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06:22 lunes 1 julio, 2019
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL / ¿Qué esperar de la Guardia? Crisis de seguridad, emergencia nacional, desastre, problema grave. Con esos conceptos el gobierno federal se refirió ayer a la violencia que vive el país desde hace más de una década. La ciudadanía reconoce que es un problema que viene de gobiernos anteriores, pero en los siete meses que van de la actual administración la situación no ha mejorado; incluso el presidente de la República señala que prevalecen “las mismas condiciones de inseguridad y violencia” que heredaron. Como parte de la estrategia para revertir la situación, se puso en marcha de manera oficial a la Guardia Nacional en un acto que convocó a representantes de los tres Poderes de la Unión y a gobernadores. El gobierno ha puesto todas las esperanzas en esta corporación para devolverle al país la paz. Confían en que marcará el inicio del fin de la violencia y que “los días más oscuros de la inseguridad quedarán en el pasado”. No hay muchos motivos, sin embargo, para el optimismo. En el pasado reciente, distintos gobiernos apostaron a la creación de fuerzas policiacas para combatir al crimen, al tiempo que sumaban elementos militares en tareas de seguridad. Policía Federal Preventiva, Policía Federal, Gendarmería Nacional formaron parte de estrategias federales adoptadas en distintos momentos para combatir al crimen. A pesar de esos esfuerzos, hasta ahora los índices de homicidios dolosos han conservado su tendencia a aumentar y casi cada mes imponen un registro histórico. Aunque se dio a conocer que la actuación de la Guardia Nacional se dará en el marco del respeto a los derechos humanos, de manera coordinada con instituciones y que se procurará que tengan salarios justos, integrantes de la corporación revelaron que los cursos previos de capacitación no se dieron en condiciones óptimas y transcurrieron en medio de carencias. A partir de este momento es necesario reconocer el esfuerzo de los integrantes de la Guardia, sin regatear apoyos y equipo. El cambio en materia de seguridad no se dará de la noche a la mañana, la propia autoridad menciona que se esperan resultados a mediano plazo. Lo importante es que se ha creado una institución para combatir el crimen surgida con el aval de todas las fuerzas políticas, que puede representar el principio de una agrupación sólida y confiable. El desafío no es nada fácil. OPINIÓN / Las acusaciones contra Videgaray y su club Pocas personas del gabinete de Enrique Peña Nieto se atrevían a contravenir a Luis Videgaray. Aun en la parte final del sexenio, desde su cargo como canciller, Videgaray era un personaje respetado y sus opiniones seguían pesando más que las de cualquier otro en el equipo cercano al expresidente. El súpersecretario no sólo tenía mucha injerencia en las decisiones que tomaba Enrique Peña Nieto, sino que pudo posicionar en buena parte del gabinete a personas de su entera confianza, particularmente en la Secretaría de Hacienda. Por eso, cuando Javier Coello Trejo, el abogado de Emilio Lozoya (uno de los personajes que no controlaba en el gabinete), afirma que fueron los exsubsecretarios Fernando Aportela y Miguel Messmacher quienes recomendaron al exdirector general de Pemex comprar la empresa Fertinal todo apunta a Luis Videgaray. Entre los cercanos a la Presidencia se asegura que, a mediados de junio, desde Estados Unidos llegó un mensaje para el presidente Andrés Manuel López Obrador: en un plazo de 100 días se debería poner tras las rejas a un “pez gordo” de la administración de Enrique Peña Nieto, de lo contrario la justicia de aquel país se encargaría de hacerlo. El mensaje, entregado en medio de diversas peticiones sobre la crisis migratoria, fue recibido como un último llamado para que la definición de un responsable de los actos de corrupción del sexenio pasado se realice todavía desde Palacio Nacional, antes de que tan importante selección sea asumida por los fiscales federales estadounidenses. Lo anterior explica el rumbo y los niveles que ha tomado la defensa de Emilio Lozoya, que, ante una inminente persecución hacia su cliente desde el gobierno de la Cuarta Transformación, apunta ahora a la cabeza y amenaza con hundir al hombre fuerte de la administración peñista: Luis Videgaray. Su abogado ha dicho que Lozoya no se convertirá en un testigo protegido de Estados Unidos, pero no está del todo descartado que así sea si se lleva a cabo su detención. Amagar con llevar ante la justicia al último de los mandatarios emanados del priismo es ya de por sí una apuesta temeraria, pero enfocar baterías hacia el personaje que llevó realmente las riendas del país durante ese periodo, y que cultivó las más estratégicas relaciones políticas e internacionales, es más interesante. No es un secreto que el cargo de vicepresidente virtual, ejercido por el canciller Marcelo Ebrard en los recientes días, se queda muy lejos de la posición y el poder que adquirió en su momento Videgaray. La admiración que Peña Nieto le profesaba le permitió sin restricción alguna asumir el control pleno de las decisiones de gobierno, incluso aquellas que escapaban del ámbito puramente económico y que tocaban los terrenos de la seguridad, algo que nunca fue bien recibido por el entonces secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong. Se recuerdan aún diversos comentarios de funcionarios peñistas sobre la existencia de un “gabinete sombra”, modelo con el que el titular de Hacienda logró colocar en casi la totalidad de las secretarías a un alto funcionario que le guardaba lealtad, y que le permitía tomar parte en las decisiones de trascendencia de cada cartera. El caso más evidente podría ser el de su amigo Raúl Murrieta Cummings, quien desde una subsecretaría de Infraestructura aseguró a Videgaray la posibilidad de influir en la entrega de los contratos de construcción más onerosos del sexenio anterior. Tal nivel de involucramiento en las decisiones de gobierno, mayor aún que el del titular del Poder Ejecutivo, otorga sustancia a las acusaciones de Coello Trejo respecto a que cualquier operación, señalada hoy en día como acto de corrupción, debió muy probablemente pasar por sus manos. Se sabe incluso que las declaraciones emitidas por el abogado pusieron ya a trabajar al equipo cercano al excanciller en una estrategia de defensa y contraataque. Considere usted en este grupo a su leal Abraham Zamora –quien hoy despacha en la vicepresidencia de Asuntos Corporativos de la recientemente vapuleada IEnova–, a los extitulares del SAT Osvaldo Santín y Aristóteles Núñez, y a su amiga y estratega política Alejandra Sota. Todos ellos son considerados integrantes del grupo de trabajo más cercano a Luis Videgaray, que desde las famosas oficinas alternas de Julio Verne, en Polanco, intentaron diseñar un modelo de país y que ahora trabajan para evitar la debacle de quien fuera su presidenciable. Los ‘datos’ del Presidente
Hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador va a presentar el balance de su administración a un año de su triunfo en las urnas y a siete meses de haber tomado el poder. ¿Hay algo que celebrar? Como ha dicho el propio Andrés Manuel: los datos se pueden ver de una u otra forma según se quiera contar la historia. Es decir, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. El vaso medio lleno que va a presumir el Presidente será el de la estabilidad cambiaria. El peso se ha apreciado cerca de 3% desde el 1 de julio del año pasado a la fecha. El subsecretario de Hacienda, Arturo Herrera, lo atribuye a factores externos y también domésticos. Los domésticos tienen que ver con los rendimientos que reciben los inversionistas por tener su dinero en México (la tasa de interés de 8% frente al 2% de Estados Unidos) y la estabilidad económica. En el presupuesto 2019 el tipo de cambio es de 20 pesos por dólar, por lo que el gobierno aún tiene margen con el nivel actual de 19.20. Otro indicador a presumir es la inflación, que en la primera quincena de junio regresó al rango objetivo fijado por el Banco de México: 3% +- un punto. La llegada de inversiones y el compromiso de los empresarios de ejercer 32 mil millones de dólares en 2019 también serán motivo de presumir. El aumento al salario mínimo y los programas como el de Jóvenes Construyendo el Futuro que tiene registrados a casi medio millón de becarios también van a ser mencionados por el Presidente como un logro. Lo que no podrá presumir es el crecimiento económico, que en el primer trimestre cayó 0.2% y se prevé que el dato del segundo cuarto del año sea bajo, quizá menor a 1%, de manera que Andrés Manuel López Obrador va a perder su apuesta: México no va a crecer ni a 2.5% previsto en el rango más alto de la estimación de Hacienda (entre 1.5 y 2.5% para 2019) y si las cosas no mejoran en la segunda mitad del año, estaremos cerca de 0.5% que pronosticó Barclays. Deudas del ISSSTE El problema del desabasto de medicinas en las instituciones de salud del país es real, aunque nos quieran hacer creer que está bajo control. Prueba de ello es el cambio de modelo en la compra y distribución de medicinas, pero también está la problemática que presenta el ISSSTE, que encabeza Luis Antonio Ramírez, en el tema de adeudos, por lo que varios proveedores han decidido no venderle más al gobierno. Resulta que hace unos días el ISSSTE realizó una solicitud de medicamentos a todos los proveedores por un monto de mil 421 millones de pesos para adquirir 834 claves de medicamentos a nivel nacional dentro de la Compra Consolidada para abastecerse este año, pero no presentó un calendario de pagos para quienes participen, lo que obliga a reducir la cantidad de ofertantes. El instituto viene arrastrando un adeudo importante por el surtimiento y distribución de millones de piezas de medicamentos que ya fueron entregados a los pacientes. Se habla de adeudos que datan desde 2017 y que a la fecha ascienden a más de 4 mil millones de pesos, 705 millones ya bajo la administración de la 4T, dinero que ya forma parte del presupuesto autorizado para este año y que no se paga. Sin embargo, aún existen empresas que confían en la palabra del titular de Hacienda, Carlos Urzúa, como la Asociación Nacional de Distribuidores de Insumos para la Salud (ANDIS), que encabeza Carlos Ramos, quienes confían en que el gobierno dará salida en breve a esta situación, o de lo contrario, se ponen en riesgo poco más de 96 mil empleos directos, pero sobre todo la vida de millones de mexicanos. Frentes Políticos 1. Año uno. Tal como debe ser, sello de su perfil político, Andrés Manuel López Obrador celebrará en el Zócalo de la Ciudad de México el primer aniversario de su triunfo en las urnas el 1º de julio de 2018. Aquel día en que 30 millones de mexicanos desbordaron sus esperanzas por el partido político más joven de México, Movimiento Regeneración Nacional (Morena). “A un año del triunfo, López Obrador ha puesto de manifiesto su capacidad para combatir la corrupción y establecer la Cuarta Transformación”, escribió Mario Delgado, coordinador de los diputados morenistas. Hay quienes consideran que hay un estancamiento y no tienen nada que celebrar. Los mismos que han sido su oposición toda la vida. Nada de que preocuparse. 2. Declaración retrógrada. Cada mañana los políticos deberían verse al espejo y analizar lo que van a decir cuando abran la boca. Al exsenador Pedro Haces Barba se le ocurrió afirmar que las mujeres tienen que ser menos provocativas en su vestimenta. El secretario general de la Confederación Autónoma de Trabajadores de México señaló que, en el entorno laboral, la mujer debe tener un código de vestimenta más estricto, pues “muchas veces las mujeres provocan y entonces, después no se aguantan”. ¡De no creerse! Que alguien le explique que ya no vivimos en la época de las cavernas, porque ya se metió en problemas. Ya la diputada federal sonorense Wendy Briceño Zuloaga pidió su expulsión del partido. ¡Se la merece! 3. Cuestión de estilos. Qué tanto es tantito, dicen. Hoy 1º de julio, es momento oportuno para hacer un pequeño, pero significativo recuento, empecemos. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha realizado 148 ruedas de prensa matutinas, de la cuales, 145 han sido ordinarias, es decir, que son programadas. Tres son consideradas extraordinarias, ya que se debieron a la emergencia tras la explosión de un ducto de Pemex en Tlahuelilpan, Hidalgo. Además, le han realizado unos 2,500 cuestionamientos que suman más de 170 horas de comparecencia ante los medios de comunicación. La rueda de prensa matutina ya es un fenómeno mediático, La mañanera, le dicen algunos. Sin embargo, siempre habrá a quienes este contacto directo y cotidiano les moleste, sobre todo a esos presidentes que escondieron la cara a la prensa en todo su sexenio. ¡Nada que reclamar! 4. Demasiada televisión. La ciencia ficción se entromete en los rumores políticos. El senador Martí Batres rechazó que haya designado al español Arnaldo Otegi, quien militó en la organización separatista vasca ETA, como asesor externo de la Cámara de Senadores en materia de Seguridad Nacional, como lo aseguró el Portal Independiente de Denuncia Ciudadana de la Ciudad de México. “Esto es fake news. Qué derecha tan chafa tenemos en México. Piensen, gracias”, aseveró el legislador de Morena en su cuenta de Twitter, en respuesta al portal referido, que publicó dicha información en la misma red social. ¡Ya se sienten espías, pero no encuentran nada! 5. Cuestión de enfoques. Diputados difieren sobre los logros de la administración federal. Legisladores de Morena, Acción Nacional y el Partido de la Revolución Democrática no concuerdan sobre el estado del país y creen que la situación ha empeorado. Juan Carlos Romero Hicks, coordinador de diputados del PAN, consideró que López Obrador tiene dos caminos: “reconocer errores, aceptar que los problemas han crecido y comprometerse a rectificar o tomar la salida fácil y populista de no admitir que las cosas están muy mal y presumir un mundo irreal”. De por sí que los mexicanos difieren sobre los logros de los legisladores, y los militantes del PAN ya no saben qué hacer con sus representantes. En todos lados se cuecen habas. ¡Empiecen por su casa! Bitácora del director / 1º de julio Hace un año, más de 30 millones de mexicanos votaron por poner fin a la corrupción, la inseguridad y el pobre crecimiento económico. Un año después, los tres deseos que pidieron los electores siguen sin cumplirse. Ni la corrupción ni la inseguridad ni el pobre crecimiento económico han dado muestras de ceder pese a que el gobierno surgido de esa elección asegura que sus políticas tendrán éxito. El problema es que mientras los grandes corruptos continúen impunes, los incentivos para practicar el patrimonialismo seguirán ahí. El simple cambio de jugadores en la cancha de la administración pública no garantiza el fin de las mañas. Es más, corremos el riesgo de una regresión en la lucha contra la corrupción porque, con el pretexto de que los nuevos funcionarios son honestos —o al menos eso dicen ellos—, se han relajado los controles para frenar ese tipo de abusos. “Como en administraciones anteriores, se continúa con los vicios y excesos del pasado en las compras y contratos gubernamentales e, incluso la contratación de dos empresas fantasma”, dice el recuento realizado por Causa en Común y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad que la revista Nexos publica en su edición de este mes. Si a eso agregamos el frenón que el gobierno metió en la construcción del Sistema Nacional Anticorrupción y las resistencias que ha mostrado para transparentar su gestión, podemos decir que la lucha contra este flagelo no sólo no ha avanzado durante los siete primeros meses de la administración, sino que se corre el riesgo de sufrir retrocesos. No menos se puede decir de la lucha contra la inseguridad. Es verdad que México venía de un periodo sumamente violento de su historia, el más sangriento desde la Revolución, pero este gobierno no ha demostrado —más allá de un diagnóstico que cualquiera podría haber hecho— un entendimiento cabal del problema ni de cómo hacerle frente. Eso se nota en el avance de la descomposición. Varios de los meses que han transcurrido de diciembre a la fecha se han distinguido por ser los más rojos desde que se lleva la cuenta de los homicidios dolosos, como sucedió en mayo y muy probablemente ocurra en junio. Contra la opinión de diversos expertos, el gobierno se ha resistido a construir cuerpos policiacos municipales y ha apostado por una nueva organización de corte federal, la Guardia Nacional, para hacer frente a la inseguridad. Ésta comenzó ayer sus operaciones de manera formal, pero cerca de la mitad de sus elementos ya estaban asignados para cumplir el compromiso con Estados Unidos de frenar la ola migratoria que viene de Centroamérica, lo que limitará su despliegue. Por último, el lento crecimiento económico de décadas recientes ya se había traducido en falta de oportunidades para todos. López Obrador prometió en campaña que la expansión promedio de 2% anual se multiplicaría por dos durante su gobierno. Sin embargo, los pronósticos no son alentadores, pues ninguna entidad especializada cree que México crecerá más de 1% este año. Una de las razones principales es la incertidumbre económica que se ha generado, derivada de algunas medidas de esta administración, así como de la impredecibilidad de su política económica. Nadie debiera esperar que un gobierno dé resultados en siete meses, pero el balance se hace necesario por la decisión del presidente López Obrador de rendir un informe de labores justo en el aniversario de su triunfo electoral. Es razonable que desee celebrar la efeméride con sus simpatizantes, pero transformar la fiesta en acto de rendición de cuentas lo puede dejar sin nada que presumir. Claro, si ha de informar con la verdad.