecer asilo político a Evo Morales, apenas se había anunciado su renuncia a la Presidencia de Bolivia. Ayer, Morales informó a la Cancillería que aceptaba la invitación. Poco después, despegaba un avión de la Fuerza Aérea Mexicana para ir a traerlo de Bolivia. Digo que es extraño porque Evo Morales está acusado de haber recurrido al fraude electoral para evitar la realización del balotaje en las elecciones presidenciales, cuya primera vuelta se celebró el 20 de octubre. Más aún, ni siquiera debió ser candidato a la reelección, pues un referéndum en 2016 le negó el derecho a un cuarto mandato.
Para no ir a segunda vuelta, Morales tenía que sacar al menos 10 puntos al segundo lugar. Cuando ya fluían los resultados, el Presidente boliviano no alcanzaba esa diferencia. Pero luego vino una extraña caída del sistema de cómputo. Cuando fue solucionada, mágicamente había superado el umbral. Eso y mucho más fue evidenciado por el Grupo de Análisis de las Elecciones de Bolivia, de la Organización de Estados Americanos (OEA), que el domingo recomendó realizar nuevos comicios. El país sudamericano ya llevaba tres semanas de protestas multitudinarias que se volvieron violentas cuando Morales, exhibido por la OEA, aceptó que se repitieran las elecciones presidenciales y cambiar la composición del órgano electoral, que había sido capturado por el oficialismo. Ante la violencia callejera, las Fuerzas Armadas sugirieron a Morales renunciar al cargo. Entre otros hechos, varias casas de funcionarios públicos y legisladores habían sido quemadas. Ayer el periódico español El País informó que la petición de renuncia vino de parte de una cúpula militar con la que Morales había llevado una extraordinaria relación, al punto de que el comandante Williams Kaliman se había desbordado en elogios, llamándolo su “presidente favorito”. “Uno de los factores clave de la caída de Evo Morales –publicó El País– fue el papel que adoptaron los militares, que decidieron ‘no enfrentarse al pueblo’ y luego pidieron la renuncia del presidente (...) Las fuerzas armadas fueron sistemáticamente cortejadas por Morales y su gobierno, que las potenció financieramente; les cedió sectores de administración del Estado, como la aeronáutica; aumentó su presupuesto, y mantuvo excelentes relaciones con sus comandantes, incluido el último, (el general) Williams Kaliman” . En otra nota, el propio diario dijo que los soldados aceptaron todas las excentricidades solicitadas por Morales, como que se declarara la condición “antiimperialista” de las Fuerzas Armadas y el uso de la bandera indígena whipala y el grito castrista de “patria o muerte” en su ceremonial. El hecho de que los soldados bolivianos hayan rehusado enfrentarse a los manifestantes y le hayan sugerido renunciar para detener la violencia ha sido usado como pretexto para hablar de un “golpe de Estado”, dejando de lado el fraude cometido por Morales y sus secuaces y señalado por la OEA. Morales, como lo hizo Porfirio Díaz, en 1911, renunció a la Presidencia y se fue al exilio para no ser responsable de un baño de sangre provocado por su pretensión de eternizarse en el poder mediante un fraude electoral. Así que al otorgar refugio a Evo Morales, México asilará a un defraudador electoral, el cual tendría que ir a la cárcel, sin derecho a fianza, si se le aplicara la ley mexicana.