La NBA sigue adelante con el campeonato. Así lo ha decidido la junta de gobernadores, los propietarios de las 30 franquicias y el comisionado, Adam Silver, que celebró una reunión de urgencia con jugadores de los equipos participantes tras el plante de los Bucks antes del partido que les enfrentaba a los Magic el miércoles y que obligó después a cancelar otros dos partidos más. El gesto de los Bucks puso en jaque al campeonato. El fantasma de una cancelación definitiva estuvo muy presente.Los jugadores, con LeBron James a la cabeza, querían que los propietarios se implicaran más en la lucha contra el racismo y la justicia social y lo han conseguido con el objetivo de que la Liga siga su curso. El campeonato trabaja para la confección del nuevo calendario y estudia nuevas fórmulas para dar visibilidad a las reclamaciones de los jugadores. Lo más prioritario era una nueva confección del calendario de partidos tras la suspensión de los programados para el miércoles y los del jueves. Con respecto al plan previsto y que no se ha podido llevar a cabo por el boicot de los Bucks, deben jugarse seis partidos para continuar con cuatro eliminatorias antes de afrontar las semifinales de conferencia. La noche había sido muy larga en la Burbuja de Orlando después de que se cancelaran los partidos Rockets-Thunder y Lakers-Blazers tras el plante de los Bucks. La extraordinaria agitación por lo sucedido y la ola de entusiasmo y admiración que despertó en todo el deporte profesional americano (un efecto dominó que provocó cancelaciones y boicots en el tenis y en la MLB) alentó a los jugadores para reunirse y tomar decisiones en torno a una hipotética cancelación definitiva del campeonato.Todas las opciones estaban sobre la mesa. Lo que no había conseguido el 'lockout' de 1999 sí podría hacerlo la lucha contra el racismo, una lacra "sistémica en Estados Unidos", como dijo en las últimas horas Marc Gasol, en una entrevista en Movistar. Se habló incluso de marcharse a casa. En la cita entre los jugadores, liderada por Chris Paul (Thunder) y Andre Iguodala (Heat), se hizo una votación en la que Lakers y Clippers se manifestaron a favor de volverse a casa. La mayoría se pronunció a favor de seguir con los playoffs, pero fue LeBron James el primero que abandonó la reunión tras pedir a los propietarios más implicación en la lucha contra el racismo, como así ha sucedido. La NBA estudía las nuevas fechas para la celebración de los partidos.