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Rebasados los doscientos mil decesos oficiales, es de todos sabido que estas cifras son mucho mayores a las reportadas por el Gobierno
00:06 viernes 2 abril, 2021
ColaboradoresRebasados los doscientos mil decesos oficiales, es de todos sabido que estas cifras son mucho mayores a las reportadas por el Gobierno. Tras la concurrencia en aeropuerto, área pública y destinos vacacionales, lo más lógico es esperar una nueva ola de contagios que sumen mayor tristeza a la ya recibida por la dejadez social.
AMLO sabe que a medida que pasa el tiempo su popularidad es dañada de forma grave, ante la nula respuesta a las necesidades de salud, negocio y educación, las próximas elecciones serán un punto de partida trascendental para la reducción del poder morenista en el país. Las votaciones están a la vuelta de la esquina así que, ante los resultados obtenidos, usted está en puertas de ver una obra teatral sin precedentes.
Lo mejor para este Gobierno es contar con una baja participación en las próximas elecciones, abstenciones que puedan nivelar los votos de castigo, estrategia que requiere de contención social y endurecimiento de las normas precautorias. El próximo 6 de junio no solo se votará por nuevas autoridades, también se calificarán a las actuales, lo que se estima como un reprobado masivo que atente contra el autoritarismo.
¡Ojo! Es cierto que el rebrote en contagios está garantizado, lo que obligará a colocar las máximas alertas y con ello favorecer la negativa al voto, un doble discurso que contrasta con aquellos mensajes presidenciales del “no pasa nada”.
Tras las reformas del 2017, estas elecciones serán las más grandes en la historia de México; hay que entender que la sociedad civil está preocupada por su supervivencia, más que por las votaciones, aunque los contrastes al ver a cada candidato dándose baños de pueblo ponen en evidencia discurso, necesidad y realidad.
Tras recesión, crisis sanitaria y falta de respuesta, el votante se ha vuelto más crítico y posiblemente más informado. También nos encontramos con una masa poblacional más necesitada, más allá de esa aprobación a candidatos y partidos, podríamos estar ante las elecciones más corruptas de la historia con compra de votos, promesas, despensas, chantajes y una galería de trampas para tendenciar los resultados.
Estoy convencido, el COVID-19 va a ser el gran decisor en las elecciones de 2021, para lo bueno y lo malo, entendiendo las normas de distanciamiento social y el as bajo la manga para todos los que no quieren quedar en evidencia.
Javier Rueda