Vínculo copiado
La información más importante de medios nacionales
06:16 lunes 20 mayo, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL /Gabinete desgasta al Presidente
La bruma que durante días apareció en diferentes ciudades de la República Mexicana y por supuesto en la Ciudad de México, ocultó a la mismísima secretaria de Medio Ambiente federal, Josefina González-Blanco Ortiz-Mena, quien categóricamente fue la única que brilló, pero por su ausencia; misma que al ser cuestionada, prácticamente evadía el dar una respuesta sobre las condiciones medio ambientales, totalmente desfavorables, para los habitantes de la capital del país y de los estados de México, Hidalgo, Puebla, Morelos, Querétaro y Tlaxcala. Y es que es común que, muchos de los integrantes del gabinete actual le den la vuelta a declarar sobre diversos temas de su competencia. ¿Y por qué hacerlo si para eso está el Presidente de México? Funcionarios como la titular de Semarnat parecen no entender que el evadir su responsabilidad solo obliga a que el jefe del Ejecutivo federal, en sus mañaneras, aborde los temas con la deficiente información que su gabinete le genera y peor aún, con la abstracción de funcionarios que observan al presidente Andrés Manuel López Obrador ya no sólo como su empleador, ahora pareciera que todo lo que implique el trabajo complejo hay que cargárselo a él. El desgaste generado hacia el jefe del Ejecutivo no sólo es físico por las largas jornadas que evidentemente tiene que cubrir, el desgaste político ante sus adversarios se agudiza cuando funcionarios de alto nivel como la secretaria de Medio Ambiente, a la hora de ser cuestionada, se muestra malhumorada y poco dispuesta a atender a los medios informativos, hasta que, de forma inevitable, tuvo que hablar del tema ante la insistencia de representantes de diferentes medios de comunicación. Es comprensible su malhumor, ya que eso mismo sintieron millones de ciudadanos seguramente provocado por los altos índices de contaminación. Es hora de que cada servidor público de primer nivel aligere la chamba a quien hoy ha depositado su confianza en ellos y les da la oportunidad de demostrar que son eficientes en el cargo público que les han conferido. De refilón Parece que estamos próximos a conocer a empresarios vinculados con los casos más representativos de corrupción como la “Estafa Maestra” y “Odebrecht”, no sólo se habrá de evidenciar la conducta inapropiada y hasta delictiva de algunos funcionarios de la administración anterior; seguro es que también quedarán al descubierto empresarios sin escrúpulos, quienes bajo el cobijo de una relación de intereses económicos o políticos, han amasado grandes fortunas. Empresarios que mediante argucias legales y cooptación de voluntades continúan obteniendo del erario importantes sumas de dinero. Ojalá y su dinero ahora no seduzca ni corrompa a las instituciones encargadas de la procuración de justicia o peor aún del sistema judicial mexicano. Hoy como nunca, los servidores públicos deben acreditar su lealtad y estricta defensa de los intereses de las instituciones que representan. Hoy y siempre la lealtad institucional debe acreditarse cuidando a las instituciones en el entendido de que, al hacerlo así, se actúa a favor y en beneficio de México.
OPINIÓN / ¿Qué hacer para rescatar la economía?
Cada día queda más claro que al presidente López Obrador y a su gobierno no le interesa generar condiciones para el crecimiento económico y la inversión. Dicen que quieren crecer al 4% anual, pero es un hecho que desde la cancelación del NAIM las medidas que han tomado marchan en dirección opuesta. Ejemplo de ello es el deseo de llevar a un extremo insostenible las finanzas públicas con el capricho de construir la refinería Dos Bocas, lo que pone en riesgo la estabilidad de todo el país. Y a eso hay que sumarle la enorme irresponsabilidad con la que se han hecho los recortes presupuestales. El presidente literalmente ha cercenado a la administración pública sin un diagnóstico serio de la situación. Hay dos rubros en los que estos recortes pueden llegar a ser muy costosos para México: la promoción de la inversión con el cierre de ProMéxico y el fomento al turismo con la desaparición del Consejo de Promoción Turístico de México (CPTM). Ante este verdadero desastre, ¿qué podemos hacer para rescatar la economía? En mi opinión, es momento de que otros actores comiencen a tomar un papel inédito en la promoción de México y de la inversión. Algunas de las acciones que el sector privado puede tomar son: 1. Identificar, con el apoyo de sus abogados, las posibilidades de negocio y aprovechar las ventajas de cada tratado comercial firmado por México. 2. Fortalecer las relaciones bilaterales o multilaterales, o incluso crear mecanismos para trabajar con el sector privado de otras naciones. Una oportunidad clara está en la colaboración con el sector privado de los más de 50 países con los que tenemos acuerdos comerciales. 3. Identificar con claridad las ventajas y fortalezas de los acuerdos para proteger y promover la inversión. 4. Trabajar con sus pares tanto internos como externos para revisar la manera en que se puede hacer frente a acciones del gobierno que, por intención o por ignorancia, atenten contra la competencia y el crecimiento. Y no sólo eso. Los gobernadores también tienen un nuevo papel que jugar en aquellas tareas en las que el gobierno federal abandonó su función como en la promoción de la inversión y el turismo. Es claro que cada uno, desde su trinchera, debe hacer lo que le corresponde. Debemos pasar de la queja a la acción. Si no damos el siguiente paso hacia la participación, nos vamos a quedar en la indignación. No basta el tuit, las redes sociales o los reclamos si no se acompañan de una organización para influir en la toma de decisiones a fin de lograr una economía competitiva y solidaria. Por eso, de mi parte sigo apostando por los mexicanos y la construcción de un mejor país. Mi apuesta democrática está en México Libre, un esfuerzo de los ciudadanos que es necesario y, ante la falta de una oposición seria, inaplazable. POR CIERTO. Ya sabe el mundo que el presidente de México no le da importancia a una llamada del presidente de Estados Unidos; también sabe y toma nota de su ausencia en la cumbre del G20 en Japón. Ya sabe el mundo lo que está pasando en el gobierno. La señal positiva debe venir de los ciudadanos. Y lo que debemos de mostrar es que estamos actuando, no sólo criticando. Que el mundo sepa que hay muchos mexicanos defendiendo la libertad económica y la democracia.
Frentes Políticos 1. Ventaja. En el debate poblano, dos candidatos sólo criticaron a su oponente, Luis Miguel Barbosa, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), y prácticamente perdieron su tiempo enredados en una campaña sin argumentos. Barbosa salió fortalecido, pues habló de proyectos concretos. Se comprometió a unificar el estado y llevar mejores condiciones a los poblanos. Enrique Cárdenas, de Acción Nacional, el Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, y Alberto Jiménez, abanderado del Revolucionario Institucional, degradaron el primer debate poblano en su historia, ese gran salto en materia de cultura cívica democrática a un encuentro de acusaciones. De ese tamaño es su miedo a quien avanza en las encuestas, Barbosa. Tampoco en el debate pudieron con él. ¿Ya ven? Pesa no haber hecho campaña. 2. Viajero con causa. Hay varios postulantes para la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que dejará vacante Claudia Ruiz Massieu, sin embargo, entre ellos hay quienes pretenden ganar las simpatías desde sus cuentas en redes sociales o desde sus escritorios, movilizando a “las bases”. Pero eso a José Narro no lo inquieta. Cuando hoy lunes visite Nuevo León habrá sumado trece entidades en su gira de promoción, personal y planificada. El exrector y exsecretario de Salud federal sube en las encuestas. Le funciona la cercanía, el trabajo real. El convencimiento de viva voz a líderes y militantes. Lo respaldaron, además, la mayoría de los integrantes del Consejo Político Nacional. Hay niveles. 3. Exagerado. En ese afán por demeritar el trabajo de sus oponentes, los panistas son capaces de todo. Hasta de asegurar, como lo hizo Juan Carlos Romero Hicks, el líder de los diputados del PAN, que el gobierno federal es culpable de permitir el ingreso descontrolado de extranjeros, con lo que comete graves fallas al debido proceso en los trámites que deben realizar los solicitantes de refugio y asilo. Afirma que el gobierno tiene una postura contemplativa ante la migración. ¿Ahora resulta que el gobierno es culpable de las caravanas que se generan en Centroamérica? Sólo falta que lo acuse de la extinción de los dinosaurios. 4. Disculpe usted. Tremenda vergüenza tuvo que pasar Raúl Badillo Ramírez, alcalde de Huejutla, en el estado de Hidalgo. El Día del Maestro, sus municipales multaron a decenas de vehículos estacionados en lugares prohibidos, justo lo correcto. Si son profesores, lo mínimo que deberían de mostrar es civilidad. ¿O eso enseñan a los niños, a desobedecer las señales de tránsito? El tropiezo surgió cuando el ayuntamiento de esta localidad se “disculpó” públicamente con los profesores, a quienes comprometió devolver las placas que les fueron retiradas a sus unidades. El mundo al revés: infringen la ley, los perdonan y hasta les ofrecen disculpas. Por eso el país no avanza. 5. Ligeritos. Ésta es una de las noticias que los mexicanos esperábamos: en esta Legislatura, los 128 integrantes del Senado resultan más baratos para el erario federal, pues, gracias a la decisión de la Junta de Coordinación Política, que preside Ricardo Monreal, se aplicó un recorte de 489 millones 703 mil 722 pesos a los grupos parlamentarios. El costo mensual por senador es de 350 mil 14 pesos promedio, es decir, 47.66% más barato que los 668 mil 832 pesos que costaron sus antecesores. El Senado hizo público el presupuesto anual y cada peso que se les reduzca es un punto a favor de la transformación. El dispendio se acabó. Que ganen lo que merecen, no más. Bitácora del director / Tres sobres para el Presidente
El primer semestre de gestión es complicado para casi cualquier gobierno, sin embargo, hay algunos que logran superar las dificultades del arranque y, otros, que se quedan atorados en ellas. El viejo cuento de los tres sobres sirve como ejemplo para ilustrar estas vicisitudes. Usted quizá lo conoce, pero si no, ahí le va: Al día siguiente de tomar posesión, un Presidente se encuentra, sobre el escritorio de su despacho, tres sobres, numerados y cerrados, dejados ahí por su predecesor. El sobre rotulado con el número uno dice: “ábralo cuando enfrente su primera crisis”. Soberbio, como son todos los mandatarios primerizos, el Presidente arroja el sobre en un cajón junto con los otros dos, pero un día decide abrirlo, para ver si lo ayuda a salir de problemas. En el interior hay una hoja con tres palabras: “Échame la culpa”. Dicho y hecho, el Presidente se dedica a culpar al pasado de todo lo que no funciona en el país, tanto lo que se encontró y no había sabido resolver, como lo que él mismo propició por su inexperiencia. El recurso le sirve por un tiempo, pero, al persistir los conflictos y desaciertos, los gobernados se empiezan a cansar de lo que ven como un pretexto para justificar la ineficiencia y el desorden. “¿Qué puede estar fallando?”, se pregunta en sus noches de insomnio, cuando apenas había rebasado los primeros seis meses de gobierno. Una madrugada, sin haber podido pegar ojo, decide abrir el sobre número dos, que en el exterior decía “ábralo cuando crea que necesita un nuevo consejo”. Adentro del sobre, el predecesor había depositado una nota escrita: “Reorganícese”. El Presidente entiende que su equipo de colaboradores no está funcionando. “Está clarísimo”, se dice a sí mismo. “Por más que les digo que se bajen de la hamaca, no hacen caso. Esperan que yo haga todo”. Y unas horas después, anuncia, en conferencia de prensa, transmitida en vivo por televisión, una sacudida total del gabinete. “El pueblo necesita funcionarios dispuestos a morirse en la raya”, declara. “Eso mismo hizo el presidente Lázaro Cárdenas en junio de 1935”, había recordado, mientras caminaba por los pasillos de Palacio, rumbo a la reunión con los medios. “En Gobernación quitó a Juan de Dios Bojórquez y puso a Silvano Barba; en Cancillería removió a Emilio Portes Gil (y eso, que ya había sido Presidente) y lo sustituyó con José Ángel Ceniceros; en Economía colocó a Rafael Sánchez Tapia en lugar de su amigo y paisano Francisco J. Múgica, a quien mandó a Comunicaciones, y, así, realizó muchos cambios más… ¡Eso es lo que tengo que hacer!”. Igual que Cárdenas, que en total hizo 23 movimientos en 11 posiciones del gabinete, el Presidente aplica varias veces la medida. “Me sobran brazos en el bullpen, derechos y zurdos”, dijo un día, ante la pregunta impertinente de un reportero. Pero los cambios tampoco darían resultado, porque el Presidente no se daba cuenta que el causante de los problemas era él mismo. Un buen día, ya cerca del fin de su gestión, terminando de leer un artículo en la prensa que remataba con la frase “las tres fuentes de la política ficción son la ingenuidad, la ignorancia y la mentira”, el Presidente se acuerda del tercer sobre y decide abrirlo. Mordiéndose el orgullo, lo observa a la luz de una lámpara. “Si nada de lo anterior le ha dado resultados, abra este sobre”, dice en el exterior. Rasga el sobre con un abrecartas y, otra vez, encuentra una nota, de puño y letra de su antecesor: “Prepara tres sobres”.