El 2020 pintaba para ser el año de Roger Federer, incluso muchos especularon podía representar su adiós de las canchas. El suizo tenía pensado jugar los cuatro Grand Slams, los Juegos Olímpicos, la Laver Cup y el ATP 500 de su ciudad natal, Basilea, un calendario hecho a la medida para su despedida del tenis. Pero nada más inició el 2020 y las cosas se empezaron a desmoronar para el 20 veces ganador de Grand Slam. Tras ser superado cómodamente por el serbio Novak Djokovic en semifinales del Abierto de Australia, el suizo anunció que se sometería a una cirugía en la rodilla. El tiempo de recuperación lo orillaba a perderse Dubai, Indian Wells, Miami y el primer grande, Roland Garros. Pero esos certámenes fueron cancelados y el ranking congelado; así, el suizo de 38 años mantendrá el cuarto sitio de la ATP al menos hasta que se reanuden los torneos (no antes del 13 de julio).  

Al aplazamiento de los JO, le siguió la cancelación de Wimbledon. Además de que la nueva fecha de Roland Garros (septiembre) se empalma con la Laver Cup, torneo organizado por Team 8 (firma de representación de Federer), por lo que un final en 2020 sería anticlimático. Ahora tiene tiempo para llegar a su óptimo nivel. El oro olímpico en singles es acaso el único gran logro que le hace falta en una carrera de 103 títulos. Buscando sumar otro Grand Slam y con el anhelo de recortar distancia con Jimmy Connors, máximo ganador en la historia, con 109 títulos, un adiós en 2021 podría tener incluso un toque único: la clausura de Tokio (8 de agosto) coincide con su cumpleaños número 40.

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Excelsior