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La información más importante de medios nacionales
06:28 miércoles 5 junio, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL /Gotas de veneno a nuestra democracia Al igual que un ser vivo, nuestra incipiente democracia se ancla en presupuestos que le permiten mantenerse con vida, y en condiciones para desarrollarse, afianzarse y subsistir en el tiempo. La libertad de expresión constituye, sin duda, uno de esos presupuestos. Si no nos damos cuenta de lo relevante que resulta el poder expresarnos cotidianamente tanto en nuestra vida privada como en el espacio público, de hacer valer nuestras opiniones, difundir críticas, socializar preferencias, oponer argumentos, rechazar iniciativas, objetar decisiones, poco a poco iremos perdiendo nuestra capacidad de intervenir en la discusión de asuntos que por ser públicos nos involucran a todos por igual. Es así para los ciudadanos, pero lo es en mayor medida para quienes hacen de la política su actividad esencial, pues con independencia de su filiación ideológica resulta fundamental que puedan acceder al mayor número de plataformas televisivas, radiofónicas y digitales para hacer llegar sus posicionamientos al mayor número de auditorios. En este contexto, no hay duda de que la manipulada publicitación de la lista de periodistas que obtuvieron ingresos del gobierno anterior ha venido a introducir una gota de veneno dentro del vaso de agua del que abreva nuestra joven democracia. Nadie objeta que como ciudadanos tengamos derecho a saber en qué se gastan los recursos públicos. Lo que sorprende es la manera como se dio a conocer la lista de los periodistas. No se necesita ser muy perspicaz para advertir que la información brindada es parcial, que viene precedida de un discurso político que desde la campaña buscó desacreditar al gremio periodístico, y lo más peligroso, que busca incidir negativamente en la libertad bajo la que se guía el ejercicio periodístico. Es información incompleta y, por ende, parcial, porque los recursos erogados para la propaganda gubernamental han sido cuantiosos en los sexenios anteriores, y con toda seguridad la lista es mucho más grande. Es información difundida interesadamente desde un manipulado discurso político al que no le importó distinguir entre la contratación de propaganda y el pago de plumas para hablar bien del gobierno y persuadir a la opinión pública, aun cuando son cosas muy diferentes que en algunos extremos pueden llegar a tocarse. Pero lo que más preocupa es que detrás de ese impulso encubierto bajo la bandera del derecho a la información se esconde una amenaza abierta o velada hacia la libertad editorial de los medios de comunicación y contra la libertad de expresión de quienes ejercen el periodismo, la cual, de no detenerse a tiempo puede derivar en un instrumento de censura gubernamental o, incluso, de autocensura de los comunicadores. No deja de ser sintomático, además, el tratamiento informativo que los medios oficiales de comunicación otorgan a la información que consideran de relevancia pública. Es verdad que las cadenas privadas pueden optar por la línea informativa o editorial que mejor les parezca, y que lo que esperaríamos de ellas es que tuvieran la honestidad de hacer pública esa preferencia. Es algo que siempre se cuestionó a Televisa, por ejemplo. Pero sobre los medios públicos reposan exigencias infranqueables orientadas a que se conduzcan con neutralidad, objetividad, completitud, imparcialidad, pluralidad y oportunidad, en aras de brindar un servicio informativo esencial para la democracia, al margen de los específicos intereses del gobierno. Vemos, sin embargo, que el Sistema Público de Radio y Televisión ha empezado a operar bajo una concentración que busca uniformar contenidos, ensalzar la imagen presidencial y su discurso diario, priorizar la información afín al gobierno, y bajo un rasero que ha optado por reducir el pluralismo de voces, acallar los programas críticos, y comenzar a incubar nuevas emisiones totalmente volcadas a difundir las bondades de la 4T, sin el menor espacio para la crítica. Sobre el mismo vaso de agua se ha vertido una nueva gota de veneno que, unida a la anterior, carecen todavía de la fuerza destructora para aniquilar a nuestra joven democracia, pero que sin lugar a dudas tienen la capacidad de dañar el funcionamiento de sus órganos, con la consecuente reducción de su vitalidad y con importantes secuelas para las condiciones de su salud futura. Lo peor que puede ocurrirnos es dejar de advertir sobre un cáncer que avanza lenta pero constantemente, desdeñar los antídotos que hoy todavía tenemos con nosotros, y permitir que nos deslicemos paulatinamente hacia una democracia enferma que, de no sanar, deambulará aminorada y sin sostén, al grado que cuando busquemos recuperarla esté más cerca de la muerte que de la vida. OPINIÓN / La democracia en riesgo: El nacionalismo La identidad nacional, el patriotismo y el orgullo cultural de nuestros orígenes deben entenderse primordialmente de manera cívica, a través de la observación de la ley, el ejercicio pleno de nuestros derechos, el compromiso con nuestras obligaciones, el fomento de los lazos de solidaridad, el trabajo progresivo por la inclusión social y la resolución de nuestras diferencias de manera colectiva, pacífica y ordenada. Por desgracia, en diversos momentos de la historia la pertenencia a una raza, grupo étnico o territorio se ha presentado como razón para pregonar una superioridad sobre otros pueblos o grupos minoritarios. En la mayoría de las ocasiones esta presunción se traduce en prácticas opresivas y discriminatorias que no son exclusivas de alguna latitud; suceden lo mismo en regímenes autoritarios como en democracias consolidadas. Yuval Noah advirtió en su obra “21 lecciones para el siglo XXI” que los muros y las barras de control de acceso vuelven a estar de moda, la resistencia a la migración y a los acuerdos comerciales aumentan, gobiernos en apariencia democráticos socavan la independencia de sistemas judiciales, la libertad de prensa y califican de traición a cualquier tipo de oposición. En la última década, los movimientos nacionalistas de extrema derecha han ganado terreno en el continente europeo. Los partidos políticos con plataformas que se sitúan en contra de la integración europea, la migración o la presencia de culturas extranjeras han surgido en la mayoría de los países de la Unión Europea, por ejemplo en Alemania, Francia, Grecia, España, Hungría, los Países Bajos o Suecia. En este contexto, las elecciones de diputados al Parlamento Europeo se llevaron a cabo en recientes días. Instituido en 1958 como Asamblea Parlamentaria Europea, y como Parlamento Europeo desde 1962, este cuerpo colegiado de eurodiputados ha servido como una suerte de termómetro político que mide la fuerza de cada ideología en la Unión Europea. En años anteriores, los partidos nacionalistas de derecha alcanzaban apenas algunas decenas de eurodiputados. Sin embargo, los más recientes comicios confirmaron su avance, pues la derecha radical antieuropeísta, nacionalista y xenófoba alcanzó alrededor de 170 escaños de un total de 751. Aunque todavía no representan una mayoría, el auge del nacionalismo de ultraderecha debe llamarnos la atención debido al impacto que puede tener su agenda en el Derecho. Asuntos como los tratados internacionales, las políticas comerciales, la integración regional, la migración, el combate al terrorismo y la seguridad han sido abordados desde posturas polémicas por estos movimientos. De ganar el poder, como en otras latitudes, estos movimientos no solo reconfigurarían el discurso y actuar político sino que existiría el riesgo de desmontar el entramado jurídico-institucional vigente, vulnerar derechos humanos y atentar contra la paz social. El historiador Stanley Payne señalaba que el fascismo europeo del siglo XX se debió en gran medida a una “intensa dislocación económica, conflicto social y anomia cultural que llevó a una especie de colapso espiritual que permitió el auge de nuevas formas de nacionalismo radical”. ¿Qué debe hacer una democracia frente a estos movimientos? Antes que todo, emprender una defensa constitucional del Estado de derecho para salvaguardar las instituciones democráticas, la defensa de los derechos humanos y los contrapesos políticos. Pero también, es urgente atender las causas que han llevado a las sociedades a simpatizar con ideas racistas, xenófobas, misóginas y antidemocráticas. Allí radica uno de los grandes retos del Estado constitucional del nuevo siglo
Frentes Políticos 1. Importancia. Los mexicanos de excelencia cumplen en su ramo, y con creces. El Club Español del Arbitraje, que desde 2005 promueve el arbitraje y la mediación como métodos de resolución de conflictos, rindió un homenaje, en Madrid, a la carrera del ministro mexicano Alberto Pérez Dayán, quien brindó la videoconferencia con el tema “La Convencionalidad y la Constitucionalidad en el Arbitraje”. Las ponencias, generadas en cuatro ciudades, Monterrey, Guadalajara, CDMX y Madrid, fueron transmitidas simultáneamente en España, Perú, Costa Rica y México. Asistieron, entre otros especialistas, Jesús Remón, experto en el tema de arbitrajes, tanto nacionales como internacionales, y Javier Navarro-Velasco, excoordinador de la práctica de Resolución de Controversias y Arbitraje para Latinoamérica y vicepresidente del Club, que tiene mil socios en 43 países. Pérez Dayán, a lo grande. 2. ¿Tiempo perdido? En el mundo político y económico se hablan lenguajes diversos. Mientras el presidente Donald Trump hace hasta lo imposible por cerrar todo trato con México, en el Senado, el tema del T-MEC “es prioritario y por ello se tomó la decisión de iniciar el proceso legislativo para su ratificación”, dijo Martí Batres, presidente de la Mesa Directiva del Senado. Qué bueno. Alejados de la realidad, como acostumbran, los legisladores no se han dado cuenta de las amenazas que caen sobre la economía mexicana de cumplirse el aumento a los aranceles que Trump prometió para el 10 de junio. El T-MEC se ha turnado a las diversas comisiones para su dictaminación. ¿Y servirá de algo? 3. La puerta está muy ancha. Ante la ola de renuncias que se ha generado en las semanas recientes, al presidente Andrés Manuel López Obrador no le tiembla la mano. Invitó a que aquellos funcionarios que difieren del “nuevo proyecto” de gobierno renuncien, siguiendo los pasos de Guillermo García Alcocer, extitular de la Comisión Reguladora de Energía. “No presionamos a nadie. Quisiéramos que quienes no compartan el nuevo proyecto de nación, en un acto de honestidad, opten por otra manera de laborar”, dijo el mandatario. Al señor García Alcocer no le gustaron los nuevos modos de hacer política y dijo adiós, no sin antes despotricar. Por cierto, sus familiares, insertados en la nómina a la vieja usanza, ¿también firmaron su renuncia? 4. Hora cero. México se muestra “optimista” de evitar que Estados Unidos imponga aranceles a las exportaciones, pero el presidente Donald Trump pareció echar por tierra la esperanza de una rápida solución. “Vamos a ver si podemos hacer algo, pero creo que es más probable que las tarifas sigan adelante”, dijo Trump en Londres, donde realiza una visita de Estado al Reino Unido, asegurando que no aceptará excusas y cumplirá su amenaza. López Obrador, presidente de México, se dijo, sin embargo, “optimista” sobre alcanzar un acuerdo y afirmó estar dispuesto a reunirse con Trump si fuera necesario para evitar los aranceles. Marcelo Ebrard, el canciller mexicano, pronostica altas probabilidades de llegar a un acuerdo. Hay ocasiones en que la victoria es lo único, caray. ¡Vamos! 5. El absurdo. Parece que ni sus cuates están con Donald Trump. En el Congreso de EU, el Partido Republicano, de donde emergió el presidente, tradicionalmente opuesto a las medidas proteccionistas, está molesto con el anuncio de su mandatario. Tanto, que algunos legisladores evalúan organizar una votación para bloquearlo, según The Washington Post. “Creo que es una mala idea, lisa y llanamente”, dijo el republicano Cory Gardner. No obstante, Marcelo Ebrard declinó comentar sobre el reporte del Post, mientras Trump dijo que sería “tonto” que los republicanos votaran en su contra, recordando que goza de una inmensa popularidad en las bases del partido. ¿Será que Trump no gana este partido ni de local? Bitácora del director / El lunes negro que nos acecha
Sería devastador para la economía nacional si se cumple la amenaza de Donald Trump de aplicar, a partir del 10 de junio, un arancel de 5% a todas las exportaciones mexicanas a Estados Unidos, equivalente a unos 18 mil millones de dólares. Sobre todo, si dicha tasa se duplica después del 1 de julio. Aquí no importa lo que uno piense de Trump y sus justificaciones para tal medida. México tiene que hacer lo que sea necesario para evitarlo o rogar para que otros intervengan y la detengan. No se trata de tener la razón o actuar con dignidad. Amanecer el próximo lunes con la noticia de que los aranceles entran en vigor metería a la economía mexicana en una espiral destructiva de consecuencias impredecibles. Los especialistas con los que he hablado en horas recientes predicen que, en tal caso, se produciría una fuerte caída del peso frente al dólar y un desplome bursátil. La depreciación de la moneda compensaría temporalmente el encarecimiento de las exportaciones mexicanas, pero generaría inflación, mientras que el estancamiento de la economía –producto de la incertidumbre– se agravaría, con el riesgo de entrar en terreno recesivo. Por lo que se ha escuchado decir al propio presidente Trump –ayer tocó el tema durante su visita de Estado a Reino Unido–, podemos estar casi seguros de que su decisión está tomada: castigará a México con un arancel de 5% a todas sus exportaciones para ver si el vecino comienza a colaborar con EU en materia migratoria. La advertencia original de Trump es que, cada día 1 de mes, aumentará el arancel en 5% adicional –hasta llegar a 25%– en tanto México no frene el tránsito de migrantes que buscan llegar a su país. Si el 5% crearía una situación gravísima, pensar en un arancel de 10% sería una catástrofe. Por supuesto, México tendrá que prepararse para recorrer el camino legal para impugnar la medida ante paneles internacionales si ésta se materializara. Asimismo, contemplar sanciones recíprocas contra exportaciones estadunidenses. Pero nada compensará el daño inmediato y probablemente irreversible que cause el arancel. El canciller Marcelo Ebrard se mostró optimista de que la amenaza de Trump no se cumplirá. Dijo que la negociación, que comenzará mañana en Washington, tiene 80% de posibilidades de éxito. No es suficiente. Tampoco creo que surtan mucho efecto advertencias como las de la National Retail Foundation de EU, que prevé que el arancel se traduciría en precios más altos para los consumidores estadunidenses. Trump no se guía por buenos deseos, manifestaciones de amistad, la lógica o la sensatez. Se trata de un mandatario que estuvo dispuesto a parar al gobierno estadunidense en un shutdown de 35 días, el más largo de la historia, para anotarse puntos políticos en su batalla contra el Partido Demócrata. A Trump lo que le interesa es su reelección como Presidente. Y no sólo por vanidad. Quizá su libertad dependa de que sea ratificado en la Casa Blanca. México debe hacer todo lo posible por evitar la aplicación del arancel anunciado. Por ahora, la mejor oportunidad parece residir en lo que puedan hacer al respecto hacer los republicanos en el Congreso estadunidense. BUSCAPIÉS Motivo de un escandaloso homenaje en Bellas Artes hace unos días, el líder de la iglesia La Luz del Mundo, Naasón Joaquín García, fue detenido ayer en EU por 26 cargos, como tráfico de personas, violación de un menor de edad y producción de pornografía infantil. ¿Qué dirán ahora quienes alegaban que dicha secta era blanco de intolerancia?