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06:22 miércoles 13 noviembre, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / ¿Por qué el rechazo a darle asilo a Evo?
Tomemos a bote pronto dos datos verificables:
1. Una encuesta de mil llamadas telefónicas realizada ayer por Massive Caller arroja que 37.9% de los consultados están de acuerdo en asilar a Evo Morales, pero 62.1% no; y 2. La alarmantemente polarizada reacción expresada en redes sociales da cierta ventaja al desacuerdo. En el fondo se alcanza a ver una generalizada ignorancia que hace eco de nuestros insuperados prejuicios racistas. Afloran a la primera provocación atizados por una oposición política oportunista y rudimentaria —sobre todo la del PAN— incapaz de abanderar causas verdaderamente justas y sin músculo para revertir la narrativa fallida de su docena trágica que llevó a los votantes a sacarla del poder.
Ya me estarán rebatiendo ¿qué de justo tiene asilar a un dictador? Antes de valorar si Morales lo es o no, repasemos conceptos incontestables de nuestro derecho y del internacional. Nuestra Constitución (artículo 11) nos obliga: “Toda persona tiene derecho a buscar y recibir asilo”. Ese derecho, además, está regulado por la legislación internacional y es obligación de todo Estado, de manera que “toda persona puede buscarlo fuera de su país de origen en caso de huir de un conflicto que pone en peligro su vida” (Declaración Universal de los Derechos Humanos y Convención de Ginebra). Y nuestra Ley sobre Refugiados y Asilo Político dice: por causas de carácter humanitario se otorgará refugio. De manera que Evo Morales buscó asilo en México y se le otorgó por una razón humanitaria: salvar su vida, amenazada por el conflicto político-social que se vive en su país. No fue ocurrencia ni despropósito, fue el acatamiento de una obligación legal.
Que México haya sido históricamente un país de asilo, como lo prueba la gran cantidad de personajes del mundo entero que han sido sus beneficiarios, es un timbre de orgullo. Hacer valer ese derecho es parte esencial de una prestigiosa política internacional que se desdibujó al inicio de este gobierno tras la aceptación de atajar las caravanas migrantes hacia Estados Unidos, pero que los gobiernos panistas de Fox y Calderón prácticamente habían desmantelado.
Los principios constitucionales de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias habían sido pisoteados y la Doctrina Estrada abandonada.
Los que se oponen al asilo de Evo tratan de incorporar a sus argumentos esa doctrina aplaudida por el derecho internacional pero que confunden —porque no la conocen ni entienden— con el principio de no intervención. Les saldrá el tiro por la culata porque precisamente la Doctrina Estrada, esbozada en 1930, le da fondo a la decisión tomada por México respecto a los hechos de Bolivia: México no reconoce ni desconoce gobiernos y se limita a mantener o retirar a sus embajadores cuando lo crea procedente. ¿Es Evo un dictador? Casi completó 14 años en el poder y ese afán de perpetrarse en él, mediante diversas artimañas electorales, le está costando caro. Lo llevó a un tercer intento de reelección en el que se develó una más, que fue el caldo de cultivo perfecto para una protesta social de gran envergadura atizada, como empieza a verse, por una conspiración de la oligarquía local apoyada por manos estadounidenses. ¿Hubo golpe de Estado? Al parecer sí pues se interrumpió el orden constitucional, ya que más allá de las evidencias de fraude electoral para un nuevo periodo, debía cumplirse un mandato de gobierno hasta finales de este año. Evo renunció presionado por los militares y no se ha podido completar el procedimiento constitucional para nombrar al interino que convoque a elecciones.
¿Fue un fracaso su gobierno? No si nos atenemos a estos datos: crecimiento en 191% del PIB per cápita anual, aumento de 65 a 70 años en la esperanza de vida y disminución de 22% en la desigualdad y de 59 a 34% en la pobreza.
¿Por qué entonces el rechazo a darle asilo? Porque es un indio, rojo y alborotador. Porque nuestra sociedad no ha dejado de ser racista.
Instantáneas
1. INVERSIÓN. Dentro de las malas noticias económicas que surgen cada día, el gobierno de AMLO podría dar una buena en el transcurso de los próximos días ya que está por concretarse una de las inversiones privadas más fuertes en lo que va de su gestión. Un grupo de inversionistas nacionales y extranjeros se proponen meter al país unos 20 mil millones de pesos para construir la planta de fertilizantes TARAFERT en el estado de Durango. De ella se esperan una gran derrama económica y un fuerte apoyo al campo, pues se propone producir un millón de toneladas de urea al año. El proyecto, además, daría gran respaldo al jefe de la oficina de la presidencia, Alfonso Romo, en su objetivo de demostrar con hechos que el capital privado tiene confianza en el país. 2. GRILLAS CAPITALINAS. Dicen los que saben que la diputada morenista Leticia Varela, representante del distrito 26 que abarca partes de las alcaldías de Benito Juárez y Coyoacán, le retiene la mitad de su sueldo a colaboradores que la acompañan en su función. Además de eso, los vecinos no la ven darse ni una vueltecita por las calles que habitan quienes la eligieron diputada. [email protected] / @RaulRodriguezC OPINIÓN / El FBI en México: ¿algo cambia?
La semana pasada, al reflexionar sobre la masacre en Bavispe, Sonora, afirmé lo siguiente: “El Estado mexicano no ha pintado rayas en la arena. No hay, al parecer, acto alguno, por bárbaro que sea, que sea capaz de detonar una reacción extraordinaria por parte de las instituciones de seguridad y justicia”. Tal vez hablé demasiado pronto. Hay, según parece, una raya en la arena: el asesinato a mansalva de mujeres y niños que tengan nacionalidad estadounidense. Eso sí motiva una reacción excepcional de parte de las autoridades mexicanas: en este caso, solicitar el apoyo del FBI y permitir la operación de un amplio contingente de agentes de esa institución en territorio mexicano. Ese hecho probablemente cambie la ecuación en este caso. Por una parte, se va a contar con una enorme cantidad de recursos técnicos y humanos para desenmarañar el caso y ubicar a los responsables de la matanza. Asimismo, la participación del FBI en la investigación va a obligar a las dependencias mexicanas, tanto estatales como federales, a actuar con vigor y eficacia inusitados. En esas circunstancias, es muy probable que los asesinos de la familia LeBarón sean capturados y procesados en fecha próxima. Y si se confirma que, en efecto, la masacre fue responsabilidad de La Línea, ese grupo probablemente enfrente una persecución sostenida de ambos lados de la frontera. Esto encaja perfectamente con un patrón histórico: nada motiva tanto a nuestras autoridades como el asesinato de una persona con pasaporte extranjero. Muy particularmente si ese pasaporte es estadounidense y el caso adquiere relevancia mediática en el país vecino. Así sucedió, por ejemplo, luego del asesinato del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena en 1985: el hecho terminó con años de tolerancia al narcotráfico y llevó a la detención de Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero. Así sucedió también en 2010, cuando personal del consulado estadounidense en Ciudad Juárez fue asesinado por pistoleros vinculados a la pandilla de los Aztecas. Varios de los responsables fueron detenidos a los pocos meses. Así se repitió en 2011, tras la muerte violenta de Jaime Zapata, agente de la Agencia de Inmigración y Aduanas (ICE por sus siglas en inglés), a manos de los Zetas en una carretera de San Luis Potosí. Los sicarios responsables fueron detenidos a los pocos días y eventualmente extraditados a Estados Unidos. Su jefe directo, Jesús Enrique Rejón, alias El Mamito, tercero al mando en la estructura de los Zetas, corrió la misma suerte a los pocos meses. Este patrón no sorprende. México vive en una relación asimétrica con Estados Unidos y no es fácil resistir las presiones que vienen del norte, menos cuando un caso adquiere alto perfil en los medios estadounidenses. Cuando eso sucede, las autoridades mexicanas pasan de la indolencia a la acción a la velocidad de la luz. Y está bien que así suceda: hay que celebrar cualquier caso que no quede en la impunidad. Pero no deja de ser deprimente que lo único (o casi lo único) que parece motivar una reacción extraordinaria de nuestras instituciones de seguridad y justicia sea la muerte de una persona con pasaporte extranjero. Y eso solo si el asunto es cubierto profusamente por los medios estadounidenses. ¿Cuál es entonces el mensaje para los criminales? Que deben evitar matar a extranjeros o personas con doble nacionalidad. Todo lo demás se vale. [email protected] / @ahope71
Frentes Políticos
1. Referente. Desde su llegada como ministro presidente de la Suprema Corte, Arturo Zaldívar, puso su sello personal en la toma de decisiones. Hacer de la justicia federal un referente de calidad y excelencia es uno de sus propósitos. La apuesta que hizo como titular del Consejo de la Judicatura, al organizar el Primer Concurso de Oposición para juezas de distrito, le trajo una gran aceptación. Convocó a mil 168 aspirantes, cifra que rebasa todas las inscritas en los últimos 14 concursos mixtos. En menos de un año, las mujeres ocupan ya, más espacios de alto nivel dentro del Poder Judicial. En sesión del CJF se darán a conocer las adscripciones de las 25 participantes que resultaron vencedoras con efectos al 1° de diciembre. Un acierto más para quien se ha convertido, para muchos, en su ministro de cabecera; el más confiable.
2. Movimientos primordiales. Enrique Graue iniciará su segundo ciclo como rector con el ánimo renovado. Precisó que entre los ejes de trabajo destacan el fortalecer la participación de la comunidad universitaria, el pronto conocimiento de sus necesidades para atenderlas a tiempo y el reforzamiento de la seguridad. En este sentido, Graue detalló que se han instalado más de 250 cámaras. Además, trabajará para mejorar la cobertura y calidad de la educación y se fortalecerá el uso de tecnologías de la información en la UNAM. Por ello, se avecinan cambios en el equipo cercano al rector, siendo el más relevante el de la Secretaría General, a donde llegaría Mario Luis Fuentes, académico con una amplia trayectoria y más de 8 años en la Junta de Gobierno. Capacidad de diálogo y de gobernanza son lo suyo. Suena más que ideal ante el panorama del campus.
3. Reconciliación. Tras episodios de desencuentros que llegaron al uso de gas lacrimógeno y puertas rotas, los alcaldes finalmente fueron escuchados. Los ediles y los coordinadores de las bancadas de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados lograron acuerdos para no disminuir el presupuesto de 4 mil millones de pesos del Subsidio para el Desempeño en Materia de Seguridad, acciones para incrementar ingresos, además de revisar las posibilidades de disminuir los adeudos en los estados. Mario Delgado dijo que también se buscarán mecanismos para compensar en el presupuesto los fondos de Apoyo a Migrantes y de Pueblos Mágicos. ¡Ah! y tan felices se fueron que hasta pagaron la puerta que rompieron en San Lázaro.
¿Al que más llora le toca más presupuesto?
4. Al rescate. El gobierno federal sí ve útil finalizar la construcción del Tren Interurbano México-Toluca y por ello está en las prioridades del Programa Nacional de Infraestructura. Estaría listo a mediados de 2024, informó Javier Jiménez Espriú, secretario de Comunicaciones. El documento será dado a conocer en los próximos días. “Estamos hablando de obras, como caminos que van a comunicar a los municipios que no tienen todavía pavimentación, vamos a trabajar en algunos proyectos; como ustedes saben, el Tren Maya, el del Istmo. Vamos a terminar el tren México-Toluca; terminaremos el Metro de Guadalajara y además vamos a desarrollar un plan de largo plazo para ferrocarriles”, comentó. Como que ya es tiempo de pasar de las palabras a los hechos, ¿no? A ver si todo esto es cierto.
5. Imparable mortandad. En Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro enfrenta la crisis de las fosas. Políticamente incorrecta es la aparición de restos humanos descubiertos a partir de una persecución emprendida por elementos de la Guardia Nacional, acción que derivó en el aseguramiento de una bodega industrial en la colonia Toluquilla, del mismo municipio, que contenía una gran cantidad de armas y drogas. Peritos forenses aún deben analizar 10 bolsas con restos humanos; hasta el momento se han contabilizado nueve cuerpos, seis correspondientes a hombres y tres a mujeres, al interior de 23 bolsas sepultadas en tres fincas. La muerte quita puntos en las encuestas. Tan feas son las noticias como la deficiente manera de gobernar. Bitácora del director / Cuando la mejor política interior es la exterior
Era un mantra del gobierno: ellos no serían “candil de la calle y oscuridad en la casa”. Sin embargo, algo pasó y de repente la mejor política interior se volvió la exterior. Desde los tiempos de la campaña electoral, Andrés Manuel López Obrador dejó claro que el factor externo no era central en su proyecto. Al inicio del sexenio hizo explícito que él se dedicaría a administrar el país y no a representarlo en reuniones internacionales. Por ello, cedió la estafeta al canciller Marcelo Ebrard, para que acudiera a encuentros mundiales como el del G20 en Osaka, Japón, mientras él recorría pueblos y rancherías por carretera como hizo en campaña. Para acentuar aún más la preeminencia de la política hecha en México, se limitaron severamente los viajes internacionales con cargo al erario. Incluso, López Obrador presumió un día que él mismo palomeaba los que sí podían realizarse. Con la política de manejo de recursos de su administración –dio a conocer el Presidente en su mañanera del 21 de mayo–, los viajes al extranjero debían ser avalados personalmente por él. “¿Saben cuántas solicitudes me han enviado? Alrededor de 100 en 10 días. ¿Cuántas autoricé? Creo que 20. Yo entiendo, es importante viajar y tener comunicación, pero ¿y el internet? Aquí no vamos a ser candil de la calle y oscuridad en la casa. Son inercias, son procesos, tienen que ir cambiando las cosas”, manifestó. El Presidente, incluso, se mostró dispuesto a sacrificar las relaciones internacionales en aras de su visión nacionalista cuando escribió una carta al rey de España exigiendo disculpas por los males causados por la Conquista. Sin embargo, en unos cuantos meses, esa visión ha dado un giro espectacular. Las dificultades para avanzar en temas como el crecimiento económico y la seguridad pública han cedido un buen espacio en el debate público al súbito interés del gobierno por actuar, incluso en papel protagónico, sobre el escenario internacional. De repente, hacer política en Cochabamba se volvió más atractivo que hacerla en Culiacán. Un ejemplo de esta recién nacida pasión por lo internacional es el Grupo de Puebla, un conglomerado de partidos y gobiernos ideológicamente afines, que ha sido potenciado por el reciente triunfo electoral del peronismo en Argentina. El ofrecimiento de asilo al expresidente de Bolivia, Evo Morales, se inscribe en esa aparente estrategia: mandar a segundo plano de la discusión pública los asuntos de política interna. El gobierno busca temas de mayor lucimiento que el que le ha dado el manejo de la economía y la seguridad pública y la complicada vecindad con Donald Trump. Por eso la dedicación, incluso por medios diplomáticos, al conflicto familiar suscitado por la muerte de José José, cuyos restos mandó traer de Miami en un avión de la Fuerza Aérea. Y por eso, también, la misión para sacar de Bolivia a Evo Morales, un periplo de más de 15 mil kilómetros, en otro avión militar, para traer a México a un “refugiado” en condiciones que en nada se parecen al viaje que hicieron los exiliados de la Guerra Civil española, por más que el canciller Ebrard haya querido enmarcar el rescate del político sudamericano en la “tradición” mexicana de asilo. Mejor que se polemice sobre si lo sucedido en Bolivia fue o no fue un golpe de Estado que sobre los balazos y golpes en las asambleas de Morena. Mejor que se discuta sobre si es normal que el Presidente vuele en Viva Aerobus y no en un Gulfstream G550 como el que fue por Morales que sobre masacres como las de La Mora. Mejor que el pleito sea por cuánto nos costará el exilio dorado del caído dictador de Bolivia que sobre el hackeo a Petróleos Mexicanos, la supuesta palanca de desarrollo, artífice de un crecimiento inexistente.