Wall Street es un mundo complejo que tiene reglas. Algunas son rígidas, otras son flexibles, y otras no están escritas. Y como hay en juego grandes cantidades de dinero es importante aprender bien esas reglas, que en principio, se basan en lo simple de la oferta y la demanda, pero también en la especulación, porque nadie sabe a ciencia cierta cómo se comportará el mercado. Eso de ser adivino tiene su chiste.

Dicen que la mejor forma de predecir el futuro es creándolo, por eso hay grupos de interés que, rayando en el borde de las reglas, especulan con la quiebra de empresas y se benefician de ello. Tal fue caso de GameStop, una cadena de tiendas de videojuegos, que a raíz de la pandemia cayó en una crisis que desplomó el precio de sus acciones.

Obvio, los buitres financieros empezaron a hacen leña del árbol caído apostando a que el precio seguiría cayendo para poder comprarlas, o más bien rentarlas, baratas y venderlas más caras en el futuro. Fondos de cobertura, le llama a esta figura. ¿Eso es legal? Sí, pero es poco moral.

Esta situación fue comentada en un foro de la plataforma Reddit llamado WallStreetBets y desató una serie de críticas a esta práctica financiera despiadada. Pero la historia no acabó ahí, sino que generó la organización de pequeños inversionistas que decidieron comprar acciones de manera coordinada y simultánea para elevar artificialmente el precio de GameStop. Teóricamente, eso no es legal, pero no se le puede levantar cargos a la gente por usar una plataforma para informarse sobre qué acciones deben comprar y cuándo lo deben hacer.

De llegar a estar en $2.80 dólares por acción, las acciones de GameStop subieron hasta $347 dólares gracias la organización colectiva de cientos de pequeños inversionistas que están metiendo en cintura al mercado de la especulación. Muchos de estos ciudadanos se han visto beneficiados, pero algunos de ellos no están ahí por el dinero, sino por la convicción de poner orden en Wall Street y las mafias financieras. De hecho, varios han expresado públicamente que están dispuestos a perder su dinero, con tal de enviarle un mensaje al sistema.

Este es un caso interesante de organización comunitaria que tiene impacto en un negocio tan complejo como lo es la bolsa de valores. Saul Alinsky, padre de la movilización de bases políticas, decía que el cambio deriva del poder y el poder deriva de la organización. Ergo, para cambiar las cosas la gente tiene que organizarse y eso sólo se logra con una causa, como el vencer a la mafia de la especulación financiera. Una gran lección para tiempos de pandemia, crisis y la era de las plataformas digitales.

Israel Navarro es Estratega Político del Instituto de Artes y Oficios en Comunicación Estratégica. Twitter @navarroisrael