En poco menos de 10 años, Tim Bergling consiguió construir un imperio que, como si se tratara de una ironía del destino, lo llevaría a acabar con su vida. O, al menos eso es lo que deslizó la familia del DJ sueco mundialmente conocido como Avicii por estas horas, a través de un sentido comunicado en el que dio cuenta de la lucha que el joven llevaba adelante por “encontrar la paz“. Su meteórica carrera lo llevó muy pronto a posicionarse como una de las grandes promesas de la música electrónica, y muy pronto a codearse con nombres como Calvin Harris o David Guetta; también a ser elegido por figuras como Madonna para alguna de sus constantes reinvenciones. Una gran corona de laureles que acabó por agotarlo y, empujado por sus problemas de salud, lo llevó a despedirse de los escenarios. Fue en Ibiza, en 2016, cuando tenía 26 años y ya había amasado una considerable fortuna. Según Forbes, ese mismo año que tomó la decisión de alejarse de las giras y las obligaciones propias de cualquier estrella de la música electrónica, Avicii facturó poco más de 14 millones de dólares en apenas unos meses. Ya se encontraba en la lista de los DJ mejor pagados del mundo desde 2014, y ahora estaba en la cresta de la ola, aunque su cuerpo y su mente le dijeran todo lo contrario. Si bien no hay precisiones sobre a cuánto asciende la fortuna que el artista nacido en Estocolmo dejó como herencia, el portal Celebritynetworth la valoró en unos $92 millones de dólares. Un número que, tras su prematura muerte, quedará en manos de su familia. Aviciii había nacido el 8 de septiembre de 1989, en el seno de una familia famosa en Suecia: es hijo de la actriz Anki Lidén y de Klas Bergling. Tenía tres hermanos, Linda, David y Anton, que también es un reconocido actor en el país nórdico. Su cuerpo sin vida fue encontrado el viernes 20 en un hotel de Muscat, Oman, donde se encontraba de vacaciones. -- EL ZÓCALO