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#ESNOTICIA
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Esperemos que lo planeado o anunciado sea respetado y no se vuelva a cambiar por esta “confianza” generada por este resultado.
00:28 jueves 1 agosto, 2019
ColaboradoresEl día miércoles el INEGI dio a conocer el desempeño de la economía mexicana durante el segundo trimestre de 2019. La mayoría de los analistas, por supuesto, el presidente de México, el nuevo secretario de hacienda, algunos gobiernos, organismos internacionales, el sector financiero mexicano e internacional, en fin, muchos entes económicos que estaban al pendiente y esperando el anuncio de una recesión para la economía mexicana. La sorpresa para todos fue que el dato proporcionado nos dice que hubo un crecimiento de la economía, comparando trimestre a trimestre de este año el crecimiento fue de 0.1% , lo que nos da un resultado positivo y entonces podemos determinar que nuestro país no está en recesión (recordemos que en términos generales una recesión es el resultado de dos trimestres sin crecimiento económico). Dentro del análisis económico por sector productivo, podemos encontrar que éste resultado estuvo basado en el desempeño del sector servicios ya que fue el que más aportó para obtener este resultado. Si bien, por definición no hay una recesión, lo que sí está sucediendo en nuestra economía es una desaceleración, esto quiere decir que, aunque hay un crecimiento no es suficiente para lograr condiciones adecuadas para la población y el bienestar de la misma. Herrera, el secretario de hacienda, anunció el lunes una serie de acciones con valor de 485 mil millones de pesos con el objetivo de impulsar el crecimiento de México, entre las que se incluye el adelantar las licitaciones programadas para 2020, la creación de infraestructura con "proyectos de inversión sin impacto presupuestal" y apoyos a la inversión y al consumo. Estas medidas anunciadas pueden generar cierto dinamismo, pero lo que se requiere es implementar acciones para generar certidumbre y confianza en el país, en su gobierno y las acciones que éste último debe generar para restaurar la confianza por parte de los entes económicos y que las decisiones sean adecuadas para que el crecimiento esperado se dé. Esperemos que lo planeado o anunciado sea respetado y no se vuelva a cambiar por esta “confianza” generada por este resultado.