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DESDE LA REDACCIÓN
09:16 martes 28 noviembre, 2017
Colaboradores¿Usted le daría 30 millones de pesos anuales a una persona que en 20 años no ha logrado entregarle resultados? Estamos seguros que su respuesta es un rotundo no. Pues resulta que en San Luis Potosí se les asignan, en promedio, 30 millones de pesos a los partidos “chiquillada” que en años de existencia no logran obtener votos de la ciudadanía. Se supone que nacieron con el objetivo de ser una alternativa a los “partidos de siempre”, pero nomás no logran posicionarse en las preferencias ciudadanas. Y aquí algunos datos. En las elecciones de 2015, de 58 ayuntamientos el Partido Verde solo ganó dos alcaldías, el PT otras dos, Movimiento Ciudadano dos, Morena 1 alcaldía y Conciencia Popular no ganó ninguna. Pero vayamos más allá. En toda su historia, solo el PT ha logrado obtener una diputación en San Luis. El resto de los partidos pequeños han llegado al Congreso, pero de plurinominales. En pocas palabras, los partidos chicos son organizaciones perdedoras, que se acostumbraron a vivir del dinero público, sin esforzarse para ganar. Les basta con hacer alianzas para conservar el registro y seguir viviendo del erario. Afortunadamente, para ellos, cada año reciben más recurso. En las elecciones del 2015, entre 8 partidos minoría se gastó un total de 62 millones 234 mil 648 pesos, cifra 70 por ciento superior a los 36 millones 569 mil 699 pesos que se les brindaron en las elecciones del 2012. Los presidentes de algunos de estos partidos se defienden. Argumentan que el dinero que reciben no se compara en nada con el reciben partidos como el PRI o el PAN y que así no es posible competir. Quizá tienen razón, pero también es cierto que poco han hecho, para que la democracia “igualitaria”, que dicen esperar, se convierta en una realidad, por la vía legal. Más bien ya le agarraron el modo a su negocio y no lo quieren dejar. La democracia en México sale cada vez más cara. Es momento de pensar si realmente nos conviene mantener a estos partidos que no sirven para nada, o si es momento de pensar en un sistema bi o tri partidista, como el que existe en muchos otros lugares del mundo.